La Gloria Después del Renacimiento II (The Glory After Rebirth)

Capítulo 264.- Envenenamiento de Yuwen Qi y una pildora de un médico que hace..

Envenenamiento de Yuwen Qi y una pildora de un médico que hace milagros

Tomando diez líneas en cada mirada, Zheng shi terminó de leer la carta rápidamente, la sorpresa en su rostro se hizo más profunda. También hubo una mezcla de éxtasis y emoción en su
rostro. Como si temiera haberla leído mal, miró la carta de principio a fin por segunda vez. Después de confirmar su contenido, se puso de pie de un salto, se dio la vuelta y caminó hacia fuera con mucha prisa.

"¿Señora?" La criada se sobresaltó y la siguió apresuradamente.

A mitad de camino a sus habitaciones, Zheng shi se detuvo de repente, un tic en sus mejillas, agarrando con fuerza su pañuelo, la mirada en sus ojos algo aterrador.

Al ver a Zheng shi actuar como si hubiera perdido la cordura, la criada preguntó con horror: "¿Qué te pasa, señora? Me estás asustando. "

Pasó bastante tiempo antes de que Zheng shi se recuperara y deslizara un vistazo fría a su sirvienta. "¿Por qué tanto alboroto?"

La criada palideció un poco y se disculpó apresuradamente: "Le ruego que me disculpe, señora".

"Ve y haz algunos preparativos. Por la tarde voy al templo a rezarle al Bodhisattva por mi hijo" instruyó Zheng shi.

"Si señora. Lo haré de inmediato. "La criada se fue sin más preámbulos.

Los demás apoyaron cautelosamente a Zheng shi de regreso a sus aposentos, donde comenzó a prepararse para el viaje al templo en la tarde, olvidándose temporalmente de Yuwen Qi.

Esta vez, Zheng shi se llevó a veinte guardias con ella en su viaje, y tomó solo calles amplias y concurridas, sin atreverse a atravesar ningún callejón.

Después de llegar al templo, Zheng shi
salió primero del carruaje, fue a orar al Bodhisattva y luego se dirigió a una habitación tranquila al lado del patio trasero con el pretexto de tener que pasar un tiempo a solas.

Zheng shi entró en la habitación, acompañado solo por una vieja niñera, los otros esperando en la puerta del patio trasero que estaba a una distancia bastante larga. Seguro que ella no estaba aquí para sentarse en silencio orando por dentro. Fue porque el que le había enviado una carta concertó en esta sala para una reunión con él esta tarde. La carta decía que había una manera de curar las piernas de su hijo, por lo que, aunque aún se desconocía la identidad del culpable que había enviado a esos hombres de negro para atacarla, ella había elegido venir de todas formas.

Al principio, Zheng shi había estado sentada en silencio con paciencia, pero después de esperar un rato, se puso ansiosa.

"No se preocupe, señora. Saldré y echaré un vistazo".

"Entonces vete."

Pasó bastante tiempo antes de que la niñera Zhong, una antigua sirvienta de Zheng shi, regresó. A Zheng shi se le estaba acabando la paciencia debido a la larga espera. Siguiendo el velorio de Nanny Zhong estaban un monje budista y un misterioso hombre encapuchado que parecía no tener ninguna intención de quitarse su capucha que cubría la mitad de su rostro. Esta persona mantenía la cabeza ligeramente baja, dejando al descubierto simplemente su barbilla y parte de su cuello. Zheng shi solo pudo decir que esta persona era hombre.

La ansiedad en el rostro de Zheng shi
desapareció en que lo vio. Evaluó a este monje budista y al hombre misterioso que estaba a su lado, teniendo la intuición de que este hombre encapuchado era el que le había pedido que viniera aquí. "¿Quien eres?"

"Alguien capaz de curar las piernas rotas de su hijo. ¿No es esta la razón por la que vino a conocerme, señora Yuwen? "respondió el encapuchado con voz masculina, como se esperaba.