𝐸𝓁 𝒜𝓁𝒻𝒶 (hyunminin)

1; los necesito

Cuando eres hijo de dos de los alfas más poderosos, y lideres  de una manada que tú debiste heredar, ser un omega es una mierda.
Mucho más cuando todos pensaban que serías un gran alfa y líder de una manada.

Tengo tres padres; Jeon Jungkook, Kim Taehyung y Min Yoongi, siendo este último mi madre Omega.

— ¡ERES UNA ESCORIA!

Me gritaba mi padre dominante.

— Jungkook cálmate.

Pidió mi madre, estaba realmente preocupado por la actitud de mi padre y al parecer mi madre estaba igual que yo.

— ¡Cállate Omega! Es tu culpa que nuestro hijo sea un inútil y débil.

Mi padre gruñó y mi madre bajó la mirada triste y sumisamente.

— ¡Jeon Jungkook!

Regañó mi otro padre seriamente.

— ¿Te das cuenta que estás tratando como la mierda a nuestro Omega y a nuestro cachorro?

— ambos se lo merecen.

Ambos alfas empezaron a gruñirse entre sí y mi madre se interpuso entre ambos para que no llegaran a pelear.

— ¡Seungmin, corre!

Dijo mi madre desesperadamente.

— ¡ahora!

Reaccioné cuando mis padres alfas se transformaron en sus lobos. Esta pelea sería sangrienta, y de seguro mi padre Kook, vendría a por mí.

— mamá, te amo.

Empecé a correr hacia el bosque para salir de la manada. Cruzaría la frontera y los guardias de la otra manada posiblemente me iban a golpear, pero eso era mejor que ser asesinado por tu propio padre.

— ¡Alto ahí forastero!

Me apuntaron con sus armas y levanté las manos en señal de que venía en paz.

— ¿De que manada vienes?

— de la manada Jeon y Kim. Por favor déjenme entrar.– Pedí al borde de la desesperación.

Los guardias me dejaron entrar y me golpearon hasta dejarme inconciente. Al menos ya no estaba en peligro de morir.

[•••]

Desperté en un calabozo, estaba todo oscuro y el ambiente estaba frío. Era de ese frío que te helaba los huesos y te hacía tener miedo de la situación.

— ¡Despertaste! – dijo una mujer bastante anciana.– le debo informar a los alfas que ya estás despierto.

La mujer apretó un botón y en menos de diez minutos, los guardias estaban afuera del calabozo.

— bienvenido pequeña zorra, ¿Estás preparado para presentarte frente a los alfas?

Gruñí en respuesta y recibí una cachetada por parte de la anciana.

— respeta a tus mayores jovencito.

Los guardias me sacaron del calabozo y me llevaron hacia la superficie. Fue entonces cuando me dí cuenta que estaba en la casa de los alfas de la manada.

— ¡Por favor déjenme regresar a mi manada! –pedí desesperadamente.

Podrán decirme exagerado pero prefería volver a mi manada. Quizás podrías arreglar los problemas con mi padre.

— los alfas quieren verte.

Me adentraron a la gran casa y dos alfas bastante atractivos, me miraban de pies a cabeza.