Carta escrita en 1540 hurrem a su amado

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“Mi venerado Sultán: Pongo mi cara en el suelo delante de usted y beso el polvo sobre sus pies. Mi Sultán, el sol de mi buena fortuna y la causa de mi felicidad. Si pregunta por mí, su esclava, que se ha ahogado en el océano de la nostalgia, que está cautivada por su amor y está loca como Ferhat y Majnun -dos personajes de la literatura musulmana que pierden la razón por amor-”.
Desde que usted se fue no he dejado de llorar y lamentarme como un ruiseñor (…) He renunciado a la vida, el mundo me aprisiona.
Mi Sultán mostró la gracia de hacerme un regalo de cinco mil florines (…) No es necesario que usted se moleste, un pelo de su bigote es más valioso para mi que algo de cien mil.”

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