¿Invitada?

21 2 0
                                    

El color azul oscuro ya se estaba empezando a notar sobre el cielo, las nubes siendo teñidas por un celeste con manchas en negro indicando que la noche se acercaba y pronto, más de lo normal incluso. Unas tres estrellas ya eran visibles sobre el firmamento, dando su brillo y ese toque acogedor e cálido por mas que había mucho viento era una agradable sensación al menos para ella.

Aquellas rejas que impedían su paso a su destino ahora se hallaban casi abiertas del todo, pues aquella de orbes azul y ámbar se había atrevido a abrirlas, puesto que el chofer apenas y la dejo cerca de la localidad con todas sus maletas ahi, sin mas que ayudarla se retiro pero con una arrogante sonrisa. Aquello le fue de lo ma mínimo a la joven pues ya estaba acostumbrada a ello.

Una vez tuvo la libertad de avanzar hacia la entrada de esta gran mansión se dispuso a caminar hacía ella, haciendo un esfuerzo para que ninguna maleta se le cayera al piso, al volver la mirada y observar mejor la mansión no coincidía con la descripción pues no se veía tétrica la estructura, es mas para ella era una hermosura pues este tipo de frío a ella le agradaba sentir. Sonrió de lado, acomodo sus maletas y se acercó a la gran puerta el cual la toco unas tres veces. Tras oír que la puerga rechino supo que se abriría, pero no había nadie detrás de ella pero eso no le importó pues avanzo a ella adentrándose a la dichosa mansión Sakamaki.

Al estar ya adentro observo con detenimiento todo lo que tenía este lugar, muchos que la llegaron a hablar advertían que esta mansión era aterradora para una niña como ella, pero esto a ella no parecía afectarle en lo mas mínimo pues ese sentimiento aterrador e misterioso le daban mas curiosidad por adentrarse a lo oscuro de esta mansión.

Una voz la hizo salir de sus pensamientos pero en vez de mostrar sorpresa o incluso susto ante la presencia repentina de aquel ser su reacción se baso en un simple gesto, un voltear de su cabeza en dirección a donde estaba el hombre parado a la mitad de las escaleras, sonrió ante la idea de no estar sola pues odiaba aquel sentimiento. Se acercó al sujeto que mostraba una postura muy elegante, ojos vino, cabelleras azabache y una mirada seria mientras sus manos cubridas por guantes de posaban ligeramente en sus lentes, llevándolos mas al fondo hasta tocar su nariz.

La mirada de la chica se poso directamente en los ojos del hombre que, de igual forma la miraban serio casi neutro. Ladeó su cabeza en signo de interrogación acto que fue reemplazado por una sonrisa de oreja en oreja, acto que se le hizo extraño al azabache debido a que no era la típica reacción que todas tenían al llegar a esa residencia. La chica de cabelleras albina se encontraba ahora en frente de el manteniendo aquella sonrisa, hizo una pausa y levanto su mano en signo de saludo.

-Buenas...me llamo Evelyn, y desde hoy viviré aquí- Dijo la joven aun conservando aquella sonrisa que para cualquiera podría parecer raro, incluso aterrador este acto sorprendió al chico pues a pesar de sus modales tan básicos era la idea de esa sonrisa lo que lo extrañaba pues nadie se sentiría feliz de estar en esta mansión, no cualquiera que sea humano.

El de cabelleras azabache simplemente demostró una expresión despreocupada, cuando en realidad en su interior estaba confundido. Y aunque lo estuviese no lo demostraría, acomodo sus lentes para luego hacer un gesto con la cabeza en forma de saludo para acto seguido hacer una leve reverencia.

-siéntase cómoda me presento me llamo Reiji Sakamaki, en realidad no estaba enterado de su visita...sígame veré como resolver esto, de paso tu encargate de su equipaje-

Dijo el azabache volviendo tras de si y yéndose en dirección a la sala de estar, mientras que un hombre de edad aparecía de la oscuridad para llevarse el equipaje de la albina y desaparecer entre estas de nuevo.

-Uh que cool...- Susurro la albina viendo como este desaparecia y ella lo miraba con una sonrisa divertida.

Reiji reunió a todos los demás integrantes de la mansión. Esto a Evelyn no le incómodaba en lo mas mínimo pues les resultaba amistosos, por más que ella se había criado sola sin compañía sería nuevo para ella ver tantos rostros nuevos.

Fiel compañero de vida (Kanato Sakamaki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora