Cap. 2 El caballero pirata

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 El pobre chico se encontraba lleno de confusión y miedo, aún así quería saber más sobre sus padres. 

Comenzó a entrenar y a meterse en problemas serios. pasó de simplemente robar hasta convertirse en el capitán de un barco respetado en todos los mares, pues era conocido por los grandes tesoros conquistados por su tripulación.

Su fama servía de brújula para el jóven ojirojo, que estaba seguro de que pronto iba a encontrar a su caballero pirata.

Había comenzado una persecución entre criminal y policía.  Cosa que no duró demasiado.

Un jueves por la tarde la flota de seguridad japonesa navegaba en busca de unos piratas que hace poco habían sido vistos por las islas Dia (._.).

Pasaron unas dos horas patrullando las aguas cercanas, hasta que vieron un barco en la lejanía.

-Kuro-sama! Hemos encontrado el barco del pirata que tanto buscaba- Dijo uno de los tripulantes, logrando captar la atención del capitán, que sin vacilar comenzó a dar ordenes a sus hombres: Preparense para abordar el barco, y recuerden...El idiota cejudo es mio.

Desde el barco enemigo no se veia venir nada, todo era calma y un poco de niebla.

Un horrible sonido como de madera rompiendose acabó con el silencio, luego fue seguido de gritos de hombres diciendo: Ataque enemigo!!! Repito ataque enemigo!!! Todos preparense para pelear!!!!!!!

Boom!

Crack....Crack

Más cañones eran disparados ocasionando terribles daños en el barco, varios hombres eran heridos con cada explosión. El capitán Kirkland observaba aterrado, tenía la misma sensación que cuando habló por última vez con Kuro.

Kuro, tal como su nombre indica, sus barcos son negros, avisan la llegada de la destrucción. Eso pensaba el ojiesmeralda mientras se dirigía a toda velocidad a enfrentar al enemigo. 

-En dónde estás maldito policia asesino!!!??- Gritó desesperado y ansioso por su peligroso reencuentro. Ya habían pasado cinco años desde la última vez que hablaron. 

-Ara...Tan descortés como esperaba.- Le respondió una voz fría que le hacía perder el control.

-N-No es así, yo soy un caballero. Pero tu no te mereces mi respeto.- Se odiaba a si mismo, estaba demasiado nervioso por culpa de ese idiota. 

-Aw que mal- El tono sarcástico de Kuro contrastaba con su inexpresiva cara.

Ambos desenvainaron sus espadas, con movimientos ágiles intentaban romper la defensa del otro sin éxito. 

El japonés se deslizaba con gracia como si fuera natural para el pelear con tanta ferocidad, no mostraba cansancio ni esfuerzo alguno. Cosa que maravillaba al joven pirata, no podía entender como algo malvado como Kuro podía ser tan bello. 

Arthur se sentía torpe al manejar una espada, sabía que la batalla iba a terminar pronto si no hacía algo, así que dejó que su oponente le propiciara un corte leve en el brazo, lo justo para que su actuación fuera creíble. 

Soltó la espada al tiempo que se alejaba para reponerse del dolor que le causaba la herida, era el momento justo para contraatacar. 

Con un movimiento rápido sacó una pistola y disparó.

La bala casi roza el uniforme oscuro del mayor. Su cara mostraba lo sorprendido que estaba.

-Muy sucio, propio de un pirata tramposo como tú.- Dijo mientras tensaba su cuerpo, estaba preparándose para un intento suicida de frenar una bala con una katana.

Se oyó otro disparo, esta vez más certero. Increíblemente los reflejos de Kuro fueron suficientes para desviar un poco la bala, cosa que no evitó que hiriera su brazo izquierdo.

Boom! 

Otra explosión. 

-Q-Qué?- Dijo Kuro con notable confusión. 

Al parecer otros piratas rivales habían llegado para aprovechar la ocasión y matar dos pájaros de un tiro. 

-Cuidado!- Gritó Arthur mientras empujaba a Kuro fuera del lugar de otra explosión. 

Definitivamente no quería que su preciado chico misterioso muriera en manos de alguien que no fuera él. Desafortunadamente ya no era posible continuar con la pelea. 

Ambos estaban tirados en el suelo algo aturdidos. Con gran esfuerzo Arthur intentó levantarse, notando que estaba encima de Kuro, quien tenía la mirada perdida. 

-Oi....No te mueras aún- Le susurró con suavidad al ojirojo. 

-Tu padre también fue un pirata...Mi padre también fue un comandante de la flota de seguridad.- Su voz estaba débil y algo de sangre brotaba por una herida en su pecho. 

Arthur solo escuchaba perplejo. 

-Ellos se mataron mutuamente y por ello estuve buscándote. Pero cuando viniste con un ramo de rosas y me sonreíste con tanta pureza, sentí algo de calidez en mi corazón.- Dijo mientras miraba sus ojos tan verdes como la esperanza. 

-K-Kuro...-Había un nudo en su garganta...-Eres un idiota!!- 

-Lo sé pero más allá de mis sentimientos, estaba el honor. "Un hombre japonés no debe renunciar a su palabra", eso era lo que siempre decía mi padre...-

-No digas más, solo haces que me sienta mal- Tenía lagrimas en sus ojos.

-Eso es lo que me encanta de ti, eres libre, me muestras tus emociones sin miedo.- Con suavidad pasó una mano por el rostro del menor, gentilmente quitando sus lágrimas.- 

Las mejillas de Arthur se enrojecían, al tiempo que sentía un terrible dolor en su corazón. 

-Odio que seas tan gentil...Me duele...Pero no quiero alejarte.- Dijo mientras se agachaba para besar al ojirojo. 


Asakiku: Odiar no es la única opciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora