El que no arriesga no gana.
Esa frase rondaba por la cabeza del joven de cabellera castaña, tenía tanto sentido esa frase que no sabía si implementarla en su vida diaria.
Odiar todo no puede pasar realmente, debes amar aunque sea una pequeñísima cosa en este gran mundo, no importa si es un broche para cabello o una persona.
Para el mundo de Beomgyu, lo que más importaba era Kang, podría llegar a sonar algo egoísta, y hasta grosero, que fuera una persona con ningún lazo familiar, a que no fuera su propia familia.
No siempre la familia estará en el primer lugar en nuestra lista de cosas importantes, pero, no obstante, puede estarlo sin importar qué.
Lucha por lo que más te importe, debes rendirte hasta que tu cuerpo y sentimientos ya no puedan más, sin embargo, puedes dejar de luchar, con la condición de perder hasta estar cansado. De todos modos, nadie decide cuando debes detenerte, o cuando no.
La gente es muy idiota para a veces saber si le ha llegado a hacer daño a alguien, esa situación pasó muchas veces por culpa de Taehyun, como ahora.
El joven protagonista, se encontraba en la sala de castigos que se encuentra en su institución, al final de los pasillos más oscuros y solitarios, como la noche de una persona cualquiera.
Echado de su clase que portaba el nombre de Química, si se preguntan qué cosa hizo para ser sacado de ahí, les resumiré en que no se le hizo bien el comentario homofóbico de su profesor, optó por alzar la voz.
Perdió uno de sus puntos que lo hacían ver como buena persona, ahora lo tomaban por alguien que gritaba por defender un comentario que normalmente se hace. Que personas más estúpidas.
"Cause I-I-I'm in the stars tonight
So watch me bring the fire and set the night alight (hey)
Shining through the city with a little funk and soul
So I'ma light it up like dynamite, whoa oh oh" cantaba a la par de la música que salía de sus audífonos.La voz de un ángel.
Diría cualquiera que escuchara esa voz que salía con claridad y dulzura.
Pero, ¿saben?, así como gente reconoce la voz de sus ídolos, una persona, que iba hacia allá, paró en seco al reconocer al dueño de la voz angelical.
"Taehyun~" susurró para sí mismo y, después, sonrío como si de un niño pequeño, que acaba de hacer una travesura, tratase.
Corrió hacia la puerta de donde salía aquella voz, pero el chico no contaba con que algo se atravesaría en su camino y terminaría saliendo volando, adentrándose al salón de la forma menos indicada.
Cayó directamente al suelo, golpeándose la nariz, ésta comenzó a sangrar en el momento en que se impactó.
Taehyun, quién estaba sumergido en su mundo, se espantó al ver que el lindo chico ahora tenía la nariz roja y un hilo de sangre bajando de su nariz, para también manchar su clara camisa. Sin pensarlo dos veces, se acercó a ver en lo que podría ayudar.
"Maldición" el accidentado, murmuró al ver que la sangre no dejaba de salir.
"A ver, espera, levanta tu cabeza viendo hacia el techo y no la bajes. Toma" después de decir eso, el pelirrojo, le entregó su sudadera, para que por lo menos no siguiera manchando el lugar de sangre.
"No puedo, es tu sudadera" dijo el mayor de los dos apenado.
"No me importa, voltea hacia arriba y colócala en tu nariz" esta vez, su voz salió con un toque algo demandante, lo que hizo que el mayor, sin rechistar, se pusiera la prenda.
"Vamos, te llevo a la enfermería" Taehyun, decidido, comenzó a encaminar al de cabellera castaña hacia donde podrían ayudarlo a detener un poco el sangrado.
Beomgyu no estuvo más que agradecido con Taehyun. Y Tae..., Tae sólo se limitaba a decir que estaba bien, sólo le sonreía.
Un día que los dos pasaron juntos, gracias al pequeño accidente. Para pasar tiempo con su enamorado, Gyu tuvo que arriesgar su nariz, pero, hey... Terminó ganando.
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Candy. || TaeGyu.
FanfictionHistoria que talvez te ponga soft por lo menos un tiempo.