02: Confusión y Brochetas

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¡Hola a todos! ¿Cómo están?

Empezamos con lo divertido del fanfic, las interacciones entre Shaina y Seiya (suenan aplausos). Disfrútenlas porque de esto habrá mucho, muuucho más en los capítulos que siguen.

Creo conveniente especificar que el fanfic pasa en el Tokyo genérico del anime. No voy a abundar en detalles turísticos. Ya leyeron las advertencias, mucho ship, Saint Seiya no me pertenece... etc etc.

Capitulo 2:

Confusión y Brochetas

El viaje resultó largo y bastante pesado. Sentía los músculos entumidos y los ojos somnolientos pese a haber dormido buena parte de las dieciséis horas de vuelo. Shaina recordaba la última vez que había emprendido este mismo viaje, ajena a los nervios de algunas personas a su lado, quienes aparentemente nunca habían viajado en avión.

Cruzada de brazos, observaba indiferente por la ventanilla junto a su asiento, pensando en las diferencias entre este viaje y el que había realizado años antes. Volvía a viajar por él, pero las circunstancias se habían invertido totalmente.

Recordaba haber viajado junto con otros caballeros de plata, todos disfrazados de personas comunes, y todos simplemente pensando en los asesinatos que eran enviados a cometer. Un viaje de negocios, podría decirse, meramente para eliminar a los caballeros de bronce. Esa era la idea.

Shaina recordaba haber viajado ansiosa, sintiéndose frustrada por no poder ella misma llegar hasta Japón sin necesidad de ese estúpido avión. Había viajado obsesionada por cómo lo mataría apenas llegaran, saboreando anticipadamente su venganza por que Seiya se hubiese atrevido a mirar su rostro. Casi contando los minutos y las horas que la separaban de su misión.

Ahora...

...Ahora todo había cambiado.

Ya no pensaba en su venganza. Ni en matar a nadie.

Sus pensamientos esta vez se confundían en su cabeza, yendo de las guardias que Marin prometió tomar en su lugar hasta la sonrisa de Seiya. Se reprimía mentalmente para no concentrarse demasiado en ello, pues igual lo vería llegando a destino.

Si el viaje le había parecido tan largo, era también porque había tardado mucho tiempo en decidirse a ir. Además, apenas subiendo al avión había vuelto a dudar, una y otra vez.

¿Qué estaba haciendo?

Shaina arrastró la pequeña maleta con sus cosas unos metros. Había disimulado su armadura en una enorme mochila, que no desentonaba tanto de las de otros viajeros. Se sentía inmersa en una marea de personas, de todo tipo de orígenes, y esta marea le producía malestar.

Le había pedido a Marin que le diera al caballero su hora de llegada.

Llegó la parte del aeropuerto donde todos parecían tener a alguien para recibirlos. Observó a las personas abrazarse, darse la bienvenida. Miró a los lados, buscándolo con la mirada.

—¡Shaina!

De entre la multitud el joven sonriente surgió estirando una mano para saludarla. Shaina tragó saliva: ahí estaba, empezando esas extrañas vacaciones, sola con él.

Seiya llegó ante ella rápidamente, casi tropezando con otras personas. Entonces, al llegar frente a la amzona cambió de expresión.

—Vaya, no tienes... bueno, digo...

— ¿Qué pasa?

—Tu máscara. No...

Shaina frunció el ceño. El caballero definitivamente no era bueno observando, si apenas se acababa de dar cuenta.

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