La triste rutina de Avión.

1.1K 210 88
                                    

Ese día había llovido, toda la mañana, toda la tarde. Las nubes opacaron al sol durante la mayor parte del tiempo, dejando que apenas unos pocos halos de luz traspasen el cúmulo de vapor y den con el suelo, reflejando en el agua mojada y formando un ligero arcoiris que recorría toda el área hasta chocar con algún edificio, sombra o mueble.

Finalmente había anochecido, la luna ahora reemplazaba al sol, tal vez no brillando tan intensamente, pero brillando a su manera, dándole confort y tranquilidad a un grupo específico de personas.

Avión Disparando Hacia el Cielo había dejado de lado su mega proyecto de escritura. Había alcanzado las 7.845 palabras cuando decidió dejarlo de lado para tomarse un merecido descanso. Después de todo, sus dedos realmente hacían una hazaña heroíca en el teclado. Además, todavía traía consigo el peso de que su cerebro y sus ojos se enfrentaran constantemente a la luz azul de la computadora. Aunque hace tiempo que ya le había instalado un filtro de luz amarilla, cansado de sentir las horribles puntadas en sus ojos.

Avión se tomó un jugo de naranja natural y comió arroz con verduras. Alguna que otra carne entre medio, escapando totalmente de su costumbre de comer sólo ramen instantáneo. El proceso que se pasó en la cocina lo alivió un poco mientras bailaba algunas canciones de su gusto. Esta vez había dejado a un costado las tristes canciones de decepciones y malas emociones, tuvo suficiente en tanto tiempo. Esta vez se enfocó en canciones alegres y de amor.

Aunque él no recibió amor ni lo sintió en mucho, mucho tiempo.

Lo comió todo pacientemente en la mesa de la cocina, mirando como las gotas de lluvia rebotaban sobre su ventana de cristal.

Eran resbaladizas, chocaban contra ellas para contenerse por un poco tiempo y luego se deslizaban junto a la gravedad.

Avión se cepilló sus dientes después de una semana sin hacerlo. Y lo hizo a profundidad, se tomó su propio tiempo. No sentía ganas de hacerlo, no se sentía merecedor de hacerlo. Pero tener que pagar un dentista sólo lo transformaría en un problema futuro, si es que había uno. Prefería mantener sus dientes sanos.

Avión se tomó una ducha de 45 minutos, después de haber estado unos dos días sin hacerlo. Primero se aseguró de limpiarse bien, y luego se entregó a la absoluta relajación del agua tibia rebotando por su piel. La presión contra su cuello y el cuero cabelludo le descansó un poco la vista y el cerebro. Cantó algunas canciones en voz baja y bailó un poco. Distrayendo un poco su mente de todo lo que generalmente solía atormentarlo.

Aunque generalmente era muy difícil conseguir esto.

Avión salió de la ducha cuando el vapor comenzó a llenar el lugar. Tomó la toalla y procedió a sacarse la humedad de encima. No quería enfermarse, eso afectaría a su capacidad de escribir diez mil palabras diarias. Y realmente no tenía ganas de tener que lidiar con esto. Afectaría a sus ingresos mensuales y después se reflejaría en todo un mal mes económico.

Avión se vistió, esta vez decidió renunciar a las ropas oscuras, combinando una remera rosa y un pantalón de pijama gris beige. Ropa cómoda y suelta, se sentía extrañamente ligero bajo estas prendas. Cómodo, estético y brillante. Le gustaba.

Avión fue a buscar un secador de pelo.

Avión se aseguró de haberse secado bien el cabello, dejando a propósito pequeños rizos y zonas un poco esponjosas, antes de tomar un peine y comenzar a desenredar los nudos. Su cabello ahora quedaría con un volumen más atractivo, seguía siendo lacio, pero más revoltoso. Después de todo, llevaba unos 5 meses sin cortárselo. Era perfectamente moldeable.

Su cabello tomó un brillo indiscutible, al haber sido correctamente enjuagado después de tres semanas.

Avión se miró al espejo, se recogió el flequillo en una pequeña cola, tomó una mascarilla facial y se la puso. Luego fue a seguir con su escritura.

Avión alcanzó las 10.000 palabras en los siguientes 25 minutos.

