Capitulo 4

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Tengo una costumbre un poco extraña...
O mejor dicho una manera diferente de ver TODO.

La cosa más insignificante. Para mi puede ser la cosa más bella, he aprendido a apreciar todo.

A las personas no pierden su tiempo viendo el cielo, de echo para ellos es tan normal y corriente, pero para mi es unas de las mejores maravillas del mundo, podría pasarme viéndolo horas y horas.

Pero un que más quisiera no puedo.
Dejo de mirar la ventana y me dirijo a mi baño, necesitaba una ducha de inmediato, la noche avía sido mala para mi, a las altas horas de la madrugada me avía dado una fiebre, la cual para ser sincera me afectó un tanto y nos agarró de imprevisto, y aún más con mis defensas más bajas que nunca. Pero eso no me impediría ir a mi primer día en la universidad, al terminar con mi muy relajante dicha, me dirijo a mi armario, donde después de ponerme mi ropa interior, busco que ponerme hoy, en Alemania debo a decir que si clima es todo un remolino, un día puede estar caluroso y templado, y al siguiente frío o lluvioso.

Me decidí por una camisa blanca de maga corta y algo floja, unos jeans de mezclilla, mis vans blancas y un suéter lago por arriba de la rodilla de color rosa (foto en multimedia).

En el cabello no me hice nada solo lo seque y lo peiné, dejándolo suelto.
Yo no acostumbro a maquillarme y no es que quisiera aprender a hacerlo pero me vi con la necesidad de hacerlo para ocultar mi cara pálida y enferma.

Al termina baje a la cocina, donde ya se encontraba mi mamá haciendo el desayuno.

—buenos días!!!

—buenos días Emily, ¿qué tal te sientes?

—mejor, me tome una pastilla.

—¿estas seguras? Si te sientes mal puedes faltar a la universidad.

—ho no me siento bien, mejor desayunemos por qué no me harás cambiar de opinión.

Nos sentamos a desayunar, después de unos 20 minutos terminamos.

Agarre mi mochila y me subí al auto con mama, y el camino no fue tan largo en menos de 15 minutos ya estábamos en la entrada.

—bueno aquí me despido.

—Emily si no te sientes bien estamos a tiempo de irnos.

—no tranquila, me siento bien. Cualquier cosa te llamaré.

—¿estás segura?

—si mamá, ya mejor me voy, si no me aras cambiar de opinión.

Tras decir eso me baje rápidamente del auto y me dirigí a a entrada, era grande e impresionante, nunca avía visto una universidad así de grande.

Al entrar me sentí como un pez pero no afuera del agua, era mas un pez en un tanque de tiburones, así me sentía que en cualquier momento me atacarían en busca de saciar su gran apetito y su instinto asesino.

Y yo era un pez muy, pero muy pequeño, no pensé sentirme intimidada de esta manera, era real mente incomodo tener tantos ojos en ti, por un momento pensé que sabían quien era, pero después me di cuanta que solo era por mi aspecto era muy delgada y mi piel no era tan blanca como las personas de aquí, tampoco era rubia ni de ojos azules. Mi cabello era café a simple vista se ve oscuro, pero cuando le da el sol hay algunos destellos rubios, es hermoso, mis ojos son normales son cafés pero un pocos más claros de lo normal pero no llegando a ser muy claros, no sé si me soy a entender, también tenia la virtud de que aun que esté muy delgada tengo cuerpo, mi gusto no es tan Grande pero tampoco son pequeños es mitad de cada uno lo mismo digo de mi culo, mi cadera es mi parte favorita, aunque no sabría muy bien cómo describirla.

Dejando eso de lado y mis pensamientos, camine a un paso a perdurado hasta la oficina del director, al llegar me recibió la secretaria, la cual se ofreció a mostrarme la universidad a lo cual no me negué, no quería perderme en mi primer día de clases.
Después de un largo recorrido, conocer mi casillero y mi horario, la secretaría la cual llevaba el nombre de Renata, me llevo asta mi primera clase, pero por desgracia era uno de las materias que más odiaba, HISTORIA, seamos realistas, si no me importaba en absoluto la historia de mi país, menos me va a importar esta.

Al entrar como es costumbre me tuve que presentar frente al todo el salón bajo la mirada atenta de todos mis compañeros.

Pensé que estos últimos meses serían normales y tranquilos, hasta que lo vi, esos ojos negros que me miraban con tanta intensidad y curiosidad, el era real mente hermoso, su piel era blanca como la nieve, su cabello era negro azulado, y sus labios, mierda esos hermosos labios eran tan rojos y finos, quería besarlo por horas o toda mi vida. En ese momento sabía que la tranquilidad se iría pronto, no estaba  segura pero tenía un presentimiento que nada seria como lo avía planeado y sabía que posiblemente me arrepentiría por a ver tomado esta decisión.

Ok el siguiente capítulo será muy interesante y tengo varias ideas, no sé si escriba pronto, estos días estaré muy ocupada.
Por lo tanto la actualización tardará un poco pero intentaré escribir rápido. Si tarde en escribir es por que la inspiración se me fue pero acaba de regresar y la aprovecharé.

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⏰ Última actualización: Nov 15, 2020 ⏰

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