Capítulo Único

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NA: AU donde nadie muere y todos son felices :3 incluido Caesar porque lo amo

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Jotaro se ajustó una vez más la corbata frente al espejo. Por alguna extraña razón esta no parecía querer quedarse en su sitio. Pero todo tenía que ser perfecto. Después de todo, se suponía que ese era el día más feliz de su vida, ¿cierto?

—¡Oye Jotaro...! Ah, ¿problemas con la corbata de nuevo?

El hombre vio a Polnareff entrar a la pequeña habitación, seguido por Josuke, el más joven de la familia Joestar.

—No puedo lograr que se quede en su lugar— gruñó Jotaro, dejando que su viejo amigo Polnareff se hiciera cargo — ¿Qué ocurre? ¿Ella ya está aquí?

—No, de hecho es lo que vinimos a decirte— explicó Josuke —Al parecer llegará mucho más tarde. Alcanzamos a escuchar algo así, el viejo es quien sabe más al respecto.

Jotaro soltó un gruñido. Polnareff le dio una fuerte palmada en el hombro al tiempo que decía:

—Hey, no pasa nada. Después de todo, la novia siempre llega tarde a su boda, ¿cierto?

—Sólo quiero terminar con esto— murmuró Jotaro

—Vaya, lo haces sonar como algo horrible— se burló Josuke —Al menos podrías quitar esa cara de amargado este día

—Y tú podrías haber venido con un peinado normal y no lucir como si tuvieras un filete en la cabeza

Josuke iba a responder, pero Polnareff intervino. Ya sabía cómo se ponía el adolescente con quienes insultaban su cabello.

—Calma, solo estás un poco nervioso, lo entendemos, ¿cierto, Josuke?

—Podrías tener un poco más de respeto por tu tío— se quejó Josuke, haciendo un puchero.

Jotaro puso los ojos en blanco. A sus abuelos se les había ocurrido la genial idea de tener otro hijo cuando Jotaro tenía 13 años, y ahora esa ruidosa versión pequeña del abuelo Joseph andaba correteando por ahí.

Y hablando del viejo... la puerta se abrió de nuevo, y Joseph y Caesar entraron a la habitación.

—Bien, al parecer el tráfico es terrible y va a tomarle una media hora más llegar aquí— les informó Joseph —Pero no hay razones para preocuparse, todo saldrá bien.

—Tu corbata está torcida— dijo Caesar, acercándose a su nieto para arreglar el desperfecto.

Jotaro dejó escapar un suspiro.

—No tienes por qué estar nervioso— le aconsejó Joseph —Solo mantente tranquilo y todo saldrá bien.

—Es gracioso que seas tú quien diga eso, Jojo— se rio Caesar —Porque según recuerdo, el día de nuestra boda estabas temblando tanto que tiraste las velas del altar y la alfombra de la iglesia se incendió

—Yo no recuerdo esa parte— gruñó Joseph, entre las risas de Polnareff y Josuke.

Mientras Joseph se ocupaba de hacer callar a aquellos dos, Caesar puso sus manos en los hombros de Jotaro y dijo en voz baja:

—¿Estás bien?

Jotaro asintió, sin mirar a su abuelo.

—Jotaro... Tú sabes lo que opino... lo que opinamos Joseph y yo sobre... esto— continuó Caesar —Mira, no importa si todo está listo, aún podemos cancelarlo todo

—Gracias, pero no entiendo por qué lo dices— respondió Jotaro —Estoy muy seguro de esto

Caesar asintió y lo soltó, con una leve sonrisa en su rostro.

La Persona Correcta [JOTAKAK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora