Capítulo 1

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🍂🍂Propuesta Indecente🍂🍂

Mi nombre es Hinata Hyuga tengo 18 años de edad, terminé mis estudios de la preparatoria pero no hice trámites para la universidad por falta de dinero. Mi padre es un hombre que a diario sale a trabajar para darnos una vida donde no nos hace falta nada, lo ayudo un poco con los gastos de la casa, conseguí un trabajo de cajera en una tienda de telas cerca de mi casa, no dan un buen salario pero con eso acompleto para los estudios de mi hermana Hanabi.
Mi madre murió cuando yo tenía 10 años, una enfermedad la consumió poco a poco hasta el último día de su vida, es un tema que no tocábamos en casa, a todos nos pone melancólicos y las lagrimas sin evitar salen de nuestros ojos, aunque ya pasaron 8 años es algo que todavía no podemos superar.

Salí de mi trabajo de cajera en la tienda de telas, caminaba pensando ¿Que haré de mi vida? Aún no tenía decidido que estudiar, si iba a casarme o no, si algún día abriría mi corazón a un buen hombre.
Tengo muchos pretendientes, no soy egocéntrica pero se que soy una chica de buen ver, mi pelo largo negro azulado, mi escultural cuerpo y mis ojos aperlados no son muy comunes, llaman la atención de los chicos, propuestas de noviazgo sobran, en mi trabajo más de una vez he recibido chocolates y rosas, no hago caso a esos detalles ni a esos chicos, agradezco el detalle pero no es mi prioridad enamorarme de un chico.

Quiero hacer algo más con mi vida, mi sueño es ser una excelente financiera, ¿Que tengo que hacer para llegar a cumplir mi sueño? Haré lo que sea con tal de cumplirlo.
Caminaba por las calles de mi colonia, eran exactamente las 7:00PM, el sol se ocultaba poco a poco, concentrada en mis pensamientos tocó el semáforo en verde en una avenida, esperaba el rojo para poder cruzar cuando sentí una mano en mi hombro.

--Hinata ¿Cómo estás? ¿Te acompaño a casa?-- Dijo un buen amigo llamado kiba.

--Hola, estoy bien gracias--

--Hinata, voy para el mismo rumbo que tú, déjame acompañarte-- dijo aquel chico pelicastaño.

--Está bien, vamos-- un poco seria acepté, no soy muy buena hablando, me gustaba mi soledad, me gustaba caminar por las calles para pensar en mi futuro y en que podría hacer para alcanzarlo.

Caminamos hasta llegar a mi casa, al llegar saqué mis llaves de mi bolsa.

--Gracias Kiba, te veo despues-- fijaba la mirada en mi bolsa para cerrarla.

--¿No quieres platicar un rato?--

--Estoy cansada Kiba quiero dormir, otro dia será ¿Te parece?--

--Hinata ¿Por qué no me correspondes? Yo te a....--

--Kiba, perdón pero esque yo solo te veo como un amigo, ahorita no quiero tener una relación, tengo otros planes-- lo miré con un poco de nostalgia.

--¡¡Siempre con la misma excusa Hinata!!-- se acercó a mi y me agarró de los brazos.

--¡¡Kiba me lastimas, sueltame!!-- lo miré con rabia.

--¡¡No te soltaré, estoy harto de tus excusas!!-- me acercó a él y me dio un beso a la fuerza.

--¡¡Quitate!!-- como pude me solté de él y le di una bofetada.

--Hinata perdón, perdóname no se que me pa....-- kiba me miraba con mucha desesperación, al parecer la bofetada que le di hizo que reaccionará.

--¡¡Dejame en paz!!-- di media vuelta como alma que lleva el diablo y entré a mi casa.

--¡Ya llegué!-- grité al llegar a mi casa, me asomé por la ventana y pude ver que Kiba ya se había ido.

--Estupido-- susurré y cambié mi semblante al oír la voz de mi padre.

--Bienvenida, Hinata-- decía mi padre desde la sala sentado leyendo el periódico.

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