Makoto tenía una forma muy peculiar de mostrar sus celos. Nunca reclamaba ni hacía escándalo alguno, de hecho, de no ser que Sousuke conocía muy bien sus gestos, no sé daría cuenta de ello.Pero ahí estaba, con su sonrisa tensa y casi sin parpadear intercalando su mirada entre él y Natsuya quién puso una mano sobre su hombro, en un abrazo que era un simple gesto de camaradería.
Sousuke pudo haberlo apartado disimuladamente, pasó por su mente hacerlo, pero a esa parte morbosa suya le gustaba provocar los celos de su novio.
Estaban en una fiesta pequeña de Halloween, organizada por el equipo de natación de la universidad de Nanase, con la decoración respectiva y todos con disfraces. Y el mayor de los Kirishima, se acercó a hablar con ellos y Rin, y, por la forma que se conocieron entre ellos, la charla se hizo amena.
Aunque ciertamente, Sousuke estaba más atento a cada reacción de su novio que a lo que Natsuya le estaba platicando. Se preocupó cuando lo vió reemplazar ese gesto tenso por uno triste, pero tardó en reaccionar cuando Makoto se alejó con un torpe "En seguida vuelvo". Lo siguió con la mirada unos pasos y lo vió dejando el trago que tenía en la mano en la mesa de bocadillos.
Corrió tras él sin despedirse de nadie cuando lo vió salirse del gimnasio en dónde se organizaba la fiesta.
Lo alcanzó y lo sujetó por el brazo.
—Ey, Amor. ¿Qué pasa? —Makoto lo miró sorprendido.
—Nada, estoy cansado y tú la estás pasando bien. Te iba a llamar desde aquí afuera. —Aunque intentó sonreír, no pudo disimular que sus ojos empezaban a brillar por las lágrimas contenidas.
—¿Pensabas irte?
—No, no lo sé... —Sousuke se quiso azotar, Makoto no estaba bien, eso era evidente, ¿sería por celos? Acarició su rostro y le habló suavemente.
—Mako... ¿Qué tienes? ¿Es por qué estaba conversando con Natsuya?
—¡No!, bueno, no sé. Es que él es tan genial, y yo soy sólo yo.
Makoto no era el rey de la autoconfianza, pero ese bajón emocional era nuevo para él. Lo tomó por el rostro y lo obligó a mirarlo a los ojos, a no agachar la cabeza.
—¿A qué te refieres, amor?
—Él a viajado por el mundo, ganado medallas, conoce tanta gente interesante, al igual que Rin, y yo pues... —tomó aire antes de hablar atropelladamente—; tuve que aceptar que no era lo suficientemente bueno para competir, buscar un nuevo sueño, nunca he salido de Japón, apenas entiendo algo de inglés, hoy no pude conseguir disfraz, la mayoría piensa que estoy disfrazado de vagabundo cuando intenté ser un zombie. Y ni siquiera pude sacar la nota máxima en el examen después de haber estudiado tanto...
Acabó la frase con un sollozo.
Entonces Sousuke lo entendió todo. Lo había visto desvelarse las últimas dos noches estudiando: estaba cansado, frustrado, algo ebrio y él, tontamente, intentó provocar sus celos.
Lo abrazó y empezó a acariciar la espalda de su novio.
—Tú eres el mejor del mundo; encontraste un nuevo sueño y luchas por el, trabajas, estudias, eres un gran hermano, un buen hijo, cuidas de Nanase, de mí. Serás el mejor entrenador que pueda haber, viajaremos juntos donde tú quieras. Tú eres la persona interesante, tus alumnos te adoran, tus hermanos, tus amigos y yo te amo más de lo que te lo puedo expresar. —Makoto suspiró y lo abrazó por la cintura—. Eres dulce, eres fuerte. Eres perfecto.
—No lo soy.
—Lo eres para mí. Un perfecto zombie-vagabundo.
La risa de Makoto le hizo cosquillas en el hombro. Lo tomó por el rostro para poder besarlo, suave primero, algo intenso después.
—Y tú eres el preso más sexi que hay —rió—. Te amo tanto —le dijo el castaño, sonriendo, limpiándose el rastro de ese par de lágrimas—. Disculpa, no sé qué me pasó.
—Estas cansado, y tienes un novio idiota al que le gusta verte celoso.
Makoto volvió a reír y negó con la cabeza. Y miró a su alrededor como si recién se diera cuenta de dónde estaba.
Afuera del gimnasio el frescor otoñal se sentía más fuerte, no habían muchas personas y la música llegaba amortiguada. La luna llena disimulaba la oscuridad.
Sousuke lo tomó por la cintura y se pegó a él, emulando un baile lento.
—Te propongo algo —le dijo al oído—. Vamos a mí departamento o al tuyo, tomamos una ducha caliente, nos vamos a la cama, apagamos los celulares y... dormimos las siguientes doce horas.
Los ojos de Makoto brillaron de felicidad y lo besó con deseo.
—Tú eres lo mejor del mundo.
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Lu 💕💕💕
Tarde, pero llegó.
Corto pero con cariño.
Y pasteloso como te lo prometí.Gracias por toda tu ayuda y por tu amistad. 💕💕💕
Love you
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Perfect
FanfictionUn corto, muy corto y pasteloso one shot, por el cumpleaños de Kiseki NKoi.