𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 1

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En esa fría y oscura noche de invierno comienza esta historia, la historia donde ella dejó de ser la persona que fue alguna vez, el día que cometo su peor error el cual le arrebato todo lo que tuve alguna vez, ahora lo único que quedan en ella son memorias, el dolor que traen consigo y un nombre. Alma.

Vivía feliz en un pueblo con sus padres y sus dos hermanos menores, un niño y una niña de 6 y 3 años respectivamente. Eran una familia humilde pero feliz. Al ser la mayor tenía que cuidar a sus hermanos mientras sus padres trabajan para poder traer alimento a la casa, en ese entonces tenía unos 13 años más o menos, su cabello era de un color dorado muy claro, sus ojos eran de color azul claro con un lindo brillo en ellos, su piel era muy pálida y suave como de porcelana y el color de sus labios y mejillas era de un rosa ligeramente pálido. Todos en el pueblo la conocían por su adorable aura amable y tierna, como por su belleza. Le encantaba vestir de color verde pino.

Aquel día había ido al bosque donde había ido a buscar setas las cuales abundaban en aquel bosque, estuvo un rato no muy largo buscándolas y cuando recolecto suficientes noto que se había alejado mucho del pueblo pero antes de regresar encontró una linda cabaña muy hogareña. Al parecer no había nadie pero la curiosidad la invadió así que decidió tocar la puerta para ver si alguien le abría si no tal vez volvería después. Al tocar la puerta se escuchó un rechinido de la puerta que se abrió y se escuchó un "adelante niña" y la pequeña no dudo en entrar. Se sentía el agradable calor que emanaba de la chimenea, entonces un joven de unos 20 años se acercó a ella, su cabello era castaño y sus ojos color ámbar pero tenía un aire algo inquietante.-

-Hola pequeña,-dijo con voz amable- que trae a una linda jovencita a las profundidades del bosque, ¿te perdiste? -la pequeña negó con la cabeza.

-No estoy perdida, solo me adentre de más en el bosque y me topé con tu casa.-dijo la pequeña niña con voz tímida. El joven puso de lado la cabeza observando a la pequeña con curiosidad.

-Soy Axel, ¿cómo te llamas tu querida dama?-le preguntó el chico.

- Me llamo Alma.-dijo la pequeña niña. Axel acarició un mechón de la niña.

-Tu nombre es muy bonito Alma, al igual que tú,- la niña se quedó callada con una mirada de sorpresa al oír estas palabras pero no dijo nada.- me sentiría honrado una señorita como usted se quedara aquí a tomar el té conmigo.

La niña asintió tímidamente. Unos instantes después ella estaba en una mesita junto al joven tomando el té y entonces Axel le tendió un alhajero de oro con unas esméralas el cual capturo la atención de la pequeña la cual la miraba con curiosidad.

- ¿Te gusta?- Le pregunto Axel clavando sus ojos ámbar en los azules de Alma la cual asintió pero no dijo nada- te lo regalo, esta cajita tiene una cadenita con una piedra que es muy bonita, seguro te queda hermosa.- Alma le dedicó una cálida sonrisa.

- Muchas gracias Axel.- el chico le sonrió de vuelta.- Ya tienes que irte o se preocuparan por ti.- ella asintió, se despidió del joven y regreso al pueblo.

Llego a casa y sus hermanos la recibieron entusiasmados por su llegada, querían mucho a su hermana. Alma los saludo cariñosamente y fue a su habitación a guardar el alhajero para después bajar a la cocina a preparar la cena. Después de la cena llevó a la cama a sus hermanos, sus padres aun no llegaban como de costumbre, siempre llegaban muy noche. Una vez que sus hermanos se durmieron tomo el alhajero y lo abrió, encontrando una cadenita de oro con un dije que tenía una esmeralda, era muy bonito. La niña se quedó observándolo hasta quedarse dormida.

Unas horas después se despertó sobresaltada por el calor que estaba haciendo, se suponía que era invierno y hacia frio, al abrir los ojos lo único que veía era fuego. Alma sin pensarlo dos veces se puso a buscar a sus hermanos pero ellos no se despertaban, ni estaban respirando.

El alma de la muñeca Donde viven las historias. Descúbrelo ahora