Avión guardó su trabajo y luego se retiró al baño, para sacarse la mascarilla y colocarse una loción humectante. Se soltó el flequillo poco después.

Avión tomó un brillo labial, para poder humectar sus labios secos por los días sin alimentarse ni beber agua adecuadamente.

Avión se miró al espejo. Sus ojeras se notaban demasiado, pero su cabello estaba desenredado y arreglado de forma cómoda y juvenil, su cuerpo limpio y relajado, después de cierto tiempo. Sus labios brillaban por primera vez en días. Su ropa era colorida a diferencia de los demás días comunes, días tristes y demasiado solitarios.

Solía quedarse por horas en su tiempo libre buscando refugio en sus amigos de internet. Hoy definitivamente sería diferente.

Hoy sí haría su mejor esfuerzo para lidiar con esa fuerte presión en su pecho. Al menos se tomaría un día de descanso.

Entonces, Avión arregló su habitación (Aunque era de noche ya).

Los desórdenes de mantas y sábanas arrugadas fácilmente se convirtieron en una superficie cómoda, plana y bien ordenada. Una apariencia fresca en comparación a la cueva que era todos los días.

Avión fue a la cocina y comenzó a hacerse palomitas, no le importaba volver a ensuciarse los dientes. Estaba bien, sólo quería estar presentable para sí mismo. Se aseguraría de volver a limpiárselo nuevamente antes de dormir.

Cuando acabó lo colocó en un recipiente para comerlo.

Avión se sentó en su cama con su computadora portátil. Abrió el navegador y comenzó a buscar alguna película que pudiera interesarle. Esta vez quería algo lleno de comedia. No le importaba el gobierno chino, quería ver una película de comedia sin importar de donde provenga.

Aunque tenga que usar VPN, eso era lo que menos le importaba en ese momento.

Es verdad.

Esta vez Avión tenía decidido pasar tiempo consigo mismo. Avión no miraba el celular. No, como solía hacerlo compulsivamente mientras leía comentarios de su novela o buscaba entablar conversaciones con otros internautas.

Era una noche lluviosa.

Avión se había arreglado, había arreglado su habitación, se había peinado y alimentado.

Por supuesto, nadie estaba ahí para apreciar este cambio y este pequeño progreso. Al final, él era un escritor ermitaño que vivía sólo y no tenía amigos.

Solitario.

Era la misma razón por la que ya estaba cansado de su propia soledad, la razón por la que pensaba en dejar de vivir, ya que no le haría daño a nadie ni algo cambiaría sin su existencia.

Aunque ya se había acostumbrado al sabor de la soledad. Y a menudo, hablaba consigo mismo, sus pensamientos tendían a escaparse de sus labios.

A veces se preguntaba si en algún momento tendría la oportunidad de abandonar esa insoportable soledad. La sensación de no pertenecer a ningún lugar.

¿Algún día alguien escucharía todas sus ideas y divagaciones? No era necesario que respondiera, simplemente con ser escuchado...

A veces se sentía tan desesperado por recibir aunque sea un abrazo...

Las relaciones de cualquier tipo a menudo tienen un final. Él lo experimentó en primera fila. Siempre se preguntaba si la actual vida de sus padres les duraría mucho.

En ese caso, aunque él tuviera a alguien para abandonar su soledad, esta relación algún día acabaría.

Y cuando eso suceda, ¿Realmente podría volver a acostumbrarse a la soledad? ¿El dolor en su pecho incrementaría después de eso hasta un punto en el que no fuera capaz de lidiar con ello?

Pero por más que piense en el futuro o en las posibilidades tan ansiosamente, ésta era su realidad.

Una realidad un poco cruel, pero también bastante confortante.

Él estaba completamente sólo.

Avión estaba demasiado cansado. Mucho más de lo que cualquiera podría notar.

Pero a pesar de la hora, Avión lo hizo bien.

Nadie lo notó.

Pero Avión sí lo hizo y eso fue suficiente.

Avión lo había logrado hoy.

🎉 Has terminado de leer ❝La triste rutina de Avión❞.-Shang Qinghua [SVSSS]. 🎉
❝La triste rutina de Avión❞.-Shang Qinghua [SVSSS]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora