Capítulo único.

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...Duele...

Duele tanto ver su lapida llena de polvo, cubierta de sakuras y olvido.

...Todos...

Todos han podido superar su muerte, siguiendo con sus vidas... menos yo, ¿por qué?

¿Por qué la Vida me castiga de esta manera? ¿Por qué tengo que ser el único que vivía con el recuerdo de él tan clavado a mi ser? ¿Por qué no puedo simplemente olvidarlo como los demás?

-Tadashi...- su nombre se ahoga junto con mi voz.

Cierro los ojos esperando ver la torturosa imagen de él sonriéndome... De él clavado en mi recuerdo.

-Aléjate... Vete, vete...- digo con la voz hecha un leve susurro -Por favor...- que se rompe tal cual frágil es.

Las lagrimas mojan mis mejillas, las cuales no quieren ser mojadas más por las mismas. Están llenas de surcos secos de lagrimas, rastros y evidencias de mis evidentes calvarios. Éstas salen acompañadas de un ardor en los ojos que se me hace tan familiar que ya no me inmuto tan siquiera en sufrir por él.

¿Por qué tengo que ser el que más sufre por él? ¿Por qué debo de ser yo el que sufra esta penitencia? ¿Por qué debo de ser yo...?

Recuerdo cuando murió.

Dolió tanto, que incluso me pareció haber estado anestesiado de puro dolor. Dolió tanto, que nunca note que en verdad no estaba. Dolió tanto, que ni siquiera puedo recordarlo.

En esos momentos, si no hubiera sido por Baymax, yo... yo... quizás hubiera cometido una locura.

"-Sería injusto para la tía Cass-". Sonaba dentro de mi cabeza cada que pensaba en el suicidio. "-Ella ha pasado por tanto sólo por nosotros, no merece que le haga eso-". Y le agradezco tanto a esa voz.

Tía Cass, Baymax... Si no hubiera sido por ustedes, en estos momentos estaría junto con Tadashi. Siendo feliz con él.

¿Dónde estarás Tadashi?

Dudo que en el cielo, pero no quiero creer que estés en el infierno. Ambos sabemos que en el Cielo nunca podrás entrar... Ni tú ni yo.

El que no puedas estar allá arriba y el que yo sea el que sufra tanto por tu recuerdo están vinculados, y lo sabes.

Sí, ahora entiendo todo. Ahora entiendo porqué que la Vida me hace sufrir por ti y porqué tú no puedas descansar en paz. ¿Es por "eso"? ¿Es por ese sentimiento que ambos despertamos aquella vez, cierto? ¿Es porque nos amamos como amantes y no como hermanos?

Claro... ¿Por qué otra cosa sería? No está bien lo que hicimos, ni ante Dios ni ante la sociedad.

Somos culpables de ese pecado tan grande, de amarnos como ningún amante pueda amar al suyo, de amar tanto.

Ambos nos amamos más que nada, más que a la vida, más que a la muerte, más que a la felicidad misma, y aun así, ¿somos culpables? ¿De qué somos culpables? ¿De dejarnos invadir por el amor?

No, no entiendo. Nunca lo haré. ¿Por qué está mal querernos? ¿Por qué esta mal no poder vivir sin el otro?

Incesto. Así es como llaman a la clase de amor que existe entre nosotros, y yo me pregunto, ¿incesto? ¿Clase? ¿Pues que acaso existen clases de amor? ¿Qué no se supone que cuando uno ama, lo hace y ya? No se debería de clasificar el amor, pues ahí es donde pierde su pureza al convertirse en objeto de estudio del hombre, el cual profana su casticidad. ¿Pero acaso el hombre es puro? ¡Por supuesto que no...! Entonces, ¿por qué se atreve a decir qué es puro y qué no lo es? ¿Cómo se atreve a decir que nuestra clase de amor es impuro? ¡¿Cómo?!

-Malditos... El hombre es hipócrita por naturaleza, ¿y aún así se atreve a decir que existe la pureza en ellos?- Digo con la voz más acoplada a mis sentimientos, más calmada y coexistente con ellos.

Cierro los ojos indignado.

¿Nuestro amor era impuro, Tadashi? ¿Nuestro amor no merecía existir?

Me acuclillo para estar más cerca de la lapida y dejo un ramo de flores especial para la ocasión, que compre en una tienda en donde "entienden lo que sentimos al perder a nuestros seres queridos". Más hipocresía.

-Esto es para ti, Tadashi...- sonrío, haciendo que las lagrimas rodeen mis mejillas y se caigan por los lados de mi rostro -Las compre en honor a nuestro amor...-.

Me levanto rápido y me limpio las lagrimas. Comienzo a caminar en dirección contraria a la tumba.

-Fue nuestro error. Amarnos con tanta pureza fue lo impuro- digo en un susurro que incluso yo apenas y pudo escucharlo.

-¿Has dicho algo?- La gentil voz de Baymax me regresa.

-No, nada en particular. Delirios de alguien loco- sonrío.

-Tú no estás loco. Tu cerebro funciona de manera muy eficiente y normal, incluso es más desarrollado que la de una persona promedio...

-Basta, basta- digo cubriéndome la cara con la palma de mi mano -Fue solo una expresión- y sonrío contra mi palma.

-Ow~ Esté bien.

Gracias Baymax. Gracias por recordarme que aun puedo sonreír aun cuando él no esté aquí. Gracias por ser mi apoyo, aún cuando no sabes por lo que paso. Gracias por ser tan puro con alguien impuro.

ImpuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora