Cuando piensas en el hijo mayor de una familia noble de Inglaterra en 1886 con 19 años cumplidos hasta el momento, probablemente lo primo que llegara a tu mente será un joven alto, de tez blanca, cabello rubio y ojos azules... Izan Birdwhistle fue todo eso y mucho mas, un estudiante de ciencias que lo tenia todo, que hablaba y se comportaba como si el mundo le debiese algo y que a pesar de ello no conocía el valor de las cosas.
Sin embargo al momento de cumplir 20 años llego el momento de que la vida le diera una bofetada de realidad, fue entonces que sufrió un accidente en su imponente caballo pura sangre inglés, accidente que casi le costaría la vida al joven Birdwhistle.
Tras lo sucedido el joven comenzó a creer que la vida no era lo suficientemente larga para que alguien que merecía todo en este mundo justo como el, la disfrutase.
y fue justo en ese momento cuando llego a sus oídos de boca de un hombre, un extraño rumor que hablaba sobre la existencia de un elixir, elixir que era capaz de otorgarle la inmortalidad a todo aquel que lo poseyera.
El joven Birdwhistle paso los siguientes 8 años de su vida buscando con desesperación, leyó todo lo relativo al tema, viajo por el mundo buscando respuestas, pero cada pista lo llevo a un callejón sin salida. Hasta que finalmente se encontró con la pista mas grande que la vida le pudo otorgar. En uno de sus viajes encontró a un a mujer bastante mayor que le conto la historia mas increíble que había escuchado jamás, sobre un hombre que visitaba su bar desde que ella era apenas una niña, hombre que cada que ella veía permanecía exactamente con la misma apariencia de cuando lo vio por primara vez hace tantas décadas atrás, su padre le conto que la única vez que ese hombre había asistido acompañado al bar fue hace mas de una vida para el, exactamente 40 años, la aparecería de aquel acompañante era tan imponente que cada detalle quedo tatuado en la memoria de aquella mujer, un hombre que vestía elegante, alto, pálido, de bastón y sombrero, así como un hermoso anillo de oro con una jema color rojo brillante, a comparación de aquel extraño que poseía las pintas de un clásico vaquero, su acompañante era un hombre que causaba escalofríos. La mujer cuenta que no duraron mucho en la mesa, pues salieron del bar por un momento, fue ahí cuando el sonido de dos disparos inundo el lugar, unos minutos después la puerta se abrió de nuevo y el vaquero volvió solo.
Nunca se encontró se volvió a ver al otro hombre por ningún lado, como si la tierra se lo hubiese tragado, aunque los presentes susurraban que aquel elegante hombre simplemente se marcho caminando del lugar tal y como llego justo después de estrechar manos con aquel vaquero, desde entonces el vaquero regresaba sin aviso previo, pedía dos tragos tomaba uno y después se retiraba del lugar.
La historia de la mujer dejo sin palabras al ya no tan joven Birdwhistle, el sabia que aunque el vaquero le podría dar respuestas, su intuición le decía que a quien realmente tenia que encontrar era a aquel hombre elegante que lo acompaño esa noche hace tantos años atrás. Pasaron 4 años hasta que dio con el rastro de aquel misterioso hombre de sombrero, pero para hacerlo siguió tantas pistas que cada que se acercaba mas a el, caía mas en cuenta que lo que hacia era posiblemente lo mas peligroso que alguien hubiese hecho, pero aun así confiaba en que su con inteligencia podría engañar al mismísimo abogado del diablo.
Siguió el rastro de aquel hombre y de aquel anillo que había deducido no era otra cosa sino la piedra filosofal, hasta una increíblemente grande mansión que asemejaba mas a un castillo que a una residencia, situada en el centro de un valle rodeado de enormes acantilados y montañas, sin ningún otro rastro de vida a kilómetros.
Birdwhistle se acerco a la puerta que aquella imponente mansión y sin pensárselo dos veces llamo a la puerta, pasaron unos minutos sin recibir respuesta, Izan estaba tan desesperado por encontrar aquello que buscó por tantos años que la primera y única idea que tenía contemplada el entrar a la casa por la fuerza, lo único que importaba eran sus propios deseos.
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Trato hecho
HorrorSi buscas un trato asegúrate de que valga la pena el precio que pagas por el