No sé cuántas jodidas horas habían pasado ya sin respuesta del pelos de incendio. ¿Qué era tan importante para no contestar a mis mensajes y llamadas? Algo raro debía estar sucediendo, pues mi amigo jamás me contestaba tarde. Tal vez eso fue lo que me incitó a levantarme del sofá, ponerme una chaqueta negra, las llaves y el móvil, antes de salir por la puerta hacia el ascensor. Tras ello no me quedo mucho más que pensar en donde podía encontrarse el pelirrojo, mientras la maquinaria me llevaba al nivel de las calles.
Sí, hacía poco que el idiota había roto su relación amorosa con el rubio eléctrico. Desde entonces estaba demasiado atontado, no atendía a cuando yo le hablaba y ni siquiera en clase, y eso que ya era la universidad. Para colmo, en los entrenamientos físicos que nosotros realizábamos no parecía utilizar con inteligencia su quirk. En mi interior daba gracias porque el Pikachu no se encontrara en la misma universidad que nosotros.
La noche empezaba a hacerse visible, y las luces iluminaban la gran ciudad en la que ambos residíamos. Decidí revisar varios sitios en donde se podía encontrar, pero no había rastro del tiburón. Tal vez estaba demasiado enfadado como para pensar, pero comenzaba ponerme histérico. ¿No se estaría liando con la maldita rata eléctrica? Deseché esa idea con una mueca de asco y de repente como si una bombilla de iluminara en mi cabeza eché a correr. Sabía perfectamente donde podía encontrarse mi amigo, si es que se encontraba tan triste. Así que como si mi vida fuese en ello, mis piernas comenzaron a mover mi cuerpo, corriendo sin parar a aquel pequeño bar donde Kirishima conoció a Denki.
Nada más llegar y abrir la puerta le vi tirado en la barra. Pedía otra cerveza con un grito alegre, pero pude notar como su voz se cortaba al darse cuenta de que a su lado no estaba su expareja. Mis pasos resonaron en la ruidosa madera del suelo. Miré al camarero como si le fuese a explotar el establecimiento y negué con mi cabeza. Pareció captar mi agresiva señal, pues ignoró el comentario de mi amigo. Acaricié la espalda de Kirishima y me senté a su lado.
-Vámonos ya, suficiente has tenido.-suspiré mientras sus característicos ojos me observaban.
-¡Katsuuuuki! Ven aquí, vamooos. ¡¡Nos podemos divertiirriiiir!!-casi se tiró encima mía, mientras no dejaba de clavar sus ojos en los míos. Rodeó mi cuello con sus brazos y me quedé mirando el intenso brillo de sus ojos, definitivamente estaba demasiado borracho si pretendía besarme. Moví mi cabeza saliendo de la ensoñación y negando.
-Tsk, serás idiota... Solo estás borracho, pelos de mierda. Te llevaré a casa ahora mismo.-se lo impuse como una orden, y poniendo solo un brazo sobre mis hombros le levanté y ambos caminamos en un continuo tambaleo que se mezclaba con el ruidoso sonido de nuestros pasos y los gritos del pelirrojo. Le había dejado el dinero de todo lo que mi amigo había bebido al camarero.
-¡Dios, que aburriiido!-soltó una carcajada, realmente no parecía él de esta manera.
El cansancio comenzaba a hacerse presente y nuestro paso hacía acelerar nuestra respiración -más la mía que la suya-, por el esfuerzo de caminar casi pegados. El frío congelado se colaba por la fina tela de mi pantalón y mi camiseta, ya que había olvidado mi abrigo con la prisa. Pero era algo que yo mismo había decidido hacer, y realmente era lo que debía hacer. ¿Cuántas veces había estado él para mí en este tipo de situaciones? Eran incontables. Kirishima continuó diciendo tonterías en todo nuestro trayecto hacia su apartamento, no le dejaría solo esta noche, ya que podía hacer cualquier locura en el tiempo que no me encontrara con él.
