— Te conozco, caminé contigo una vez en un sueño; te conozco, esa mirada en tus ojos me resulta muy familiar. Y sé que es verdad, que las visiones son rara vez lo que parecen; pero si te conozco, sé lo qué harás, me amarás de inmediato, como lo hiciste una vez en un sueño...
Omnisciente
El sonido de un despertador sonó, haciendo que una joven de veinte años abriera los ojos en su cama.
— Odio los lunes.
Era lunes, un odioso lunes por la mañana, ese día comenzaban los exámenes escolares en su Universidad.
Hizo lo de todas las mañanas, se vistió cómodamente, bajó, se preparó un café y salió de su departamento.
Comenzó a caminar, se colocó sus audífonos, reprodució las canciones de siempre.
Comenzó a pensar en lo que estaba soñando esa noche, fue un sueño... raro.
Entró a su Universidad, y entró a su respectivo salón de clases de la primer hora. Ella estudiaba psicología.
Estaba de mal humor: la noche anterior se había desvelado para estudiar, sus ojeras se veían desde lejos.
— Buenos días, Juliette.
— Buenos días, Nadell.
Nadell era la mejor amiga de Juliette. Charlaron un poco, pero Nadell notó algo extraño en su amiga.
— Estás de pésimo humor, eso lo sé, pero también te noto... algo ida.
— Soñé algo raro. —Confesó.—
— Apuesto a que no superan a mis sueños en donde soy la esposa de Shrek y mi amante es Tulio de 31 Minutos.
— No hablo de esa clase de sueños raros. —Aclaró algo divertida.— En mi sueño, me vi a mí, estaba yo, cantando una canción.
— ¿Cuál era?
— Cuando salí de mi casa la recordaba, pero ahora ya no, pero sé que en ningún lado la había escuchado antes.
— ¿Y qué más?
— Estaba... estaba acostada, en el pecho de un hombre, y al parecer, le estaba cantando la canción que te digo.
Nadell esbozó una sonrisa cómplice.
— ¿Era Dean?
— ¿Qué? No.
— ¿Entonces quién era?
— No lo sé, no vi su rostro, o al menos no me acuerdo.
— Apuesto que era él; con lo mucho que lo ves y piensas, tu cerebro te hace soñar con él.
— Estás loca.
Juliette negó divertida.
— Hablando de él...
Nadell desvió su vista un poco a su derecha de manera discretra, Juliette sabía de quién se trataba.
Con un disimulo perfecto, logró verlo, era él: era Dean, el hermoso y típico chico guapo popular de cualquier instituto inglés.
Juliette y Dean compartían la mayoría de las clases; ya llevaban más de un año juntos, pero a la de ojiverde apenas le había comenzado a atraer el chico hace algunos meses, exactamente cuando la pelinegra extravió su celular.
Lo había perdido en la Universidad, no se había dado cuenta, tenía que hacer una llamada y por ahí ya no habían teléfonos públicos.
Ella estaba preocupada, muy preocupada, pero para su salvación, Dean apareció ahí.
— ¿Ocurre algo? Te ves... más rara de lo normal.
Juliette volteó a todos lados, pero no había nadie, eso significaba que uno de los chicos más guapos de la Universidad le estaba hablando a ella; y no sólo eso, él mencionó "te ves más rara de lo normal", ¿acaso sabía quién era?
Oh bueno, compartían nueve de diez clases, Dean sería un tonto sino supiera quién era Juliette.
— Perdí mi celular, y necesito llamarle a mi amiga, me dijo que nos veríamos aquí hace veinte minutos y no a llegado, estoy preocupada.
— Tal vez sólo se atrasó, sólo son unos minutos, no es para tanto.
— Fue a conocer a su amigo de Internet.
— Oh, eso cambia las cosas.
Hubo un silencio, Juliette seguía volteando a todas las direcciones posibles para ver su su mejor amiga aparecía; hasta que la voz de el hombre que tenía a lado sonó.
— Ten.
Le estaba dando su celular.
— Llámala.
Sin pensarlo dos veces, tomó el celular del hombre, y llamó a Nadell, que respondió a los dos timbres.
— ¿Hola?
— ¡Maldita sea, Nadell!, llevo esperando un buen rato, ¿en dónde demonios estás? Estaba preocupada.
— ¿Juliette?, te mandé mensaje, te dije que iba a tardar unas horas más; entraré al cine con Carl, es increíble.
— Perdí mi celular.
— Ah, es una lástima. ¿De dónde me llamas?
— El celular de Dean. —Respondió en un susurro.—
— ¿Dean?, ¿Dean Rivera?
— No, Dean Apoline.
La risa de su mejor amiga sonó tan fuerte, que el mismo Dean la escuchó.
— Basta de bromas, saluda a Rivera de mi parte.
— No estoy bromeando.
— Sí, y yo no me llamo Nadell. Tengo que colgar, nos vemos.
Antes de que Juliette dijera otra cosa, la llamada terminó. Le devolvió el celular al azabache.
— Parece que Nadell está bien.
— ¿Cómo sabes a quién llamé? —Preguntó confundida.—
— Compartimos nueve de diez clases a diario, sé quiénes son mis compañeros, y tú siempre estás con ella; además, la acabas de llamar "Nadell".
Juliette quedó como una estúpida en ese momento.
— Claro, lo siento.
— Sí, bueno... —Guardó su celular.— Nos vemos mañana, Woods.
— Adiós, Apoline.
Juliette Woods y Dean Apoline no volvieron a hablar desde ese día, únicamente cuando tenían que hacer trabajos en equipo y esas cosas, pero sólo ahí.
La pelinegra de preciosos ojos verdes comenzaba a sentirse atraída por alguna razón por el precioso azabache de ojos azules.
Ojalá Juliette nunca hubiera aceptado llamar a su amiga desde el celular de Dean.
¡Primer capítulo! Estuvo aburrido, lo sé, pero les prometo que conforme avanza, se pone mejor xd.
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Una vez en un sueño. [PAUSADA]
Teen FictionJuliette se obsesionó con el típico chico guapo y popular de la Universidad. ¿Quién diría que ella no era la única obsesionada con alguien de su clase?