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Hyeongjun sólo estaba harto de todo esto, su padre lo dejaba con su madrastra que lo trataba mal y que se aprovechaba de su "problema para hacerle daño.

Sólo quería vivir en paz, con alguien que lo entienda, que lo respete y que no le haga ningún daño.

El castaño tenía ceguera. El tenía ese problema desde que nació

Lamentablemente su mamá no lo acepto así y se fue, abandonando a su hijo y a sus esposo.

Aveces el menor sentía culpa por eso, pero se ponía a pensar en otras cosas y se le pasaba ese sentimiento de culpa.

Su sueño era aprender a tocar el piano y demostrarles a todos de que podía hacerlo sin importar su discapacidad.

Pero su madrastra le daba malas esperanzas que aveces lo hacían sentir mal.

Tenía apoyo de sus amigos, Seongmin y Wonjin. Ellos eran amigos desde la infancia, se llevaban muy bien y eran inseparables

Lo que mas odiaba era estudiar, se le dificultaba un poco hacer eso, ya que necesitaba útiles especiales, sentía que era una falta de tiempo.

Aún así, quería seguir con su sueño de tocar el piano en el escenario más grande del mundo

- Viste que hay una academia de música? Podemos llevarte cuando quieras - comentó Wonjin dándole fé a su amigo mientras que el castaño jugaba con sus manos -

- Te lo agradezco mucho, pero sabes como es mi madrastra con este tema que es un "gasto de dinero" y es capaz de hacer cualquier locura- respondió el castaño con una mirada triste que hizo sentir un poco mal a sus amigos -

- Un día de estos voy a matar a esa hija de- - comentó Seongmin tapándose la boca para no decir tremenda grosería -

- ¡Quien te enseño a decir eso! aún estás chiquito para decir eso - dijo Wonjin reprochando al más menor -

Los 2 menores empezaron a reír por la reprocha que había hecho Wonjin que parecía la mamá de ellos dos

Se quedaron toda la tarde hablando, riendo sin parar hasta que los demás se tuvieron que ir, acompañaron a Junnie hasta su casa y se despidieron.

Hyeongjun sabía toda la mierda que iba a encontrar al entrar a esa casa que ya estaba empezando a odiar.

Lo único que hizo fue saludar a su padre y a su madrastra, para luego dirigirse a su habitación, estaba cansado, cansado de la vida.

Hasta que llegó su padre, pensó que le iba a decir lo mismo de siempre, pero se llevó una sorpresa.

- ¡Si! gracias padre.. - dijo el castaño con los ojitos brillando -

Al fin, haría lo que más le gusta y dejaría de ver a la bruja de su madrastra por un tiempo.

butterfly | minisongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora