❛ ❛ lo que hacen mamá y papá ❜ ❜ ʰʸᵘⁿⁱⁿ ♡

♡ 03 ♡ compras

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Algunos días pasaron, y ahora era Jeongin quien iba a la casa de su amiguito, Hyunjin. Cantaba alegre alguna de las tantas canciones infantiles que hay, dando pequeños brinquitos de emoción en el asiento trasero del automóvil, viendo a través de la ventana.

San se estacionó frente a la casa de las amables madres, Jeongin bajando emocionado, esperando a su padre para caminar a la puerta de la casa agarrado de su mano.

Una vez frente a la puerta, San levantó a Innie para que este pudiera tocar el timbre de la casa, presionándolo dos veces.

Jennie fue quien abrió la puerta, sonriendo al ver quiénes eran.

-Jennie noona! — la abrazó, sonriendo con su adorable boquita de forma geométrica para la mujer que consideraba una madre también, junto con Lisa.

– Innie– lo alzó, pellizcando - amablemente uno de sus cachetitos

-¿vienes a jugar con Hyunjin?

Jeongin asintió, sus rulitos castaños agitándose. Jennie lo bajó —hyunjinnie está en su cuarto, ve.

El castañito le dio un último y rápido
abrazo a la mayor y a su papá, corriendo entonces al cuarto de Jinnie. Mientras, los adultos acordaban una hora para que San pasara por su lindo bebé.

Entró al cuarto sin tocar, el
mencionado leyendo alguna historieta de superhéroes sentado en su cama (que tenía sábanas de Ironman, aunque bueno, todo el cuarto tenía algo referente a aquel superhéroe)

-hyunjinnie! - el azabache fijo su vista en jeongin, dejando a un lado su historieta para poder saludar al bonito castañito.

-Jeongin! – apenas iba a levantarse de la cama cuando el castañito ya se había lanzado sobre él para abrazarlo, causando que cayera con jeongin encima de su cuerpecito, comenzando a besar su sonrosada carita. El azabache empezo a reir por los besitos que le daba el menor en todo su rostro.

Los besitos les habían gustado mucho a los dos, por lo que se daban uno cada que podían, que era a todo momento.

-Jinnie, ¿qué crees? – preguntó para que su amiguito tratará de adivinar, dejando sus bracitos a cada lado de la cabeza azabache, aún sentado sobre su pancita.

-¿Viste a Ironman? – preguntó esperanzado.

-¡No! — rió —. Fuí al supermercado con mis papis, hyunjinnie tonto – informó, dando un golpecito suave a la nariz de su amigo para luego besarla.

-Entonces, ¿quieres que juguemos a hacer las compras? - preguntó, anticipando a lo que diría el castañito.

-Sí, sí! se bajó de encima de hyunjin, tendiéndole la mano para ayudar a que este se levantara también.

Comenzaron a buscar lo que usarían para su juego: un carrito para compras color rosa perteneciente a la hermana dos años mayor a Hyunjin, que en esos momentos estaba jugando en la casa de su amiga Ryujin. Ya con el carrito, los dos niños empezaron a recorrer la casa, buscando cosas que meter en el carrito mientras en cada objeto que agarraban se cuestionaban si comprarlo o no y se daban un besito al finalmente decidir.

-¿Ese, Jinnie? – preguntó el morenito, señalando un adorno.

-No, no me gusta-puchereó.

Siguieron avanzando. -¿Ese te gusta? preguntó, esta vez señalando una esfera de cristal con falsa nieve que se movía al agitarla.

-Sí, esa es muy bonita! — Jeongin sonrió, echando la esfera al carrito y acercándose a su mayor para darle un besito en la mejilla.

Hyunjin le devolvió el beso, con la diferencia de que este fue en los rojitos labios del de hebras cafecitas, causándole un adorable tono rosita en sus cachetitos.

Entraron de nuevo a la habitación de hyunjin. Jeongin rápido fue por un osito, colocándolo en la cama haciéndolo pasar como el cajero.

- Llevaremos éstos, Sr. Oso - le habló Hyunjin al peluche. Los dos pequeños comenzaron a pasar los objetos por el
colchón, deslizándolos pr la sábanahaciendo el ruidito de "beep" con sus boquitas.

-¿Cuánto sería? – preguntó innie al objeto sin vida, acercándosele recortadas simulando billetes y las
demasiado para el gusto del mayor -. Muy bien – sacó hojitas de colores -

puso junto al oso – ¡Muchas gracias
señor Oso! — besó la oreja afelpada del peluche. De repente, Hyunjin golpeó el
peluche, haciendo que este saliera volando de la cama.

-Señor Oso! gritó espantado el castañito, viendo como se estrellabacontra la pared y caía al piso. Volteó a ver a Hyunjin -¿Jinnie, que pasa?