Para bien o para mal, Naib aún recuerda sus días en el ejército.
Una gran armada de alfas únicamente, enfrentándose contra otra compuesta por el mismo sexo secundario, todo para demostrar su superioridad sobre el resto.
Así fueron y son los alfas: ególatras y tozudos; era inevitable el conflicto. La peor de las características con las que se les dotó fue la fuerza y presencia frente al resto de géneros, por eso fue que respecto a lo que una guerra de refiere un género ajeno al alfa estaba fuera de discusión.
Los betas no tenían ni de lejos la autoridad primitiva de los alfa, ni la constitución nata de ellos, y los omegas... Considerar siquiera que un omega pudiera tener un rol en el ejército fuera del asignado para la crianza era un chiste.
Esa era la ideología que terminó asumiendo Naib. Nunca se le había demostrado lo contrario de todos modos.
Bueno, hasta que conoció a Eli.
Contra todo pronóstico aquel hombre beta encapuchado se impuso sobre los cazadores alfas puros, sin flaquear en lo más mínimo. Descodificó, rescató y contuvo a estos como si nada, y Naib no podía evitar pensar en lo útil que habría sido esta tenacidad inquebrantable en la guerra.
Que fuese un simple beta no era impedimento para usar sus habilidades en el campo de batalla. Era admirable, sin duda, incluso cautivador.
Para sí, admitió su preferencia sobre el vidente en los partidos.
Incluso llegó un punto en el que realmente esperaba con ansias volver a ser emparejado con él para poder unir fuerzas una vez más. Podía sonar exagerado, pero era como se sentía al respecto. Fue atrayente en un sentido exótico. Quizá hasta en algún otro aspecto, aunque no sabía cómo expresarlo con palabras.
Entonces cuando Eli no asistió al partido de la mañana en el que hubieran coincidido fue una verdadera decepción.
Naib, Patricia y Kurt se quedaron pacientemente en la sala de espera. Incluso el cazador, Wu Chang, en esta ocasión, tras las cortinas que lo separaban de la mesa de los supervivientes, luchaba por no quedarse dormido ante la prolongada espera.
Sin Eli no podían empezar, y después de un completo cuarto de hora dudaban que se presentase.
Kurt fue el primero en hablar.
-Bueno...- Comenzó el explorador distraído, recolocando con incomodidad las asas de la mochila que llevaba a su espalda.- Qué buen día se ha quedado, ¿eh?
No hubo respuesta ni por parte de Patricia ni por parte de Naib. Lo único que se ganó fue una mirada irónica de este último. El explorador decidió rectificar.
-Dudo que Eli se presente a estas alturas. ¿Pasará algo si nos escaqueamos del partido?
Esa era una buena pregunta.
En todo el tiempo que llevaban en la mansión metidos, que no era poco, nadie rompió la regla de asistir a los partidos. Sorprendentemente, todos se presentaron sin falta a cada uno de ellos, incluso si daba lugar a las cuatro de la mañana.
No es como si le rindiesen lealtad al enfermo juego, como si no quisiesen perdérselo. Era más bien por el temor a recibir un castigo de algún tipo. Porque no les convenía llevarle la contraria a aquellos que los tenían encerrados allí, conociendo que tenían el poder y la influencia para retener de igual forma a demonios, mutantes y dioses literales.
Esto lo entendieron todos, hasta los más cabezotas, como Riley, Ellis o Le Roy; inclusive Naib decidió no ir a contracorriente, y ya era decir.
Que el primero en desobedecer la norma fuese Eli Clark en su lugar fue chocante, cuanto menos.
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Nesting owl - NaibEli
FanfictionEli no apareció ni en los partidos de la mañana, ni en los de la tarde, ni en los de la noche. Naib busca explicaciones y termina encontrandose con algo que no debería. Palabras: 7.943