Le gustaría estar fuera de su cabeza durante un tiempo. Huir de su situación un rato, de hecho eso es lo que lo había llevado hasta esta situación.
La lluvia caía fuertemente y no daba señales de cesar. Ivlis se resguardaba bajo unos árboles deseando que su muerte estuviera cerca.
Se había escabullido del castillo de Satanick por unos minutos, necesitaba pasar tiempo solo, pero jamás esperó que se pusiese a llover. No tenía nada de frío, pero la lluvia le había empapado de arriba abajo, y de cada uno de sus cabellos caían pequeñas gotas de agua. Se sentó en la parte del pasto que se encontraba seca, bajo un árbol que resguardaba la zona, y abrazó sus piernas para reunir algo de calor.
No le gustaba la lluvia, en su mundo no solía llover, pero parecía que hoy se le iba a caer el cielo encima. La lluvia no permitía ver ninguna parte del cielo, y el aire cada vez era más fuerte.Ivlis había barajado la decisión de volver a la mansión debido al mal tiempo, pero el miedo no se lo permitía y le paralizaba sus piernas. La sensación de volver junto con Satanick le hacía temblar de miedo. Sus venas estaban inundadas de terror ante el diablo de ese mundo.
Pensó en la de veces que le había obligado a hacer cosas que no quería y no pudo evitar llorar.
Las lágrimas comenzaron a bañar sus mejillas y aumentó la fuerza con la que abrazaba sus piernas en el suelo, lo hacía para sentir que no estaba solo, para que su mente se olvidara de todas las personas que le habían dejado atrás como si fuese la cucaracha que le solían decir que era.- Señor. - oyó la voz del subordinado de Satanick llamarle. Alzó la cabeza para ver al hombre bajo un paraguas. Portaba siempre la misma expresión de indiferencia. Ivlis no recordaba haberle visto siquiera sonreír.
- Satanick le está esperando, señor Ivlis. - el diablo flama sintió el asco en la voz del otro al pronunciar su nombre.
- Iré ahora... - dijo regresando a su posición inicial - Sólo déjame un segundo. - Envi arrugó la nariz y parpadeó un par de veces.
- Informaré al señor Satanick. - no le hizo falta a Ivlis mirar para saber que se estaba alejando lentamente.
Tomó aire con fuerza sintiendo aquel dolor punzante en el pecho. No era que estaba sólo, era que incluso las pocas personas que le rodeaban sentían asco hacia él. Y desgraciadamente no los culpaba, él mismo se daba asco. Le enfadaba saber que la poca dignidad que le quedaba había sido destruida.
Su dios le había abandonado.
Había perdido todo su poder.
Había sido torturado por Reficult, y había sido violado por Satanick incontables veces.La lluvia seguía sin cesar y con cada minuto solo empeoraba. Ivlis llevaba ya debajo del árbol unos cuantos minutos, esperaba que tal vez la tierra le tragase o que al menos el propio Satanick viniese para llevarle dentro de la mansión. Pero no, los minutos seguían pasando y todo estaba tan solitario como cuando Ivlis se había sentado.
Desde lo lejos oyó unos pasos que se acercaban con prisa hacia el lugar. Ivlis ya daba por hecho que se trataba de Satanick, pero le sorprendió oír la voz de su hijo.
- ¿Madre? - Licorice había parado en seco tras al fin haber dado con Ivlis. Al demonio flama le perturbaba la forma adulta de su pequeño hijo, le recordaba a Satanick. Licorice comenzó a caminar con lentitud hasta llegar bajo el árbol. Cerró el paraguas al ver que los árboles refugiaban el lugar de la lluvia y se sentó al lado de su madre.- ¿Qué haces aquí? - preguntó Ivlis cabizbajo, pues de alguna forma le dolía que su hijo le viera de esa forma.
- Me preocupé cuando vi que no llegabas a casa. - Ivlis bufó con gracia.
- ¿Viniste desde nuestra casa a este mundo? - Licorice asintió al escuchar la pregunta - ¿Por qué?
El silencio reinó entre los dos por un tiempo. El diablo menor no sabía que responder, un impulso le había hecho buscar a su madre hasta encontrarle - ¿No te doy asco?
Licorice tembló ante esa pregunta.
