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"Hoy es el día, tengo los dulces necesarios para ir a Fairy Tail.
Ese es el nombre del lugar en donde están mis amigos, por fin estaremos juntos...
Dime Natsu, ¿No me dejarás?

— Por supuesto que no Lucy, jamás te dejaré. — La chica rubia escucho la voz de su amado y dejó la nota en el estuche bajo su cama.

— El momento llegó ¿No? — se acercó a su velador y sacó una pequeña cajita de metal, dentro habían varias píldoras.

Sin pensarlo mucho, fue al baño y mientras bebía agua, las introdujo en su boca tragandolas rápidamente. Su vista comenzaba a nublarse y cayó abruptamente al piso. Tratando de mantenerse concienciente levantó la mirada para encontrarse con los ojos jade de un chico de su edad.

—¿Eres tú... Natsu? — habló débilmente.

—He venido por ti Luce.

Las lágrimas comenzaron a caer por los ojos chocolate de la muchacha, que poco a poco cayó en un sueño eterno del que jamás despertaría.

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La madre de la chica había sido citada al hospital psiquiatrico por qué tenían noticias, la mujer estaba esperanzada de que su hija estuviese mejorando, la esquizofrenia había arruinado la vida de su pequeña al haber sido diagnósticada demasiado tarde.

No tardó mucho en llegar, pero en el camino le había comunicado al novio de su niña que habían noticias y esperaba fueran buenas.

Camino por los blancos pasillos hasta la recepción, dio el nombre del médico de su hija y la encargada le dedicó una mirada triste que la mujer no notó. Le dijo que podía pasar y siguió su camino a la habitación 777.

Su corazón dio un salto al ver que habian hombres sacando las pertenecías de la pequeña rubia y cayó al suelo tratando de encontrar otra respuesta al por qué de la situación.

—Lamentamos informar que Lucy Heartfilia se suicido en nuestras instalaciones después de la visita diaria, nos dimos cuenta muy tarde, realmente lo sentimos.

La voz del médico se sentía muy lejana para Layla, el último mes Lucy se veía muy feliz por lo que pensaba que podía mejorar, la noticia le cayó pesado y no podía dejar de llorar.

—Hemos encontrado este estuche con algunas notas dentro, al parecer les dio nombre a las voces en su cabeza y estas la convencieron de cometer suicidio, sufrió una sobredosis con las píldoras recetadas, gracias a las notas supimos que no las estaba consumiendo si no que las guardaba, nuevamente me disculpo por no habernos dado cuenta.

Luego de mucho papeleo, Layla se retiro con un gran dolor en el pecho, aún no se sentía capaz de ver el cuerpo de su hija, había sufrido una sobredosis.

El camino a casa fue eterno, las lágrimas aún no se detenían y se sentía incompetente al no haber podido ayudar a su hija.

El sonido del celular la saco de sus pensamientos.

"Natsu Dragneel"

El nombre del novio de su hija se leía en la pantalla, la culpabilidad nuevamente la invadió ¿Cómo le diría al chico que la estuvo esperando un año, que Lucy se había suicidado?, en todo este tiempo ni él, ni sus amigos habían ido a verla por órdenes del médico.

—¿Diga?. — Layla contestó con pesar.

—¿Cómo fue con Lucy? ¿Está mejor? ¿Ya nos permitirán las visitas?

—Yo... Natsu... Como lo siento... — Layla no pudo más y volvió a romperse. — Lucy... Se suicidó.

Dime Natsu... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora