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- Escuché a Jackson decir esta mañana que ingresaron a un becado a la escuela.

- ¡¿Es decir que un pobretón va a estar compartiendo espacio con nosotras?! ¡Ugh, que asco, no deberían estar cerca de gente de nuestra especie!

- De seguro será alguno más de esos plebeyos sin educación. ¿Cómo se le ocurre al director hacer ese tipo de mezclas, eh?

- ¡Mi padre enloquecerá cuándo se entere de esto!

Eso y miles de murmullos más era lo que se escuchaba en los pasillos, aquella fria mañana de octubre. Una pelinegra en específico se sentía ajena a todas las odiosas conversaciones a su alrededor, todos ellos eran una bola de niños mimados, hijos de papi que habían nacido en cuna de oro, chicos sin un verdadero conocimiento de la vida o lo dura que la misma era, sin una mísera pizca de empatía por los demás, que carecían de ética, moral y cerebro (entre otras cosas).

Bueno, Kim Jisoo no era del todo la excepción. A igual que la partida de imbéciles que estudiaban con ella, había nacido en una familia podrida en dinero. Creció con la mejor educación que Corea del Sur pudiera ofrecer, rodeada de lujos y dinero, pero siempre le había faltado algo, el cariño que su familia debía ofrecerle; sus padres excasamente se preocupaban por ella, por ende, fue criada por su nana Ji Eun (Hasta el día en que la misma murió) mujer que la había convertido en todo lo que era y en la que había hallado a padre y  madre a la vez. Tanto ella cómo su hermano Seokjin estuvieron al cuidado de la señora, quien les había inculcado muy buenos valores y le había enseñado la realidad del mundo fuera de lo que la clase alta le enseñaba. Falleció cuando la menor tenía tan solo once años, quedó de alguna manera, sola, puesto que su mayor estaba comenzando a hacer su vida aparte y sus progenitores seguían sin tomarle en cuenta. Era conciente de que habían muchas personas queriendo tomar su lugar, pero aún así, odiaba su vida. Aborrecía esa maldita escuela y a los que allí estaban, pero no tenía escapatoria, le desagradaban sus padres, quienes decían querer lo mejor para ella (una mentira completamente descarada y Kim lo sabía) Para su fortuna, le quedaba un año y algunos meses para cumplir la mayoría de edad, esperaba con ansias que llegara aquel día para por fín poderse largar a re-hacer su vida en un mejor lugar. Lejos de todo lo que la atormentaba y la destruía, un lugar dónde pudiera ser feliz. Porque sí, su vida era el pleno ejemplo de que el dinero no compra la felicidad. ¿De que le servía ser millonaria sí realmente no lograba sentirse cómoda con su existencia? 

Seguía escuchando comentarios, así que únicamente volteó los ojos y comenzó a retirar los libros correspondientes a la primera clase de su casillero, en eso, sintió que alguien se posaba al lado suyo, no tenía necesidad de ver a la persona para saber de quien se trataba.

- Buenos días, Do.

- Buenos días Kim.

Era Do Kyungsoo, su mejor amigo y uno de los contados que tenía. Se habían conocido desde el primer año de bachiller porque iban a el mismo curso, en vista de que los dos se precían demasiado, habían decidido formalizar su amistad. Ambos eran el tipo de estudiantes callados del salón, pero con caracter fuerte, con los que nadie se atrevía a meter (Aquellos que poseían pinta de tener altas probablilidades de iniciar una matanza en el colegio) además de ser extremadamente inteligentes y talentosos. Admirados por muchos en secreto, odiados por otros, eran el duo perfecto.

- Hey, ¿Has escuchado los rumores de esta mañana? - Preguntó el chico apoyándose en el locker de al lado.

- Mi querido Kyungsoo, es inevitable no hacerlo. Sin embargo, como considero que sabes, no soy fanática del chisme. Pero sí quieres mi opinión, es totalmente inmaduro todo lo que estos  idiotas dicen y . . . ¿piensan? En fin, hablan con tanto asco de una persona que no conocen, i mean, que el estudiante sea becado no implica que los pueda contagiar de alguna enfermedad peligrosa que termine matándolos a todos, aunque eso es lo que yo más quisiera, no ocurrirá.

Él dejó escaparr una risita, esa chica era un todo caso - Hmp, creeme que me esperaba ese tipo de reacción de parte tuya. Lástima que no todos piensen de la misma forma que tú, Soo.

- Lo sé, Soo - Contestó ella guiñándole un ojo - Aunque, aún así, tengo un poco de intriga por saber quien es el susodicho y por saber en que curso quedará.

Do iba a reponder, pero se dió cuenta del silencio sepulcral en el que se encontraba el pasillo en el que estaban. Minutos antes, las personas que se encontaban en el lugar hablaban a un volumen estruendoso, ahora, solo se escuchaban algunos murmullos. Kim alzó una ceja en su dirección, confundida por la situación. Pero relajó un poco su expresión al ver cómo un muchacho pelinegro de tez levemente bronceada caminó al lado de su mejor amigo, justo en medio del pasillo. A pesar de tener muchos pares de ojos mirando en su dirección y varios individuos susurrando hacía su persona, el chico mantenia una ligera sonrisa en el rostro. Jisoo no era la chica más social del colegio, ni conocia a un monton de gente, pero jamás le había visto por las instalaciones. Había que ser muy tarado para no darse cuenta de que ese era el chico nuevo, el becado.

- Es él.

- Sí, definitivamente lo es.





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⏰ Última actualización: Dec 16, 2020 ⏰

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