- ¿P-Por qué me ibas a dar asco? - preguntó con temor por la respuesta. Ivlis mantuvo su cabeza mirando sus piernas con amargura, la respuesta a esa pregunta era veneno para sus labios, no quería que hasta su propio hijo sintiese pena de él, así que simplemente no respondió.Licorice, al ver que no obtenía respuesta habló de nuevo.
- Madre, tú nunca me darías asco. Eres la persona a la que más amo en este mundo y en todos los mundos. Te protegeré siempre que lo necesites, pondré mi vida por delante si es necesario. - Ivlis levantó la cabeza permitiendo que su hijo le pudiese ver bien el rostro - Jamás sentiría asco de una persona que ha luchado y sigue luchando para poder vivir.Ivlis abrió los ojos lo más que pudo al escuchar aquello. Esas palabras inundaron su corazón por un momento, y por segundos se sintió la persona más afortunada de todos los mundos por tener a su hijo a su lado.
Licorice se puso de pie y le tendió su mano a Ivlis para que la tomara. El diablo flama se puso de pie y mantuvo la mano de su hijo junto a la suya con fuerza. Licorice miró a su madre de arriba abajo, notando que toda la ropa y los largos cabellos de Ivlis estaban mojados por la lluvia.
- Vamos. - dijo Licorice volviendo a abrir el paraguas, y sin soltar la mano de su madre caminaron hacia la mansión del diablo de ese mundo.Desde su ventana Satanick observaba con dolor la imagen de su hijo junto a Ivlis, tomados de la mano caminando bajo la lluvia.
Se maldecía por no ser él quien estuviera con Ivlis, pero sabía que el diablo le tenía miedo.
Se había quedado sin opciones y cada vez Ivlis se alejaba más de él, mientras Satanick solo podía observar como su hijo apaciguaba el dolor del diablo.
Envi, por su parte, observaba la escena desde el marco de la puerta. Ver cómo su diablo se derrumbaba por una escoria como lo era Ivlis le llenaba de ira, y tras observar la escena que había montado Licorice su odio por el hijo de su diablo no podía crecer más.
Ese niño estaba produciendo un caos en su mundo, y como primer subordinado de Satanick, no permitiría que aquello continuara así.
Se adentró un poco en la habitación y permaneció en silencio, mientras Satanick no apartaba la vista de la ventana y continuaba viendo la escena callado.Envi decidió hablar para calmar la ira del diablo, pero en el momento en el que abrió la boca un rayo cayó desde el cielo, haciendo que volviese a callar y obligándole a guardar sus palabras en sus adentros.
La lluvia aumentó y constantes rayos comenzaron a caer desde el cielo mientras Satanick perdía las figuras de Licorice y de Ivlis, quienes entraban relajados a la casa.
Aquellos truenos, que ahora reinaban el cielo, eran el reflejo del dolor y la ira que estaba corriendo en las venas de Satanick, juntados con la desesperación de no saber que hacer.- Justo a tiempo. - dijo Licorice una vez dentro de la casa - Si te hubieras quedado fuera tendrías que haber aguantado los rayos.
Ivlis suspiró con cansancio.
- ¿Nos vamos a casa? - preguntó el menor con una sonrisa.
- No... - Licorice se sorprendió ante la respuesta - Antes vino Envi a buscarme, Satanick quiere verme. - Licorice puso una mueca de enfado.
- Si tanto quería verte podía haber ido él. - dijo con el ceño fruncido.
- No te preocupes. - dijo Ivlis con la voz más tranquila que pudo - Vuelve a casa, yo iré ahora. - Licorice se entristeció y buscó de alguna forma permanecer con su madre.
- Puedo ir contigo.
- No... - suspiró - Vuelve con Poemi, cuida de tu hermana. - Ivlis solo le daba escusas baratas para que volviese al mundo flama.
De alguna forma Licorice entendió las indirectas y accedió.
- Vale. - dijo resignado - ¿Volverás pronto? - Ivlis sonrió al ver la tristeza que había en el rostro de Licorice.
- Si, te lo prometo.Se dieron un último abrazo de despedida y Licorice se marchó.
Ivlis se dio la vuelta para encontrarse cara a cara con Envi una vez más.
- Satanick te espera. - le comunicó el más bajo.
- Si...FIN
Este tipo de one-shot sólo los hago para liberar tensión, ira y tristeza, mayoritariamente lo último pero bueno, tengo otro one-shot listo y siento que es mejor que este.

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La lluvia es sólo un reflejo [Licoivlis]
FanficOne shot Satanivlis. Los personajes pertenecen a Funamusea