¿Cuánto tardaría en decir tu nombre? Si he de nombrar primero tus fantasmas.
Los ornamentos de tu cuerpo, el fuego en que te desenvuelves.
Tendría que descubrirte por las noches, acechando tus sueños de primavera.
Pasar una tarde entre los mares azules de tu pensamiento puro o más profundo en la noche eterna con los demonios de un viejo.
No es cuestión de años, mañana quizás lo olvide.
Tu nombre es el mio, hace tiempo que me desconozco. Lo llenas todo, eres todo.
Aun en mi silencio infinito tu nombre suena y calma mi pecho. Adormece mis sentidos y viajo errante por tus cabellos. ¡Ah la calma del final!. Aqui nadie más te busca, sólo yo te encuentro.
Tardaría lo que tardan en marchitarse los almendros.