Durante su "exilio" Jinyoung conoció diversas culturas y familias con las cuales pasaba sus días. El hecho de presentarse como parte de la realeza le desagradaba, la barrera que impuesta por los honoríficos no le permitía relacionarse cercanamente con la población a la cual visitaba. Ocultando la importante parte de su linaje oyó por primera vez una particular leyenda donde una sirena se había enamorado de un humano, aquella mujer arriesgó su vida y la de toda la especie en frías aguas del norte. Las posibilidades de que fueran descubiertos y cazados sin piedad fueron inmensas, ya que en esa época antigua se pensaba que las sirenas eran las culpables de los hundimientos de grandes barcos provocando la perdida de los diversos marineros y los recursos que ellos adquirían.
La idea de que esa historia resultara verdadera no lo dejaba tranquilo. Necesitaba conocer a fondo la realidad, y sí está era cierto que la sirena logró cambiar su aleta por unas piernas, la posibilidad de volver a Jaebeom llenaba su pecho de emoción y ansiedad.
Jinyoung investigó con los ancianos, buscando conocer el método que aquella sirena utilizó para salir y caminar, pero nadie le daba una clara respuesta, algunos decían que fue gracias a magia oscura, otros gracias a un artefacto que fue saqueado por buceadores, y otros, los más reacios a la leyenda simplemente decían que era eso, una historia que no tenían por qué creer en ella, incluso la sola pregunta les molestaba, refunfuñando que aquella leyenda solamente ponía en peligro la paz que vivían.
El pelinegro pasó años en busca de respuestas y en la posible búsqueda del misterioso artefacto su motivación siempre fueron las palabras en la nota que Jaebeom dejó.
Recorriendo los cuatro océanos restantes, comenzando por el Índico reinado por su tío John, luego al Atlántico reinado por su tía Aphril, avanzando hasta el Antártico gobernado por Anastasia y finalmente Ártico cuidado bajo la reina Lyuba donde la gran cantidad de historias oídas se unían, fue en aquella porción de mar donde la sirena llamada Raisa, imploró a los cielos poder vivir como su amado.
Recordó las últimas palabras de su padre. Raisa debió ser esa sirena cuyo padre nombró imprudente. Decidió investigar un poco más de los orígenes de la valiente -para sus ojos- sirena. Las últimas semanas que estuvo en aquellas frías aguas, las ancianas eran reacias a hablar y su tía Lyuba a pesar de su avanzada edad, reflejaba tristeza de solo oír aquel nombre. Evitó nombrarlo a petición de la confiable mujer que trabajaba al lado de la reina, acordando que hablarían en privado sobre lo sucedido, ya que en los ojos de Jinyoung podía ver la misma esperanza que recordaba en Raisa la última vez que la vio.
—Entonces, ¿Usted sabe sobre Raisa? —preguntó casi en un murmullo Jinyoung en las afueras de la casa real.
—Raisa se enamoró de un hombre hace ya varios años —suspiró bajando la mirada. —Ella fue ayudada por él cuando descuidadamente cayó en las redes de su bote, pensando que podía lastimarla intentó saltar devuelta al mar, pero tenía un corte en su brazo, el hombre cuido aquella herida por un par de horas y luego la despidió dejándola en el mar con cuidad.
Jinyoung observó como el rostro de la mujer cambio de la tristeza por aquella historia a una suave sonrisa.
—Ella volvió tan feliz al palacio, parecía que algo bueno le había ocurrido, que a pesar de aquella herida su vida había encontrado el sentido con aquel hombre. Fue obvio que quiso volver a verlo, incluso al día siguiente subió a la superficie para encontrarlo y charlar con él por unas horas hasta que tu tía Lyuba se enteró, pensó en atacar al hombre, pero Raisa rogó por él, explicando que no tenía malas intenciones. —La mujer cerró sus ojos y negó con suavidad. —Ella huyó del palacio en la madrugada, se dice que fue hasta la superficie rogó por cambiar, suplicó para que su vida fuera cambiada, poder estar al lado de aquel humano.
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Before The Sunset [JJ Project/Bnior]
Short Story¿Cuánto darías por volver a ver a tu primer amor? Jinyoung decide sacrificar todo lo que conoce por volver a su lado, a pesar de que el encuentro haya sido corto, sintió un vinculo que no está dispuesto a perder. Un mundo desconocido le aguarda y l...