EL ANIVERSARIO

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Will se miró al espejo, observando como el paso del tiempo no se había reflejado en su rostro.

Estaba igual que aquel día. Sólo las pequeñas arrugas surcando las comisuras de su boca y las líneas de su frente, revelaban su edad y mientras el cepillo de plata acariciaba sus rizos, una sonrisa curva se instaló en sus labios. Dejó el cepillo de pelo de hurón sobre el ébano negro del tocador del baño y cerró los ojos, evocando el día en que todo había cambiado.

Sí. Hoy era el día... El día en que celebraba que hacía veinticinco años, Hannibal se había quedado a su lado.

Su palacio de la memoria lo llevó a aquella noche, veinticinco años atrás, y allí estaba él, más hermoso de lo que Will podía recordar. La cena había sido perfecta y compartían una copa de vino sentados al calor del fuego y Will sonrió al recordar como Hannibal se había acercado, tras ponerse de pie, mostrándose ante él como el depredador que era y entonces habló y sus palabras tan sólo confirmaron algo que Will ya sabía desde el principio. Hannibal le estaba confesando que era el Destripador de Chesapeake.

Will recordaba claramente como sus ojos se habían posado en los obres negros del doctor y que el sentimiento que latía en su corazón le apretaba dentro del pecho casi dejándolo sin respiración. No era amor, era algo muchísimo más complejo y muchísimo más poderoso. Hannibal le tendió la mano y le sonrió levemente, haciendo que las arrugas alrededor de sus ojos se acentuaran más.

-Vayámonos está noche Will. Deja una nota para Alana, alimenta a tus perros y ven conmigo.

Will trago saliva y un nudo se apretó en su estómago. Por un breve instante pensó en Jack, pero rápidamente lo alejó de sus pensamientos, asintió con la cabeza y tendió su mano hacia la de Hannibal y cuando el psiquiatra tiró de él hacia arriba, se dejó llevar.

Casi no se dio cuenta cuando con delicadeza, Hannibal deslizó su mano por su cintura y lo atrajo a su pecho, quedando frente a frente y sonrió cuando Will dejo escapar el aire que había estado reteniendo.
Sus labios estaban muy cerca y cuando sintió el aliento cálido de Hannibal acariciando sus labios, Will entró en piloto automático y dejó de pensar. Casi sin darse cuenta su boca estaba contra la del asesino y gimió cuando sintió la leve caricia de la lengua de Hannibal en la comisura de sus labios. Will tuvo un momento de pánico y se quedó quieto, simplemente boca con boca y respiración contra respiración.

El beso de Hannibal pareció vacilar, como si no estuviera seguro de si era bienvenido y retrocedió hacia atrás cuando se dio cuenta de que Will no estaba respondiendo a su beso.

-Perdóname, Will... Pensé.....- Hannibal negó con la cabeza y se apartó de él lamiéndose los labios, como si saboreara el sabor de los de Will en ellos y se dio la vuelta, e intentando mantener la dignidad se encaminó hacia la mesa para servirse un poco más de vino.

Quizás había interpretado mal las señales de Will, pero había creído que el interés que sentía por Graham era mutuo y que su confesión era oportuna.

No había podido evitar oler el aroma de Freddie Lounds en el profesor y supo que Will y Jack le habían tendido una trampa, pero decidió darle otra oportunidad y confesarse a él en cuerpo y alma. Ahora sabía que claramente había sido un error. No quería matar a Will.... Will era importante para él y decidió que esa misma noche se iría sin mirar atrás, pero antes de eso, le dejaría un buen recuerdo a Jack Crawford y a su traición.

Will se quedó parado viendo cómo Hannibal se apartaba de él y se servía más vino.

Podía sentir como los músculos de Hannibal se tensaban bajo su chaqueta al servirse el vino y por primera vez pudo verlo claramente. Vio al verdadero Hannibal Lecter.

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