F o u r t e e n

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Miraba con detenimiento a la persona que se encontraba enfrente mío, su traje super elegante sin alguna arruga, su cabello bien peinado, lo hacía lucir elegante. Mientras me miraba impaciente yo apostaba que lo miraba como si estuviera loco y quizá algo malhumorada.

— Señor, no tengo tiempo para sus bromas. Sea quien sea que quiso hacerme una broma pesada o si piensa que caeré en eso, pues déjeme informarle que no funcionará. —dije y trate de cerrar la puerta pero un zapato negro bien lustrado no me lo permitió.

— No es broma, Jaeleen yo-

— Mi padre está muerto. —dije con voz dura y fría, interrumpiendolo.

— Yo... —el hombre suspiro fuertemente y yo fruncí el ceño.— Siempre quise conocerte, muchas veces lo reclamé a tu madre y nunca me dio el permiso poco tiempo después tenía una orden de alejamiento y ella desapareció llevándote a ti y nunca hasta hoy en día te volví a encontrar y quiero solucionar todo. Quiero hablar con tu madre también y disculparteme por todo.

Una carcajada llena de ironía brotó de lo profundo de mi garganta mientras sostenía mi estómago del dolor que me producía esto, lágrimas se empezaron a acumular tapando así mi campo de vista pero aún así podía ver a este hombre quien sonreía algo confundido porque yo hacía lo mismo, supongo.

— Y porque será que mi madre no dejo que te me acercaras, —dije con ironía.— La abandonaste cuando yo estaba en su vientre y de la nada quieres volver junto a ella. Han pasado casi dieciocho años desde que nunca te tuve en mi vida ni ella te tuvo en su vida y todo estaba muy bien, pero es demasiado tarde. Mi madre falleció hace un tiempo.

Con todo el dolor que aún me producía pronunciar esas palabras, lo dije. Note como su expresión cambio muy drásticamente y quedar en un estado de shock yo trataba de que mis lágrimas no bajarán de mis ojos.

Odiaba que fuera muy sensible, pero si se trataba de mi madre siempre lo sería, desde que todo paso lo ando recordando. 

— Yo... No tenía idea... Enserio cuanto lo siento. —murmuro y yo rodé los ojos.

— Señor, no estoy de humor quisiera que por favor se retirará o sino me veré obligada a llamar a la policía. —sin esperar más empuje su zapato con mi pie a fuera y cerré la puerta en su rostro.

Escondí mi rostro en mis manos mientras soltaba algunos sollozos y me deslizaba por la puerta hasta sentarme en el suelo, abrace mis rodillas y recosté-escondí mi rostro por estás.

Dos toques en la puerta hicieron que de un brinco del susto.

— ¡Yo haré una prueba de paternidad, te demostraré que realmente eres mi hija! —grito y estoy segura que los vecinos lo han escuchado, seguido sentí un pequeño golpe por la puerta y un murmuro:— Te enviaré un paquete y espero que cooperes así ambos sabremos si uno de los dos tiene la razón... O simplemente, miente. Dale esto a la persona que esté a cargo tuyo, supongo que será tu tía. —paso una carta debajo de la puerta.

Hubo un silencio total hasta que escuché el motor del auto de este señor encenderse y tomar rumbo. Los sollozos aumentaron y una vez más fueron lo único que escucho en las paredes de mi casa junto de nuevo con mi única amiga en estos tiempos; con la tremenda soledad.

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๖ۣۜ֟Ǥнσsτాి K̶a̶n̶g̶ T̶a̶e̶h̶y̶u̶n̶.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora