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La sala quedó en silencio en cuanto la puerta fue abierta de golpe, sin delicadez o educación hacia los que ya esperaban sentados en sus lugares, esperando por la cena

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La sala quedó en silencio en cuanto la puerta fue abierta de golpe, sin delicadez o educación hacia los que ya esperaban sentados en sus lugares, esperando por la cena. Todos gritaron de regocijo en cuanto el imponente alfa entró al lugar, algunos golpeando sus cubiertos contra las mesas de metal, Jaxon sonrió, sintiéndose complacido por el orgullo que le inundaba el pensar que era un líder respetable y alabado por cada alfa que celebraba su aparición.

— ¡Traigan la comida! —ordenó el líder mientras caminaba a su lugar al frente de la sala, su silla junto a su hermana, Eryx.

Casi nadie se percató de la presencia de un callado y encogido omega que iba detrás de él, casi sin despegar la vista del piso, simplemente siguiendo al alfa. Ignoró las malas miradas que le dedicaban algunos alfas sentados cerca, incluso llego a sentir como algunas gotas de alcohol mojaban su zapato de tela, solo hizo una mueca, el pensamiento de reclamarles o defenderse ni siquiera llegó a su cabeza.

En cuanto el alfa tomó asiento en su cómoda silla, Harry se colocó detrás de él, se pie, esperando a que se le ofreciera algo o que le diera alguna orden. Se enderezó y se dio el lujo de mirar un poco todo el lugar, esa noche habían demasiados alfas cenando en el pabellón principal. Gritaban, reían, incluso algunos cantaban o se burlaban de algún omega que pasara cerca de ellos. Ya ni siquiera le sorprendía.

—Omega —llamó Jaxon y Harry simplemente se acercó, sin mirarlo.

–¿Si, Alfa? —en susurro, sin sentimientos en la voz, no tenía ganas de sufrir algún castigo de parte de Jaxon esa noche, debía ser cuidadoso.

—Quiero vino.

Harry asintió, sin necesidad de que le dijera otra cosa se dirigió a la cocina, al menos se alejaría de estos bárbaros a los que tenía que servir. Al entrar a la cocina dejó salir todo el aire contenido y se aflojó un poco el cuello de la camisa, se sentía asfixiado, pero no tenía mucho tiempo para descansar.

—Adivino, ¿te envió por alcohol? —frente a él apareció una silueta conocida, él solo asintió cansado.

—No llevaba ni cinco minutos sentado y ya quería una copa de vino —explicó irritado, esquivando rápidamente a cada omega que pasaba con platos y ocasionalmente saludaba a uno que otro beta que se encontraba cocinando.

—Harry, ya deberías estar acostumbrado —le sonrió su amiga mientras caminaban a la pequeña bodega que estaba detrás de la cocina.

—Parece que nunca lo haré y si lo hago seguiré desahogándome contigo, Lyra, así que debes soportarme —su mal humor era evidente, estaba cansado, tenía calor y los pies le dolían demasiado.

—Eres un maleducado, un día de estos me cansaré de ti y a ver qué haces sin mi —bromeó la chica acomodando un mechón de su cabello negro detrás de la oreja, se veía algo despeinada y eso llamó la atención de Harry.

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⏰ Última actualización: Oct 29, 2020 ⏰

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