The dark side of the moon || Stray Kids.

TDSOTM.

Se miró al espejo por quinta vez, procurando que todo en su imagen estuviera bien. Un vestido negro con detalles en dorado, y una cinta del mismo color rodeando su cintura; zapatos negros mostrando los dedos, y un maquillaje sutil pero notorio. Era la fiesta de cumpleaños número dieciséis de una amiga. No eran las mejores amigas, pero se podía considerar una buena amistad. Sus padres eran personas adineradas, siendo aún así bastante humildes. 

Sintió tres golpes en su puerta. 

—Ya voy, mamá— avisó, y estaba apunto de torcer los ojos cuando vio que abrió la puerta.

—No tengo hija que yo sepa— se asustó un poco por la inesperada respuesta, pero se tranquilizó al instante al darse cuenta de que era uno de sus mejores amigos, era inevitable no reconocer la grave voz del chico. Medio lo ignoró para seguir arreglando los últimos detalles, como el peinado o algún pliegue en sus medias—. Estás bonita, pero déjame decirte que te quedaría mejor un poco de brillo en los ojos o los labios— menciona Felix mientras, adentrándose a la habitación, tomaba uno de los labiales de Venus, uno que tenía brillo en específico. Se acercó a ella y le tomó la cara con sus dedos regordetes, con su otra mano comenzando a ponerle el labial. Era un color rojo pero suave, quedaba muy bien con todo lo que traía puesto y con el resto del maquillaje. 

—Gracias— agradece sonriendo y se para a mirar a su amigo—, ¿Qué hay de ti? ¿Vas a un cumpleaños o a una gala?— bromea mordiéndose el labio inferior. 

—Respeta el flow— contesta divertido Felix también y finge limpiarse el hombro con aires de superioridad, para luego reír. Lee Felix se encontraba con traje azul oscuro, camisa negra de seda, cadena de plata supuso Venus, aunque de todas formas no estaba muy a la vista, ya que se encontraba dentro de la camisa. Tenía unos zapatos formales de color negro también, algunas pulseras, y su infaltable arito colgante. Su peinado era ese que él sabía que le quedaba bien: todo su cabello peinado hacia atrás, dejando caer solo unos mechones sobre su frente, y sin raíces por supuesto, era muy importante para el pecoso lucir bien. 

—Te tapaste las pecas— mencionó la castaña pinchando con su dedo índice la mejilla del chico. 

—Sí, es que sabes, últimamente me estoy sintiendo inseguro con mis pecas, además, creí que no se verían bien con... Bueno, con lo que llevo puesto y el tinte de mi pelo— confiesa adentrando sus manos a los bolsillos de su pantalón, y balanceándose sobre sus pies por mientras.

—Tonterías, tus pecas son hermosas y combinan con todo, literalmente— Felix sonrió, aunque su mirada se vio fría y macabra por un microsegundo, claro que Venus consideraba que solo había sido su imaginación, pero su subconsciente juraba que la había visto y sabía que algo andaba mal. Quizás era su padre de nuevo, que había hecho una visita hace algunos días atrás. Decidió ignorarlo, al menos por ahora, sabía que al menos durante el festejo se le iba a olvidar toda esa situación—. ¿Vamos?

Él asintió y tiró de la puerta para salir. Venus solo tomó su pequeña cartera, en la que llevaba las cosas más importantes, y se la colgó en su hombro para luego copiar la acción de su amigo.

Bajaron las escaleras, encontrándose con la mamá de Venus sentada en frente de la computadora, muy probablemente estudiando, ya que iba en su tercer año para ser licenciada en recursos humanos, y había decidido estudiarlo a sus treinta y nueve años, tenía la motivación aún. Su padre por otro lado, estaba preparando la cena. 

—¿Ya se van?— preguntó Sarah, su madre, dejando de ver la pantalla por un momento. 

—Sí, y antes de que preguntes, llevo celular, dinero, una bolsa, y gas pimienta— Felix giró la cabeza, mirándola extrañado— ¿Qué? Hay mucho peligro afuera en la noche, es precaución— él simplemente torció los ojos y la abrazó fuertemente. Siempre llevaba consigo un gas pimienta, solo que el pecoso no sabía de ese pequeño detalle, sí sabía de la bolsa, eso ya lo conocía y era debido a que, no siempre, pero la castaña tendía a quedarse sin aire si estaba en una situación de mucho estrés. Tampoco es que se estresara fácil o que solo estar un poco estresada la dejara sin aire, pero por las dudas, siempre tenía una consigo.