Sana Mi Corazon

Capitulo 22: Al Fin un final Feliz

Pov. Zee

Como si de verdad me lo fuera a creer, Saint Supappong en definitivo eres un completo idiota, en estos momentos en los que me encuentro tomando tu muñeca completamente manchada de carmesí, no comprendo porque insistes, lo peor de todo es que me he dado cuenta ya....

Te vi de nueva cuenta en un día cualquiera mientras intentaba recordar lo que debía de comprar, llegaste así como si nada y por supuesto lo único que pude pensar fue lo obvio para mí...

-Claro, otro sueño.-Musite, tú me mirabas realmente con nostalgia, yo solo atine a abrazarte y sonreí.- Saint.- Dije con gran felicidad, si solo podía verte en sueños para mí era más que suficiente, en esos momentos tú te separaste de mi e hiciste un ademan de mano, indicando a alguien que se acercara en donde estábamos nosotros, era un chico rubio de ojos carmesí, bien podría pensar que era una chica pero el punto no era ese, me tendió una bola de papeles yo no entendí nada mi mente rondaba por otros lugares en esos momentos "tiene que ser de eso sueños raros" pensé sin más el joven le pidió a Saint que se fuera con él, por mera inercia tome la muñeca de Saint y lo jale hacia a mi.- Que se quede conmigo.- Le dije con un instinto protector bastante elevado, el joven me dijo que tan solo no infringiera con la ley y que mañana fuera a tal lugar para entregar los documentos ya firmados.- Claro... así será...-- Dije realmente despreocupado aunque bueno no era para mucho, teniendo en cuenta todo lo que soñaba en verdad jamás me sorprendería.

-¿Estás seguro...?- Me dijo Saint con gran preocupación.

-Claro porque no debería de estarlo - Si tenía en cuenta que constantemente soñaba cada cosa con él no me sorprendería este sueño, en fin solo camine tranquilo de regreso a casa con ese folder en mis manos.- Vamos Saint, no te quedes atrás.

-¿Zee, de veras estas seguro? En verdad yo podría buscar a otra persona...- Lo mire realmente confundido, aunque para confundidos solamente el, me veía con sus ojos cristalizados, intentando contenerse las lágrimas que amenazaban por emanar de sus ojos, le sonreí de manera gentil y pase mi brazo por encima de su hombro y abrazarlo me agradaba siempre soñar con él, aunque fueran sueños completamente irreales me sentía completo cuando despertaba con la sensación de al menos haberlo visto...

Llegamos a casa cuando empezó a oscurecerse.

-Te mudaste, ósea que ya no vas a ser doctor.... ¿fue por mi culpa? porque si es así lo siento.- Dijiste haciendo una reverencia en forma de disculpa.

-Cómo crees Saint, es solo que ya termine mi servicio en el hospital, pero no significa que lo abandone, solo que ahora debo de llegar corriendo allí para trabajar con mis pacientes.- Le platique de lo más normal y así pasamos la tarde, platicando aunque sabía que esto no era real, prepare algo rápido para cenar.... si el cereal es considerado cena claro, pero era lo único que tenía, Saint estaba realmente raro, solo tenía la mirada baja.

-¿Seguro que quieres esto? ¿No te molesta después de lo que te hice?, en verdad me arrepiento, no quería lastimarte y mucho menos meterte en problemas....- Eso un sin fin de cosas mas me dijo, solo le deje hablar, y hablar hasta que el llanto sucumbió, sus ojos se llenaron de lágrimas las cuales seque con la manga de mi sudadera, para después abrazarlo era tan cálido que parecía real.

-Yo te amo.- Saint se abalanzo sobre mí y me dio un beso en los labios, al cual gustoso le correspondí, se separó y me dijo que en ese caso se quedaría aquí conmigo siempre, nunca me dejaría en paz y yo solo le sonreí y revolví sus cabellos.- Ya lo creo, desde que te fuiste jamás

Me dejas en paz.- El rio divertido, como extrañaba su sonrisa.

La noche ya estaba por convertirse en madrugada, este en verdad era un sueño largo, parecía que el tiempo avanzaba de manera lenta, por lo menos hice feliz a Saint, parecía tranquilo o tal vez era el sueño que lo estaba venciendo en esos momentos.- Vamos a dormir.- Le dije tomándolo por la mano hasta la habitación, le preste una ropa que de seguro le quedarían grandes pero nada era mejor que eso, igual me puse la pijama y nos recostamos en la cama lo mire con sonrisa en rostro y el hizo lo mismo solo que con una sonrisa más débil.