Tengo un reloj, nada especial si lo miras desde tu punto de vista y quizás desde el punto de vista de otro espectador tampoco, pero para mí, significa más que eso. Llegó a mis manos hace dos años, no por medio de un viaje legendario ni porque era una reliquia familiar, nada parecido, sino como un regalo de cumpleaños de mi abuela para reemplazar los otros que han muerto con el paso del tiempo y sí, han sido muchos.
Su pulsera, al principio de nuestra relación, era de un color celeste muy hermoso que combinaba con el interior de su esfera, la cual está rodeada de pequeñas piedrecitas que cuando el Sol se refleja en ellas, brillan como diamantes. Al principio, era solo un reloj bonito que simplemente estaba como un adorno y, a pesar de que su maquinaria funcionara perfectamente, siempre olvidaba que estaba conmigo y así fue por un tiempo, hasta que su pulsera se rompió por primera vez. Duró un mes encontrar una pulsera que ponerle y puedo decir con absoluta sinceridad que en ese mes me retrasé bastante porque perdía la noción del tiempo, pero, a diferencia de otras veces, no tenía quien me lo señalara. Cuando me fue entregado nuevamente, acompañado por una mirada de advertencia, me quedé admirando el cambio tan obvio en él y lo puse en mi muñeca, observando como contrastaba la nueva pulsera de color negro con la esfera celeste y ya no parecía mío, ni se sentía como mío, era algo totalmente distinto y quizás, era la primera vez que reparaba en la sensación de sentirlo en mi muñeca y lo llevé a mi oreja para escuchar el sonido proveniente de su maquinaria...tick......tock y observé sus agujas moverse como si lo estuviera viendo por primera vez y por extraño que parezca, no quería de vuelta su antigua pulsera, aquella que combinaba con su esfera, sino que prefería esta porque era diferente, extraña y a la vez perfecta. Quiero decir que nuestra relación mejoró después de eso y que de vez en cuando lo coloco en mi oído y siento el tick......tock de su maquinaria cuando todo está en silencio y sonrío, porque sé que todavía tendré tiempo con él; y cuando no lo traiga puesto porque a veces se me olvida o porque se le acabó la pila, observo mi muñeca varias veces en el día y veo la marca que al principio no estaba, pero que ahora siento como si una parte de él estuviera siempre conmigo.
No puedo evitar comprar mi reloj con el amor y la relación que a veces tiene con muchas personas y las distintas formas que escoge para manifestarse. Conozco a una chica muy apasionada que estaba en una relación con un chico parecido a ella y cuando estaban juntos, todos decían que formaban una hermosa pareja, muy acorde, casi perfecta. Pero al principio de su relación, esta chica, al igual que ocurrió con el reloj, parecía como si no se diera cuenta de que él, su novio, estaba justo a su lado, de que aunque fuera muy hermoso no se sentía cómoda ya que eran tan parecidos que cuando él no se encontraba, no sentía el gran vacío que hay cuando una persona especial se va, sino que estaba completamente igual y a la vez aliviada; por eso terminó su relación, ya que estaba cansada de sentir como si estuviera delante de un espejo, mirando una y otra vez sus propios defectos, mirándose cada día a sí misma. Esta chica tuvo otras relaciones parecidas, insatisfactorias y como mi reloj, su pulsera seguía combinando con su esfera, intacta, sin percatarse de las horas, minutos y segundos, hasta que se rompió, hasta que lo encontró a él. Lo observaba detenidamente y por primera vez se sintió viva y a pesar de que todos decían que no eran adecuados el uno para la otra, se sintió alegre; se entristecía cuando no lo tenía cerca y experimentó el vacío y de alguna forma sabía que estaba marcada, amada, ya no observaba día tras día sus defectos sino que ahora veía aquellas cualidades que la completaban y cuando oía el bumm......bumm de su corazón, sabía que nunca extrañaría de nuevo la pulsera celeste, porque se suponía que era aquello que todos esperaban para ella, aquello que combinaba, porque lo diferente asusta, pero a ella no, ella lo amaba a él y yo esperaba que a pesar de que su maquinaria dejara de sonar a veces, ella tuviera siempre una pila de repuesto para que él volviera a su lado, porque era suyo, su amor, tan diferente, extraño y a la vez perfecto.......su pulsera negra.
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El reloj
Short StoryHola a todos. Uff, que nervios. Esta es la primera historia que publico y a pesar de no ser la primera que escribo si fue una de las que más me dio valor para enseñarla. Así que seran los primeros en disfrutarla, espero que les guste tanto como a mi...