No soy como él [Jinsoo]✔

Capítulo veinticinco.

Jisoo se encontraba guardando sus cosas en la mochila ya que la práctica de basquet había finalizado.

Tomó un poco de agua fría que tenía su botella, o más bien botella que le robó a su hermana Joohyun.

Colocó la mochila en uno de sus dos hombros mientras soltaba alguno que otro jadeo debido al cansancio.

—Muu bien Jisoo—Escuchó la voz de Namjoon una vez había salido del patio de la escuela.

La menor le regaló apenas una sonrisa y levantó uno de sus pulgares.

—Nosotros también jugaremos el mismo día que ustedes—Volvió a hablar el moreno y ambos chicos Kim comenzaron a caminar hacia la salida de la escuela.

—Oh, genial—Jisoo asintió y bebió un poco más de agua—Espero que les vaya muy bien—Aplanó sus labios.

—Gracias, digo lo mismo—Nam le regaló una sonrisa y sus dos característicos hoyuelos aparecieron en sus mejillas.

Ambos llegaron a la entrada y la menor soltó un inaudible bufido debido a que el auto de su madre aún no estaba.

—Oye... ¿Puedo preguntarte algo?—Preguntó el chico más alto. La menor lo miró y asintió, un poco confundida—¿Cómo... cómo le está yendo Jin en la materia de arte?

Decir que a Jisoo esa pregunta no le impresionó, entonces estaría mintiendo por completo porque si fue así.

Aunque una pequeña parte de ella no tanto.

En estas pocas conversaciones que tuvo con Namjoon en estos dias, se podía ver al chico un poco más cambiado, por decirlo así.

No se acercaba de manera coqueta como lo hacía antes y ya no alardeaba lo genial que era en el basquet.

Algo que le impresionó bastante a la menor.

Ahora simplemente le deseaba suerte a Jisoo antes de jugar algún partido amistoso con sus compañeras o en un entrenamiento, ya que a veces ambos compartían la cancha, dividiendola.

Jisoo movió su cabeza de un lado a otro, volviendo a la realidad. Miró al moreno y tragó saliva.

—Bueno...—Carraspeó—Le está yendo muy bien. Su profesora muchas veces le ha dicho que su técnica en el dibujo es bastante buena.

—Si... lo sé—Murmuró bastante bajo—Algunas veces lo comentaba... en la mesa, mientras comíamos...—Tragó saliva el mayor.

El ambiente se puso tenso e incómodo. Jisoo rascó un poco su nuca y agradeció mentalmente ver el auto de su madre acercarse hasta la entrada de su escuela.

—Debo... irme—Dijo con incomodidad y subió a su auto.

Dejó su mochila en el otro asiento y tuvo que agitar su mano en una señal de despedida al ver como el moreno también lo hacía.

Una vez el auto desapareció de su vista, guardó sus manos en los bolsillos de su pantalón.

Suspiró y miró hacia la entrada de la escuela. Chasqueó su lengua para después relamer sus labios.

Hoy esperaría a su hermano...

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—¿De verdad Jin? ¿Y cuál es?—Dahyun preguntó con amabilidad y con una gran sonrisa.

—Yo... yo...—Relamió sus labios y sus manitos empezaron a sudar.

—Puedes decirme Jin, cualquier decisión que tomes estará bien.