El poder de la villana

Prólogo

- Mami.... vamos a comer pasteles juntas- Dijo Norelia la pequeña hija del duque Dekker a su madre que veía el horizonte desde el balcón de su habitación 

-Cariño debes ser una niña fuerte... no te dejes engañar por el amor... ese sentimiento te hace cometer muchas barbaridades sino piensas claramente 

- Pero yo quiero ser como mami...

- No... se mejor que yo...

- Mami.. por que lloras.... no me gusta verte así 

- Tranquila cariño es solo que mami estaba recordando sus errores... pero esta viendo sus aciertos también

Ella acaricio la mejilla de su hija y le regalo una gran sonrisa a pesar de que sus lagrimas no dejaban de caer 

Meses después mientras Norelia jugaba en el jardín... una masacre empaño la toda su felicidad, pues ese día unos criminales atacaron la casa del duque y sospechosamente solo mataron a su madre... Norelia quien no entendía que había perdido a su madre la empezó a buscar apresuradamente y la encontró cuando su padre la levanto del carcho de sangre donde estaba

- Padre que le sucede a mi mami

- Norelia vete de aquí... 

- Mami... que te pasa contéstame

Norelia pegaba saltitos para ver el rostro de su madre pero al ser una pequeña  niña de 6 años le era imposible verla

- Martina llévate por favor a Norelia de aquí inmediatamente

- Como desee mi señor.. joven señorita por favor vamonos

-Pero... mi madre estará bien verdad 

- Si se va conmigo lo sabrá pronto así que vamos por favor

Norelia se acerco a su madre y le dio un beso en su mano

- Te veré pronto mami... te amo 

Aquellas palabras fueran la despedida pues sin que Norelia lo supiera ese mismo día y sin un velorio correspondiente fue sepultada

- Padre a donde me llevas

- Vamos a ver a tu madre... 

- Enserio por fin me llevaras te lo e estado pidiendo por varios días...gracias padre 

Después de varios minutos en el carruaje por fin llegaron a su destino pero la a alegría que había tenido Norelia se estaba desapareciendo pues se acercaban al cementerio del territorio

- Hemos llegado duque 

- Bien... vamos Norelia... es hora 

- Pero que hacemos aquí

- Vamos

Ambos bajaron del carruaje, Norelia quiso sostener la mano de su padre pues tenia miedo todo el ambiente allí era de tristeza le daba mucho miedo pero su padre rechazo el gesto y continuo caminando, cuando de pronto vio que el se detuvo frente a una tumba 

- Aquí esta Norelia... aquí esta tu madre

Los ojos de Norelia se dilataron al escuchar esas palabras y al ver el nombre en la lapida

- Padre esto es una broma dijiste que mamá estaba bien 

- Pues era una mentira... aquí esta tu madre...bueno es hora de irnos

- Porque me mentiste todos me mintieron dijeron que mamá estaba en el hospital y no me iban a dejar entrar... porque

- No tengo porque contestarte... agradece que te e dicho la verdad... despídete de tu madre es hora de irnos

Norelia empezó a sonreír no podía creer que eso estuviera pasando seguido de eso las lagrimas empezaron a salir... Norelia no sabia que hacer pero lo que si sabia es que odiaba todo eso

- Vamonos... tengo trabajo por hacer

Ante tal grito Norelia se acerco a la lapida de su madre le dio un beso y se fue prometiendo algún día regresar

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El tiempo paso rápidamente Norelia ahora con 10 años había cambiado completamente aquella alegría que la caracterizaba había desaparecido ahora era alguien muy frio que no le importaba nada ni siquiera que su prima le hubiera robado toda la atención y que su padre se haiga casado con la hermana de su madre

-¡ Malditos como los detesto!

- Mi lady se siente bien

- No es nada vamos quiero regresar a mi cuarto

Desde aquel día después de regresar del cementerio Norelia no a querido salir del cuarto de su madre y lo volvió suyo... simplemente bajaba a comer y regresaba a el 

- Hermanita ya no quiere seguir viviendo... si es así por favor suicídate pronto nos fastidia verte a aquí

Su querida prima que ahora posea incluso el apellido Dekker se burlaba de ella conjunto a muchos empleados de la mansión pero Norelia no le importaba y siempre la ignoraba

- Mi lady como puede aguantarlas 

- No escucho palabras necias Martina y espero que tu no las escuches el enojo te puede matar 

- Si mi lady lo tendré en cuenta... por cierto a llegado una carta para usted 

- Vaya eso es inusual... la leeré ahora veré quien la envía