Con dificultad, logré encajar la llave en la cerradura, que sonó bastante fuerte hasta que pude abrir la puerta acompañada de un sonido chirriante y el golpe de mi patada. Tras esto, Kirishima simplemente entró sin mi ayuda y fue directo a su cuarto. Al parecer tras este rato caminando, ya podía mantenerse en pie mucho mejor. Sin embargo, estaba demasiado colocado como para cambiarse de ropa, algo que confirmé cuando le vi caerse por no quitarse la camiseta por el agujero correcto. Abrí los cajones de su cuarto sin saber muy bien donde podría encontrar un pijama. Miré al pelirrojo y suspiré mientras el olor a alcohol se colaba en mis fosas nasales.
-Te tienes que dar una ducha. Apestas.-pero se quedó mirándome como si de mi boca hubiesen salido palabras en alemán, porque no parecía entenderme-Hey, ¿Me estás escuchando?
-Vamos a duuucharnos.-dijo en una carcajada y tomó mi mano casi arrastrándome. Me negaba rotundamente a ducharme con mi amigo, y mucho menos a tener que ayudarle a lavarse.-Por favoooor-sus suplicas no dejaban que escapara de su propuesta.
-Serás idiota.-fueron mis palabras antes de aceptar.
Se empezó a quitar la ropa y yo también me la quité, dejando la ropa interior en ambos cuerpos, por muy amigos que fuesemos ducharnos sin nada y juntos resultaba extraño. Así no metimos en la ducha, y puse agua caliente para tratar de relajar los tensos músculos del pelirrojo. Parece que esto último funcionó, lo que fue mi señal para comenzar a masajear su pelo acompañado de champú y lavándolo bien.
-Katsuki, tu pelo mojaaado...-mi amigo parecía fascinado al ver mi pelo de aquella manera, ya no estaba como loco, sino liso hacia abajo, pero simplemente decidí ignorarle. No podía mantener una conversación con él de esta manera cuando se encontraba completamente borracho.
Tras lavar su largo pelo, -claro que solo era largo desde mi punto de vista- le di su esponja roja, y le eché el jabón. Acto seguido le dije que debía lavarse pero de nuevo se me quedó mirando como si tuviera monos en la cara, sin hacerme ni el más mínimo de caso. Suspiré cansado, ya era tarde y no quería quedarme toda la noche duchando a mi amigo. Tal vez se dio cuenta de la situación, o simplemente empezaba a bajar el efecto del alcohol, pero empezó a lavarse y esa fue mi señal para salir de la ducha.
Me sequé tranquilamente fuera, quitándome la ropa interior mojada y enrollando la toalla en mi cadera. Mi ropa estaba estirada en la cama, pero necesitaba ropa interior así que tomé "prestada" la del pelirrojo y me puse uno de sus pijamas antes de ir al baño a ver como estaba. Para mi sorpresa tenía la toalla puesta en su cuerpo y parecía mantenerse bien de pie. Sus parpados se cerraban lentamente hasta que él mismo se daba cuenta y los volvía a abrir.
-Vamos idiota, si te duermes así te pondrás malo.- enchufé el secador, y comencé a pasarlo por su pelo hasta dejarlo más o menos seco. Pude pasarlo por mi pelo también, y volvió a su estado natural.
No pasó mucho tiempo antes de que el pelirrojo se quedara dormido, al fin y al cabo debía descansar si mañana quería mantenerse en pie en clase. ¿No podía haber ido a beber el viernes? Preparé una manta y unas almohadas para mí, yo dormiría en el sofá.
La larga noche se me hizo incómoda por el espacio en el que dormí pero me alegré de poder controlar a mi amigo, ya que él mismo me dijo que si volvía con la rata eléctrica lo detuviera de cualquier forma posible. Aún así era su vida y él debía elegir que hacer. Al menos yo le apoyaría con sus decisiones, tanto como él siempre me ha apoyado a mí.
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Me gustas, pelos de incendio. -KiriBaku
RomanceLos personajes pertenecen a Horikoshi, yo solo he creado un fanfic sobre esta pareja. (La historia trata a unos Kirishima y Bakugou mayores de edad, estudiando en una universidad profesional de héroes) +18