Era una noche fría y las calles de ese pequeño pueblo estaban repletas de personas mientras las casas estaban decoradas de algunas luces y calabazas. los niños y adolescentes vestían disfraces mientras que las personas que se quedaban en casa estaban preparadas con dulces.
Entre todos aquellas personas se encontraba un pequeño niño rubio corriendo desesperadamente detrás de un azabache de su misma edad, quien corría lo más rápido que sus piernas le permitían con lágrimas en los ojos.
—¡TAMA, ESPERA! — Gritó el niño de ojos azules en un vano intento de que su amigo dejara de huir.
No importaba lo que le dijera su mejor amigo estaba empeñado en seguir y seguir corriendo, cosa que lo preocupaba ya que la dirección en la que se dirigía era el bosque que quedaba cercano al pueblo, obviamente los niños tenían prohibido ir a ese lugar por los peligros que conllevaba estar ahí, obviamente siendo peor en la noche.
El problema era que unos chicos mayores a ellos tenían la mala costumbre de asustar a los niños por noche de halloween, esa noche él junto a sus dos mejores habían sido las víctimas, y aunque la de cabellos celestes y él se habían asustado mucho, no había sido nada a comparación del azabache, quien al ser más tímido, inocente e ingenuo que los otros dos terminó creyendo esa horrible broma de un asesino que volvió a la vida para matar niños.
Nejire había querido seguirles el ritmo de su carrera, pero con su disfraz de princesa no podía, por lo que ahora se encontraba el rubio siguiendo a su mejor amigo.
Lo vio arrastrarse por debajo de un hueco que había al pie de una cerca que separaba el bosque con el pueblo. Aunque sus padres le repetían varias veces que no vayan a ese lugar por lo peligroso que era, no le importó con tal de seguir al azabache y asegurarse que estuviera bien.
Aunque tampoco podía negar que tenía miedo,se encontraba entre todos esos árboles y sonidos de animales que aún no reconocía, adentrándose más y más al bosque. Todo esto sin olvidar que estaban de noche y todo se encontraba solamente iluminado por la luna.
Bastó solo un segundo en que desvió su mirada para perder de vista al menor. Ya para ese momento se sentía cansado, creía estar perdido y tenía miedo, mucho miedo.
Pensó por un momento en volver y avisarle a los padres de ambos y que ellos se encargaran, pero estaba seguro que si lo hacía los padres del azabache jamás le dejarían volver a jugar con Nejire y él. Además, hasta que pudiera volver con los padres de ellos, su amigo probablemente sería comido por los lobos.
Por un momento sintió escalofríos al pensar en eso, no era raro escuchar lobos en las noches cuando te encontrabas cerca del bosque. Sintió sus pequeños ojos llenarse de lágrimas y dificultad para respirar. No quería que su amigo ni él murieran comido por lobos.
“Debo encontrarlo rápido”—Tama — Llamó en voz suficientemente alta como para alertar al azabache pero no a otros depredadores, o eso creía él al menos.
Siguió llamándolo por su nombre por un par de minutos mientras intentaba correr, decía intentar porque un par de minutos antes se había tropezado con una rama de un árbol y terminó lastimándose sus manos y rodillas. Estaba seguro que estas estaban sangrando pero seguía en su mente que el azabache era más importante que cualquier otra cosa.
—¿Mirio? — Escuchó el rubio mientras sentía que volvía a la vida con escuchar esa voz.
—¿Tamaki? — Volteó a ver en todas direcciones hasta que dio con el menor, sentado contra un árbol y abrazando sus piernas — Que bueno que te encuentro — Comentó aliviado y suspirando.
—¿Aún nos está siguiendo? — Preguntó llorando y temblando el pequeño disfrazado de fantasma.
—Nunca hubo nadie, eran solo esos tontos del grupo de Shigaraki, querían jugarnos una broma — Explicó con tranquilidad acercándose a su amigo.
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The Wood
FanfictionAntes odiaba el bosque, le parecía oscuro, solitario y tenebroso. Sin embargo con Tamaki, ahora le parecía todo lo contrario. Especial Halloween 2020