Prólogo

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Durante seis meses la comisaría de la ciudad de Los Santos pareciera estar en llamas. Un asesino serial ha estado jugando con las mentes de los agentes y columpiándose en sus almas. Viktor Volkov jamás olvidará la primera de estas muertes, motivo por el cual quiso estar a cargo de dicha investigación.

Había sido en Febrero. La nieve ya no era tan densa y, mientras que todos los demás agentes estaban cubiertos de ropa hasta el cuello por el tiempo que hacía, el comisario disfrutaba tanto el frío que sólo llevaba una gabardina negra y una bufanda gris, la cual le cubría el cuello y parte de la cara.

Le habían hablado para inspeccionar una escena del crimen, cometido en algún callejón recóndito de la ciudad.

El asesinato parecía haber sido limpio, incluso podría decirse que fue un asesinato perfecto. Un cuchillo atravesando su yugular. No había otros cortes, tampoco moratones, rasguños o disparos. Incluso parecía que no había rastro alguno de quien pudo hacerle eso, ya que no se veía ningún cabello, pedazo de uña o huellas dactilares que pudiesen delatarle. Pero, por alguna razón, al comisario se le ocurrió revisar los bolsillos de la víctima, rogando encontrar alguna pista que le pudiera ayudar a dar con él. Lo único que necesitaba era un hilo del cual tirar; hasta que lo encontró.

Perfectamente doblado, en su bolsillo se encontraba un papel azul hecho origami en forma de mariposa.

Los siguientes casos no eran diferentes, siempre era un corte limpio en la yugular y el origami azul de mariposa. Era casi como si fuera su marca personal.

Viktor Volkov se juró descubrir quién o quiénes estaban detrás de todo esto; pero lo que más le interesaba eran sus motivos.

El Asesino MariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora