Love at Night

Capítulo 3.

Los rayos de luz eran tenues indicaban que el atardecer llegaría pronto, un joven de aparecia etera de un largo cabello como la tinta y los cielos nocturnos que era sujetado de ambos lados dejando su largo pelo libre, caminaba en las profundidades del bosque haciendo como todos los días su rutina, en su espalda lleva un arco con flechas como había oído de lo más pequeños discípulos habia un demonio rondando por los alrededores.

Como hijo de la luz el joven no podía permitir que seres abominables estuvieran cerca de las tierras sagradas, el cantar de los pájaros se escuchaba como un leve susurro a la lejanía el crujir de las ramas que provocaba estraños ruidos, mantenían en alerta al joven que caminaba con sigilo estando alerta de cualquier presencia demoniaca, desde la antigüedad habían mantenido su familia junto con otras tres una guerra contra el mal, procurando mantener el balance pero siempre los demonios encontraban como hacer estragos y atormentar a los seres humanos.

El joven se encontraba en lo más profundo del bosque cuando unos estrepitosos ruidos de explosiones lo puso a alerta, tomando el arco en mano corrió hacia el norte donde provenía aquellas fuertes explosiones, sus orbes oscuros visualizaron a cuatro demonios que peleaban entre sí con otro demonio que no hacía nada por defenderse, tomo cuatro flechas y las tiró ejerciendo poder espiritual. Los demonios que trataban de matar aquel demonio de miraba retadora, tuvieron que retroceder al ser heridos por aquellas flechas espirituales donde provocó la muerte de uno de ellos.

—Mierda larguemonos es un hijo de la luz -entre maldiciones los demonios desaparecen dejando atrás al demonio mal herido en el piso que se encontraba con una flecha en su hombro_

El joven se acerca tensado el arco con una flecha completamente diferente a la anteriores, esa flecha señaba el mal y eso iba hacer no quería admitir que tras mucho tiempo haciando lo mismo se habia empezado a cansar y solo señaba a los demonios, el joven que era el hijo mayor de la familia Xiao pensaba cuando iba a terminar aquel ciclo sin fin de matanza, que tanto humanos, ángeles y demonios podían coexistir en paz sus orbes cafés oscuro miraron nuevamente aquel joven de hermosas facciones de un largo pelo castallo que le había recordado la época donde las hojas caen, esos ojos claros que lo miraban esperando que lo matara, pero había más en ellos que le dio la vaga idea que pensaba igual que el, le dio aquella sensación estaba viendo a un demonio que tenía más humanidad que nadie.

—H..hazlo t..termina lo que ellos no pudieron hacer e.s lo mejor- la rasposa como débil voz del demonio llego a los oídos del joven que se tensó al escuchar la profundidad de su voz_