INTER OBUMBRATIO

Capítulo Único

Alicia despertó en mitad de la noche junto al reloj de péndulo: eran las 4 de la mañana, como siempre. Resopló, sacudió su camisón azul de volantes y, como usualmente hacía, fue hacia el baño. Antes de entrar intentó ignorar las sombras que se arremolinaban alrededor de la mesa de ébano del comedor, en la que se encontraba una pequeña caja de cristal que contenía las cenizas de su hermano, que destacaba gracias a la luz de la luna que se infiltraba entre las detalladas cortinas blancas.

A la noche siguiente, Alicia volvió a despertarse a la misma hora; pero cuando fue en dirección al baño, esta vez, sentado en la oscura mesa, a contraluz, delante de ella, se encontraba quien parecía ser su hermano Juan. Los oscuros ojos de la joven se cristalizaron y, desesperada, se lanzó sobre el difunto.

- ¿Por qué me abandonaste, hermano? -preguntó ella entre sollozos.

- La enfermedad me llevó, no tuve alternativa -entonces agarró un cuchillo y se lo tendió-. Hazlo, Alicia; quítate la vida y no tendrás que volver a separarte de mí.

Entonces ella, en un arrebato de amor, se cortó la muñeca. Su mirada automáticamente buscó el rostro de su hermano, suplicando aceptación y consuelo mientras las sombras que en un principio parecían inofensivas la iban arañando y desgarrando; pero lo que en verdad vio no se parecía en lo más mínimo: de sus ojos y de su boca empezó a salir un espeso líquido negruzco y con una omnipresente e infernal voz pronunció:

- Perfecto -y su alma devoró.

Cuando ya había amanecido, su madre se levantó y, tendida sobre la mesa, se encontró a su hija sin vida.

Y así fue cómo falleció a sus 13 años la joven Alicia. Succionada por un demonio disfrazado de su difunto hermano.