Se miraba frente al espejo, esperando que su reflejo le dictará su siguiente movimiento, por que ella ya no era capaz de cordinar alguna acción, su cuerpo pesaba como si tuviese miles de vacas sobre ella, sus ojos desorbitados e incapaces de fijarse en otro punto que no fuese el espejo.
Se miro hasta cansarse, vestía un simple pantalón deportivo color negro de ninguna marca en particular, una polera blanca que parecía sucia, pero no lo estaba, simplemente lo parecía. Refrego sus manos a la altura de sus muslos, le sudaban y comenzaba a sentir su transpiración helada.
La cabeza le comenzó a dar vueltas y por más que trato de cerrar sus ojos e intentar calmar aquella ansiedad que brotaba de su ser. Fue un acto poco efectivo, como muchos otros días atrás.
Ha Sooyoung era prisionera de una depresión inminente. Hace ya más de un año que había logrado independizarse, llevando así una vida de adulta desastrosa. Tenía un buen departamento en un sector medianamente bueno, si medianamente significaba tener que salir todos los días con un gas pimienta envuelto en su mano y rezarle a cualquier divinidad que la protegiese. Envidiada por tener un trabajo que le brindaba el lujo de un gratificante estrés y una vida social decadente.
Vio la hora en el reloj que colgaba en su muñeca, hace poco había charlado con la única persona que podía considerar una amiga de verdad.
Fueron vecinas hace un tiempo. Park Chaewon una chica menor que Sooyoung y que por alguna extraña razón tenía una obsesión por las piñas. No tendría más de 24 años, recién egresada de la universidad, se ganaba la vida como repartidora en una pizzeria, y lo más a destacarse de ella, es que cuando sus nervios salían a flote, Chaewon solía hablar en su propio idioma, nisiquiera Sooyoung podía entender las extrañas y marcianas palabras que salían de su boca.
No tardó mucho en llegar al lugar acordado, le gustaba ser puntual. Ha Sooyoung jamás llegaba tarde a una reunión de amigas. Le gustaba, eso era lo único que podía controlar en su vida.
A pasos de la cafetería, Sooyoung que vestía una simple blusa blanca con pintitas negras y unos jeans negros. No le gustaban los accesorios, por lo que no era de esas chicas que llevaban bolsos a juego con su vestimenta, su morral de cuero falsificado era lo suficientemente espacioso como para llevar su billetera, las llaves y su celular, ah y un bálsamo labial indispensable, porque por lo general solía sufrir por los cambios climáticos y sus labios eran víctima de la descamación y resequedad.
Chaewon aviso de su llegada como tipicamente solía hacer, algo que consistía meramente en poner su mano a la altura de la espalda de Sooyoung y dar una leve caricia.
Sooyoung quedo en shock. Park tenía nuevo color de cabello, un celeste muy llamativo, como la tinta de una impresora.
- ¿Qué te has hecho en el pelo? - Pregunto todavía sorprendida.
- Ah... ¿esto? - Chaewon acarico parte de su pelo con orgullo.- El rubio ya me estaba aburriendo ¿se ve genial no?
Si, no se podría negar aquello, a pesar de que fuese un color sumamente fantasía a Park le quedaba fenomenal.
Ambas amigas eran muy disparejas, Chaewon a los ojos de la humanidad no era normal y no es que fuese por su color de cabello, más bien era por su forma de vestir, era un poco al estilo gótico, algo que Sooyoung había denominado como "Gothic Lolita Soft" porque no era muy gótico pero se asemejaba, sobre todo por los vestidos negros al estilo victoriano y esa fascinación por parecer una muñeca. En cambio por el otro lado, estaba la misma Sooyoung que pudo catalogar la vestimenta de su amiga, pero el suyo no, en realidad no le importaba imponer algún estilo o que pareciese que iba a la moda, realmente le gustaba vestir cómoda y ya, lo que la llevaba a tener prendas con unas tallas más de las que debería utilizar.
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A Cup Of Coffee And Some Chocolate [ One Shot Yveseul ]
Fanfictionen ocasiones sientes que tu vida apesta, que no vale nada y que quizás sería mejor si ya no fueses parte del mundo y podría ser cierto, pero... todo cambia con sólo visitar tu cafetería favorita y servirte un buen café