4 de Marzo de 1957
La verdad es que si quiero, mas que cualquier otra cosa. Pero este momento es para mi. Quisiera tener la capacidad de involucrarme día a día con vos y crecer; de verdad que si. Y no es egoísmo. Aunque si soy culpable de no haber hecho las cosas a tiempo. Pude evitar este dilema siendo un poco mas inteligente. Deje pasar tanto que parecería que lo que me queda debo enfocarlo en sobrevivir, pero no. Tengo que seguir, debo seguir. ¿Cuál podría ser tu lugar en todo esto? Me ahogo al darme cuenta que ninguno, por el momento. No puedo hacer todo al mismo tiempo. Crecí no como...¿Debería?. Ya no se. Me cuesta entender donde es que te encontras en algunos momentos. Para colmo, a veces ni siquiera puedo ordenar mis palabras y decirte algo sencillo, como si te diera una luciérnaga cuando en mi hay algo que es casi como la luz del sol y como no puedo mostrártelo, me quemo de la manera mas amarga. Lo cierto es que en este punto pocas cosas tengo claras, pero las que si, se que debo seguirlas.
Me apena decirlo pero suelo tener el mismo sueño casi siempre. Ambos somos de colores distintos que guardan una armonía solo visible a nosotros. Bailamos durante horas en un espacio cálido, con una luz tenue y violácea, donde llueven rosas por cada vez que nuestros corazones se aproximan un poco; solo reímos por este ultimo hecho, nos sonrojamos y seguimos bailando. Casi sin notarlo, nuestros colores se funden mas y mas. No nos sorprendemos sino que nos relajamos, por que ya sabíamos y queríamos que eso pasara. Entonces una lluvia copiosa pero inteligente golpea la tierra con violencia y nos rodea, dejando nuestro espacio alcanzado solo por la cantidad de pétalos justos para seguir viendonos. Luego me despierto y siempre sin aire, con mas valentía que nunca. Aunque a mi lado esta mi propósito y contengo mi ganas de ir por ti. Perdóname, por favor. Quizá puedas esperarme, no lo se. Eso si es egoísta de mi parte. Así que ve, yo voy a estar bien mientras pueda verte cada tanto. Se que sanare de esta carga tan pesada. ¿Dónde estarás cuando yo este listo? ¿Lejos, con otro? No importa. Pase lo que pase te voy a recordar como la mujer tan única, tan magnifica que sos, que merece todo lo que yo ahora no puedo darle.
Lo que quiero decir es que cuando pueda estar mas tranquilo, voy a estar para vos, realmente nada va a poder atenuar lo que siento. Y yo me pregunto, solo por preguntar ¿Qué es lo que habrá?
El señor Morgan cerro la carta mientras temblaba, sabiendo que no había vuelta atrás una vez que cruzara esa puerta con ella. La carta significaba un alivio y poder dejarle en claro lo que sentía. La puerta se cerro de manera serena y con calma aparente se dirigió a la casa de la muchacha. Las aves y los arboles eran mas ruidosos que nunca, el viento también era bastante mas molesto que antes. La gente, extrañamente, tenia un gesto burlón al mirarlo. Pero él siguió mientras apretaba el paso, su tren partía en treinta minutos.
Cuando llego a la casa, nadie estaba. Miro por las ventanas y solo había oscuridad. Un tipo paso y le pregunto que hacia. Morgan solo respondió que tenia que darle una carta a la dueña de casa, que era una buena amiga suya. El tipo lo miro a los ojos y le dijo que la mujer que allí vivía se había suicidado ayer a la noche. Morgan cayó al suelo.
-¿Como sucedió?- Pregunto Morgan mientras recuperaba la conciencia.
-Se corto las venas luego de dejar una breve y curiosa nota de suicidio que decía "Aquí estuve ¿Dónde estas vos?".
ESTÁS LEYENDO
Aunque sea tarde
Short StoryAunque era difícil, el debía escribirle y dejarle en claro lo que sentía.