Día (2)

13 1 0
                                    

Dicen que "una mente ocupada no extraña a nadie". Pues confirmo que no es así.
Inevitable sentimiento que al final de la jornada se muestra como una soledad hiriente por no sentirte esperado.

Mañanas de trabajo continuos que entretienen la mente pero no te hacen olvidar.
Tardes de risas entre amistades que solo lleva a una falsa alegría, ya que, muy dentro tuyo, sientes pasar el ardor infernal que te recuerda que tú realidad es otra.
Y noches en vela en las que quieres caer rendido, anestesiado, e irónicamente estar persiguiendo un sueño fugaz.

Sonrío tristemente en medio de todo ese caos, queriendo correr a por ti, pero sin moverme por si no me quieres contigo. Y es que, no es que no te ame, al contrario, lo hago tanto que sencillamente evito hundirte nuevamente y que te sientas perdido, perdido de mi.

Crónicas de un corazón fuerte. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora