Capítulo 28

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La noche era aún más fría, tanto que debimos acercarnos unos a otros para darnos calor, obviamente Kim no me dejaría estar al lado de María José lo que la hizo pasar por encima de ella solo para colocarse entre María José y yo.

—Muy bien intentemos dormir— Dijo María José notando el comportamiento de Kim.

Después de un tiempo todos quedaron dormidos, Kim, Esteban y María José, pero yo no podía dormir, no teniendo a María José a pocos centímetros de mi atrapada en los brazos de una horrible arpía que solo quería separarnos.

Decidí pasar mi brazo sobre Kim sin tocarla para poder tocar a María José intentando despertarla.

—Majo ... psst! ... despierta!

—¿Que ...? — Respondió media dormida girando hacia mi

—Shh

—Pau ... ¿qué estás haciendo? ¿Estás loca?

—No ... bueno, si ... espera. — Me levanté lentamente y sin hacer ruido para pasar por encima de Kim y de María José hasta llegar a acostarme a su lado y poder estar frente a frente con ella

—Estas loca, Kim se puede despertar en cualquier momento! Y te va a ver acá— Me reto en susurros, pero sin dejar de acariciarme

—Shh si ya lo se, dame un beso. — Sujete su cara y la bese fuertemente para que dejara de hablar

—Hermosa, extraño tanto tus besos, mientras mas te beso mas adicta me vuelvo

—Yo también, ¡yo también te necesito!

—Ahora podemos escaparnos, irnos a casa y nunca volver

—Pau sabes que no podemos hacer eso por más que queramos. — Respondió quitando mi cabello del rostro con sus suaves dedos

—Pero no es tan difícil! Podemos simplemente irnos, buscar trabajo en otra ciudad o algo así, dale, por favor

—No puedo abandonar así a Kim

—Pero por qué no? Jamás nos encontraría

—No es eso es solo que también la quiero. Pau basta ya hablamos de esto por favor vuelve a dormir

—¡No puedo dormir! ¿Majo como vas a estar con ella? Es la persona equivocada las dos lo sabemos

—No. Basta Pau por favor vuelve a dormir antes de que Kim despierte ...

Me relaje a su lado rendida de tener las mismas discusiones una y otra vez. María José era tan difícil

—No quiero dormir ...

—¿Qué quieres hacer? — Respondió sin interés con sus ojos cerrados

—Algo más ... contigo

—Sabes que no se puede

—Por que no se puede?

—Por que mi novia esta al lado

—Y que? Está dormida ...— Bese su cuello hasta su mandíbula y por debajo de su oreja, sabía que le encantaba eso, siempre que lo hacía no podía evitar cerrar sus ojos y dar pequeños gemidos y hoy no era la excepción

—Cuando despierte se va a poner como loca— Susurró riendo aun con los ojos cerrados

—Correré el riesgo ...

Se posicionó encima de mí. Besaba sus labios mientras mis manos recorrían toda su hermosa espalda bajando hasta la cintura por debajo de su ropa, ambas estábamos dispuestas a hacer que la otra perdiera frío. Acarició mi abdomen debajo de mi ropa al principio me sobresalte un poquito al sentir sus manos frías, pero con su movimiento de arriba abajo acariciando mis pechos y todo mi cuerpo el frío desapareció.

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