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-Lo están lavando, le pondrán ropa y luego lo llevarán al cuarto- le contó HyunJin a la pelinegra del otro lado de la línea.
Caminando unos pasos por el pasillo, para luego voltear y caminar en sentido contrario, sin alejarse más de unos metros de la puerta de la habitación donde su pareja todavía estaba bajo los efectos de la anestesia.
Sabía que el parto natural para los omegas a veces solía presentar bastantes complicaciones, por lo que siempre eran enviados a cesárea, y HeeJin seguía durmiendo luego de la operación.
-Ajam...- escuchó decir a la chica, luego unos sonidos por detrás, creyó escuchar insultos-. Estamos preparando las cosas para ir hacia Daegu, ahora, KimHyunJin, pásame la dirección correcta.
-¿Tanto desconfías de mí, Olive?
-No puedo confiar en alguien que me dijo que la cesárea era el veinte a las cuatro cuando resultó ser el cuatro a las veinte.
HyunJin se quedó en silencio unos segundos.
-Te veo pronto, madrina- dijo, en vez de seguir la conversación, y cortó sin escuchar la despedida de la pelinegra.
Le mandó la dirección por mensaje, antes de guardar el celular en su bolsillo.
Volvió a entrar a la habitación, donde HeeJin comenzaba a removerse en la cama, aunque la anestesia seguía haciendo su efecto, haciéndola sentir pesada y adormilada, abrió un poco los ojos para ver a HyunJin, dedicándole una leve sonrisa.
Su alfa se acercó a ella, sentándose junto a la camilla, tomando su mano, sonriendo, transmitiendo toda su emoción gracias al lazo.
-¿Cómo te sientes?- preguntó.
HeeJin suspiró pesadamente.
-Me... Duele el estómago- se quejó-. Siento que bajé como la mitad de mí peso- vio hacia su abdomen, evidentemente diferente hacia unas horas atrás, llevó una mano hacia el pero hizo una mueca cuando tocó los puntos.
HyunJin se apresuró a tomar ambas manos, sosteniéndolas con firmeza.
Era sumamente común que la anestesia dejara algo atontados a los pacientes, pero la expresión confundida de HeeJin le daba ternura.
-Estás nerviosa- declaró HyunJin, luego de un momento en silencio.
HeeJin sólo asintió.
HyunJin dejó besos cortos por todas las pequeñas y regordetas manos de su omega, hasta que vio su sonrisa asomarse.
-Estoy a tu lado, no te preocupes.
HeeJin asintió, aunque las palabras no la calmaron mucho, porque HyunJin siguió sintiendo el torbellino de emociones que perturbaban a su pareja; alegría, miedo, nervios... La omega no podía estar tranquila.
