Cuerno roto

El hombre que volvió a nacer

Está amaneciendo, el color magenta inunda todo lo que la vista alcanza en este solitario valle cubierto hasta donde alcanza la vista de un amarillento césped. Se puede ver uno que otro riachuelo que termina en el mismo lago al Este y logra armonizar una linda vista del amanecer cuando el sol comienza a salir de sus aguas. Las lomas se visten con sombreros de Acacias que dan una sombra aprovechada por los depredadores locales y una que otra ave que descansa sobre sus ramas.

Todo es como de costumbre, el amanecer comienza a hacer de las suyas y la temperatura empieza a elevarse, algo que no es de relevancia para los habitantes locales pero ese desconocido de ahí quizá sí sienta las repercusiones.

Un hombre que jamás nadie había visto antes aquí, los animales están extrañados con su presencia, los herbívoros lo evitan pues no soportan su hedor a podredumbre y desechos fecales (¿estará muerto?), los depredadores no tienen porqué rebajarse a comer tal nauseabundo aperitivo pues además de no ser algo que de verdad aporte algún valor nutricional, ya lleva algún tiempo allí. Los carroñeros por su parte actúan de una manera... peculiar, no lo comen pero tampoco alejan su atención de él, están ahí rodeándolo como si de un espectáculo se tratase (si es que los espectáculos constaran de personas recostadas sin hacer nada). Las hienas lo miran sentadas, las aves de rapiña lo miran posadas en las ramas de un árbol en las proximidades. Ambas especies van a buscar comida a cierta hora del día (no lo sé con certeza, sólo van y vienen erráticamente) para volver después y seguir viendo al hombre.

El ardiente sol de mediodía tuesta su piel y evapora la sangre que fluye de su pecho hasta alojarse debajo de sus piernas. El lugar huele a podredumbre, orín y deshechos fecales.

Pobre hombre, parece haber tocado fondo (no imagino una forma de caer más bajo) y es una lástima porque parece venir de mejores tiempos. Su vestimenta típica de un soldado Púrpura le delata. ¿Qué habrá hecho para terminar así?, está clavado a una roca por una enorme lanza que le atraviesa el pecho justo por el corazón y su máscara cornuda que debería tener 2 cuernos, tiene sólo 1.

Hay algo que no termina de cuadrar en todo pues el hombre lleva ya unos cuantos días ahí, ya es tiempo que dejase de sangrar, de respirar o tan siquiera de gemir de dolor y cabecear por las noches (quizá eso es lo que hace que sea todo un show para los carroñeros que le observan).

Está confinado a esa roca a menos que quite esa lanza de su pecho, es una lástima que esté enterrada tan profundamente (quizá podría deslizarse por la parte de la lanza que no está clavada). El calor endurece el cuero de su guante derecho y calienta el metal de la armadura que cubre sus extremidades, su torso entero está expuesto y pueden verse claramente cortes que indican que tuvo una pelea o fue torturado hasta quedar en el estado actual, qué lástima.

Es medianoche

En lo alto del cielo se ve la luna cumpliendo su rol de satélite natural de la tierra (¿qué más podría hacer?), es curioso cómo se ven los animales durmiendo juntos alrededor del hombre (¿quizá velando por su seguridad?), le han tomado aprecio, eso parece o solo esperan la señal de un tercero para devorar hasta el último gramo de su cuerpo. Una de las hienas se ve alertada por algo, se nota en su comportamiento, no puede ignorarlo pero tampoco parece ser algo de sumo peligro pues sigue en su lugar. Poniendo más atención se logra... ver algo... su mano derecha, la mano del hombre está teniendo espasmos, sus dedos se mueven. Quizá es el viento o algún insecto alimentándose de la carne por dentro del guante o quizá de verdad esté despertando (¿en ese estado?), los huesos de sus dedos truenan cuando hacen el mínimo movimiento de contracción al igual que el endurecido cuero del guante, ahora el sonido de sus huesos tronando se extiende a todo su brazo cuando lo levanta hasta su cara para mirarlo, la mayoría de sus huesos truenan mientras hace un leve movimiento de cabeza "...ah..." un breve gemido sale y es interrumpido por una enorme cantidad de vómito que se escucha venir desde su esófago el cual cae desde su boca, pasa por su torso y termina en el charco de desechos y sangre alojado debajo de él. Huele horrible.