Perdiendo todo.

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Hacía una mañana asolada y hermosa en el Bosque Negro, Tauriel dormía plácidamente en su cama de lado de su esposo el príncipe Legolas, quien no se encontraba dormido, sino admirando la belleza de su esposa.
la veía y admiraba cada uno de sus rasgos, había quedado tan encantado por su belleza que sin darse cuenta Tauriel estaba despierta y le miraba con esos ojos verde bosque que tanto le gustaban y una sonrisa en el rostro .

- ¿Qué haces?-preguntó Tauriel entiernada por la mirada de Legolas.

- Sólo te veo, no hay nada de malo.-dijo Legolas con ternura.

- Claro que no, de ser opuesto yo también te admiraria varias horas.- Levantó un brazo para estirarse un poco y miró de nuevo a Legolas- ¿Vas a ir al bosque hoy?

- Sí, será mejor que me prepare. Me van a estar esperando-dijo y se levantó de la cama.

- Me gustaría ir con ustedes.- comentó Tauriel levantándose de la cama y acercándose a Legolas.

-A mi también me gustaría pero no puedes poner en peligro al pequeño.-dijo poniendo una mano en el vientre de Tauriel.

-Pequeña.- Corrigió Tauriel poniendo las manos alrededor del cuello de Legolas. Desde que supo que iba a tener un bebé sabía que iba a ser niña, siempre lo supo, no lo había comprobado pero eso sentía en su corazón.

- Pequeña.-dijo en un suspiro, trajo las dos manos de Tauriel a su boca y luego las beso- Ya me tengo que ir. Gi mellin-finalizó Legolas dándose la vuelta.

-Bien, cuidate mucho. Gi mellín.

-Yo tambien, y mucho más-dijo saliendo por la puerta, Tauriel solo sonrió y lo dejó irse ya que estaba apresurado.

Al salir el principe Legolas se encontró con su padre Thranduil, y un pequeño elfo lo acompañaba, el pequeño era pelo rubio y ojos verde bosque. El primogénito de Legolas y Tauriel.

Legolas sonrió al pequeño y le dijo -Hola, pequeño ¿Cómo estás?

-¡Ada, abuelo me dijo que hoy lo iba a ayudar con sus labores de rey!

-¡Eso es fantástico!, de seguro se divertirán mucho.-dijo y luego miró a su padre con una sonrisa.

-¿Dónde está nana?

-Sigue en su habitación creo que volvió a dormir, luego la encuentran-dijo Legolas. Luego la puerta se abrió y salió Tauriel, sonrió al ver a su hijo y el pequeño corrió hacía ella.

-¡Naneth, naneth!- Exclamó el pequeño y corrió a brazos de su madre- ¡Hoy ayudaré al abuelo con las tareas del rey!

-¡Que maravilla!, si vas a hacer eso más vale que seas educado y tranquilo, ¿Está bien, mellon?

- Â-dijo y corrió otra vez al lado de su abuelo, quién con una sonrisa se despidió de su hijo y Tauriel.

-Nos vemos-dijo Legolas despidiendose-Gi mellîn-dijo en élfico.

-Gi mellîn, melleth nîn -dijo Tauriel en elfico también- ¡Los veo luego!-finalizó, dio una sonrisa a Thranduil y a su hijo a modo de despedida y luego besó a Tauriel antes de irse por el pasillo.

Las horas habían pasado y Tauriel caminaba en por la tarde por todo el lugar. Se había quedado fascinada con los detalles que las paredes de uno de los pasillos tenía, se quedó observando cada detalle de él. El lugar daba a un jardín interior con varias flores en el con un aroma exquisito, ella creía que podría quedarse ahí todo el día.

Pero en un momento ella no podía sentir nada, llego a un punto que le dolía su cuerpo y su vista se volvía borrosa.

Tauriel cayó inconsciente al suelo. Un guardía que hacía su vigilia por ese lado del castillo vio a Tauriel, rápidamente la levantó y la llevó a su habitación, en el camino vio a una sirvienta y el guardia gritó.

Perdiendo Todo (one-shot LEGOLAS & TAURIEL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora