Genshin Impact Una Nueva Aventura

CAPITULO II (M)

Miré hacia atrás, en lo primero que me pude fijar era en un pelo recogido de un color castaño con una cinta roja y adornos dorados ondeandose al viento debido a la velocidad a la que corría. Se acercaba a gran velocidad hacia nuestra posición la persona que nos había mandado detenernos. Y con un gran salto desde un saliente, apareció una chica que desprendía su explosividad por todos lados. Paimon y yo nos quedamos boquiabiertas viendo esa entrada en escena. Su caída la arregló con una voltereta de la cual posteriormente con un pequeño impulso le sirvió para ponerse en pie. Se detuvo en seco y rápidamente se giró hacia nosotras.

Mi mirada se clavó en sus ojos color ámbar. Llevaba unas gafas de vuelo colgando del cuello y un corsé que resaltaba su pecho por debajo de una camisa blanca. También llevaba una chaqueta roja y marrón, conjuntando con su minifalda. Y unas medias blancas en su mayoría con detalles en rojo y dorados. Me había quedado paralizada hasta que nos volvió a dirigir la palabra.

-Que el dios Anemo les proteja, forasteros- Nos dijo juntando su mano en forma de puño contra su pecho en forma de saludo. Posteriormente estiró el mismo brazo en dirección al suelo, levantando la barbilla y colocando el otro brazo tras de sí. -Soy Amber, exploradora de los caballeros de Favonius- Relajó su pose. -No parecer ser de Mondstadt. ¡Identifíquense!- Dijo elevando el tono de voz.

-No buscamos problemas- Dijo Paimon rápidamente.

-Eso es lo que diría alguien sospechoso- Le susurré tapándome la boca.

-Eso es justo lo que diría alguien sospechoso- Dijo Amber con un gesto serio.

-Te lo dije- Volví a susurrar a Paimon. -Saludos, me llamo _______ - Dije tras toser disimuladamente.

-No suena a un nombre de por aquí- Dijo extrañada.

-Será porque... - Dije justo antes de ser interrumpida por el codo de Paimon.

-¿Qué le ocurre a tu mascota?- Preguntó al ver su actuación.

-Nada, es mi amiga- Dije para evitar sospechas.

-Llevamos viajando juntos tan solo dos meses... - Dijo antes de que yo le devuelva el codazo. -¡Pero ya somos mejores amigas!- Dijo corrigiéndose.

-En pocas palabras, son viajeros. ¿Cierto?- Preguntó nuevamente.

-Podría decirse que si- Contesté.

-Últimamente hay un dragón merodeando cerca de Mondstadt. Serán mejor que entren en la ciudad lo antes posible- Nos explicó.

El dragón. No se referirá...

-No está lejos de aquí, les escoltaré hasta la ciudad- Nos ofreció de manera eufórica.

-¿Eh?¿No tienes otra cosa que hacer?- Preguntó Paimon.

-Por supuesto, pero no se preocupen. Puedo cumplir mis tareas y protegerles a la vez. -Respondió. -Además, no se si puedo confiar en ustedes- Dijo desconfiada.

-¿Por qué tan desconfiada?- Le pregunté.

-Oh... Lo siento. No son palabras dignas de una caballera- Dijo sonrojada ante mis palabras. -Les pido disculpas forasteros... Y honorables viajeros- Finalizó.

Rodé los ojos tras escuchar el tono en el que dijo esas palabras.

-¡Eso sonó muy falso!- Recriminó Paimon.

-¿Tienes algo en contra de las normas de vocabulario del manual de los caballeros de Favonius?- Contestó Amber en un tono agresivo.

-No no, todo lo contrario nos encanta- Dije tapándo la boca de Paimon, la cual no paraba de retorcerse intentando contestar.