Daddy's Babysitter | Yuwin

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Escena 2
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2:03 pm, la guardería
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Sicheng debe haber hecho un giro equivocado, esa era la única explicación lógica. No había forma en el infierno de que un padre soltero joven fuera lo suficientemente rico como para pagar una guardería privada, o tal vez la había. 

"¡Sichengie!" Gritó Rin, algo que el niño parecía disfrutar haciendo. Estaba corriendo por las escaleras de la escuela, casi tropezando con la mochila que era demasiado grande para él.

"Oye, cariño", dijo Sicheng, quitándole la mochila antes de que pudiera caer. Estaba prácticamente vacío si se ignoraba el dinosaurio de peluche azul brillante que contenía, lo que era mejor para Sicheng, que tenía su propia mochila universitaria colgada del hombro.

"¿Qué hiciste hoy?" Preguntó mientras sacaba su teléfono de su bolsillo. Rin sonrió felizmente, haciendo una pequeña perorata sobre lo divertido que se había divertido coloreando con sus amigos. Fue una vista adorable. Sicheng estaba medio escuchando, medio escribiendo mientras ingresaba la dirección que Yuta le dio en Google Maps.

"Ojalá pudiera colorear con ustedes," hizo un puchero falso Sicheng, extendiendo una de sus manos para que Rin la tomara.

"¡Está bien, Sichengie! Cuando lleguemos a casa podremos colorear todos mis libros para colorear". La mano regordeta de Rin sostuvo la suya y Sicheng comenzó a caminar por la concurrida acera. Era media tarde de un lunes y todos parecían encontrar conveniente salir a caminar.

"¿Cuándo llega papá a casa?" Preguntó Sicheng, genuinamente curioso por la vida personal de Yuta.

"Realmente no lo sé. Papá siempre se ha ido, pero sé que regresa a casa por la noche". Rin pateó un guijarro que estaba a su pie, golpeando a un perro desprevenido.

"¿Cómo lo sabes?"

"Él me da un regalo diferente cada noche. ¡Me dio un dinosaurio hoy! Dijo que me protegería de todos los malvados en la escuela".

A Sicheng le pareció dulce cómo, a pesar de la apretada agenda de Yuta, trató de encontrar una manera de hacer feliz a su hijo. Tal vez eso era algo normal para los padres, pero Sicheng nunca lo tuvo. Creció con familias de acogida, y nunca se quedó en una por mucho tiempo. Nunca entendió por qué no lo querían, por qué se deshacían de él después de unos días. Lo hizo sentir muy inútil e inútil, no mejor que el envoltorio de caramelo que él y Rin acababan de pasar.

Gire a la izquierda en 10 pies. "La voz monótona de Siri habló. Rin gritó, haciendo que Sicheng también gritara, antes de que ambos estallaran en una risa incontrolable. Para cuando los dos pudieron controlar sus risitas, ya era hora de girarse. Sicheng se congeló en seco cuando vio las enormes mansiones dispuestas ante él.

"¡Casa!" Rin chilló, corriendo por el camino hacia una gran casa en blanco y negro. Era de aspecto muy moderno, con grandes paredes de vidrio y una enorme lámpara de araña que se podía ver a través de la ventana.

"¿Qué tan rico es este hombre?" Sicheng murmuró asombrado, siguiendo los pasos de Rin. Casi tenía miedo de tocar la puerta principal. Se sintió inferior a su lado, y pudo ver por la madera reluciente que era una puerta cara. La puerta se abrió desde el otro lado, golpeando a Sicheng en la cara. Gimió de dolor, haciendo contacto visual con el pequeño demonio que acababa de golpearle la nariz. "Te atraparé", dijo mientras acunaba su rostro ensangrentado. Los ojos de Rin se abrieron con sorpresa antes de que se alejara de la puerta, con Sicheng no muy atrás. Por supuesto, también podría alcanzar al niño si quisiera, pero la pura alegría y felicidad en su rostro hizo que Sicheng quisiera mirarlo, no atraparlo.