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Jiang Wanyin era un desastre completo para ese momento, no podía controlar sus pensamientos y mucho menos sus movimientos, además su respiración era apresurada y hacía que le faltara aún más el aire.

Estaba siendo poseído por algo que nunca había sentido antes, o por lo menos nunca lo experimentó de esa manera... estaba excitado, extremadamente cachondo por otro hombre y no podía entender la razón. Su cuerpo temblaba con pequeños espasmos que lo hacían sentir de alguna manera débil.

Se quedó parado en la entrada con la puerta ya cerrada del Jinshi de Lan WangJi, estaba completamente hipnotizado por la presencia de aquel hombre, recorriendo su mirada por todo el cuerpo de aquel Lan frente suyo, otra vez fijó sus ojos en su espalda y vió como la tela mojada de su túnica exterior se deslizaba lentamente hasta el suelo.

Aquella sensual escena frente a él, sólo era iluminada por la poca luz de luna que se filtraba hacia el interior de la habitación, Jiang Cheng podía ver la piel de porcelana blanca de la espalda de WangJi y a pesar de estar manchada con las marcas del castigo, era realmente atractiva haciéndole sentir deseo ferviente e inevitable.

Por otro lado, le intrigaba ver al Lan así de maltratado, alguien tan perfecto como él solo sería castigado si rompía reglas importantes, haciendo lo contrario a su comportamiento normal y probablemente decepcionando a muchos otros.

No pudo evitar pensar en Wei Ying por segunda vez, presentía que este estaba relacionado a Lan WangJi de alguna manera, especialmente por la relación que compartieron antes de la muerte de WuXian, pero era algo que no comprendió del todo en su momento.

¿Quería perjudicarlo o ayudarlo? ¿Era posible que su actuar fuera influenciado por sus sentimientos a Wei Wuxian? ¿Eran realmente sentimientos... de amor?

Sin importar el pasado, Wei Ying ya no estaba y sólo eran ellos dos, heridos por dentro y fuera, solos, en esa habitación uno enfrente del otro y Jiang Cheng sólo podía ver a Lan WangJi a través de su perseverancia, su terquedad y su fortaleza.

No podía dejar de admirarlo con extremas ansias, viéndolo como alguien supremamente increíble. Y tenerlo frente suyo tan dispuesto, tan transparente solo hacía que se estremezca aún más.

Lo deseo

No esperó ni un segundo más y caminó hacia él rodeando su cintura con sus brazos, reduciendo el espacio entre los cuerpos, acariciando piel contra piel. Sentir ese cálido cuerpo junto al suyo, desnudos, encendía el fuego en su interior, era pasión que empezaba a desbordar en pequeñas muestras de cariño.

Algunos besos fueron repartidos por las cicatrices de la espalda del Lan, lenta y amorosamente, acariciando con sus labios cada una de ellas. Jiang Cheng tenía su mente nublada y ya no tenía control de su cuerpo, sólo se dejó llevar por el éxtasis de momento.

Repentinamente Lan WangJi decidió darse la vuelta impidiendo al Líder Jiang continuar, obligándolo a verlo cara a cara. Levantó una de sus manos acogiendo la mejilla de Jiang Cheng, este último no pudo evitar regocijarse en la calidez de su mano.

- Jiang Cheng... sanemos - WanYin sintió el susurro de Lan Zhan tan cerca suyo que por un momento estaba dentro de su conciencia.

Ante el asombro, solamente asintió con la cabeza y dejó que sus labios fueran levemente rosados por los de Han Guang-jun, en un beso agridulce. Muchas voces en su interior le advertían como alarmas, pero decidió ahogar cualquier idea que estaba por emerger sin importar lo cierta que sea.

Empujando su cabeza hacia adelante, logró unir con más profundidad sus labios con los de Lan WangJi iniciando una desesperada danza de besos donde un par de lenguas eran protagonistas del instante. Pequeños gemidos escapaban entre beso y beso mientras sus manos viajaban por sus cuerpos tocando cada músculo a su paso.

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