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Kiriri no comprende qué está sucediendo. RenJun corre hacia todos lados, revolviendo su clóset y tirando prendas de vestir al suelo con desespero mientras murmura «¿Dónde está?» una y otra vez. En la televisión del living están dando una película que parece bastante terrorífica, con una gama de colores oscura y una banda sonora bastante intensa; RenJun no le está poniendo atención, mucho menos ella. En el techo cuelgan un par de fantasmas de papel que el chico había estado haciendo el día anterior, pero está intentando ignorarlos ya que la última vez que intentó atrapar uno fue regañada. Ella lo mira desde su lugar en la cama, estirando su cuerpo por un par de segundos, para cambiar su posición en el colchón.
Su interés en lo que sea que esté haciendo su dueño dura poco. Es divertido verlo perder la cabeza, pero solo un poco. En cambio, la gatita hace su camino con pasos sigilosos hacia el alféizar de la ventana, donde se sienta a observar lo que sucede abajo en la calle. Hace muchísimo tiempo que no sale del departamento a caminar libremente por su propia cuenta —a veces RenJun la saca a pasear en su jaula, la lleva al parque, y deja que juegue un poco—, pero desde aquella vez en que estuvo extraviada por varios días no está segura de si quiera hacerlo de nuevo. Abajo en la calle puede ver a varios niños con disfraces caminando. ¿Se habrán puesto de acuerdo? ¿Hay una gran fiesta en la ciudad acaso?
Hace un par de días RenJun estuvo bastante ocupado tejiendo. Kiriri no sabía que el chico tejía, pues no lo había visto hacerlo antes. Cuando lo vio con un nuevo ovillo de lana pensó que era para que puedan jugar juntos, sin embargo, en cuanto corrió a golpearlo con su patita RenJun frunció el entrecejo y le dijo que no era para ella. Estaba muy confundida, hasta que terminó su obra, y, sentándola en su regazo esta mañana, le puso el gorro de bruja que había tejido a crochet en la cabeza. Era extraño, un poco incómodo, porque sus orejitas grises quedaban dentro del sombrero, pero el chico cuando vio su creación inmediatamente la cargó y comenzó a llenarle la cara de besos.
Le gustaba cuando RenJun hacía eso. Cuando la cargaba y la abrazaba, cuando la llenaba de besitos, y cuando ponía sus narices juntas. RenJun es definitivamente el mejor humano que ha conocido, y lo único que desea es que sea feliz. La cuida un montón, y siempre le demuestra que la ama, y a Kiriri le encantaría devolverle todo el amor que le ha dado desde que es bebé. Quizás Bastet, Li Shou, o algún otro Dios gato, la envió específicamente a cuidar a RenJun y a hacerlo feliz. Es imposible que RenJun haya llegado a su vida sin ninguna razón aparente, alguien podría decir que él la salvó a ella, pero en el mundo de los gatos se cree que todos los gatos son protectores y tienen una misión.
El detalle del sombrero es adorable, y cuando RenJun, vistiendo completamente de negro, incluso usando pantalones de cuero y una camisa, encuentra el sombrero de bruja que tanto estaba buscando en el fondo del clóset, Kiriri se da cuenta de que todo era un plan para que combinen.
Entonces, suena el timbre, y sus orejas inmediatamente se mueven dentro del sombrero, siguiendo el sonido.
Siente a RenJun ponerse el suyo sobre sus mechones oscuros, gritar que atiende en seguida, y luego la está tomando con un brazo mientras corre a abrir. Cuando su dueño la toma con ambas manos bajo sus patas delanteras puede ver a Jeno muy, muy cerca de su cara, y sus ojos desaparecen cuando sonríen.
Ella maúlla contenta, y eso solo hace que Jeno se ponga a reír, hasta que RenJun lo interrumpe. RenJun, siempre buscando un poquito de atención de Jeno. Kiriri cree que es adorable, pero solo a veces.
—¡Mira, mira! Somos brujitos —y acto seguido la acerca un poco más a su cuerpo, incluso poniendo sus rostros uno al lado del otro.
Le está empezando a incomodar el agarre de RenJun y quiere bajarse, pero el chiquillo parece no escucharlo.
Miau.
—¡Ah! Lo siento, bebé.
Kiriri tiene un ranking de sus humanos favoritos, excluyendo a RenJun. Jeno está en el segundo lugar, porque es atento, los visita específicamente para jugar —bueno, eso es lo que dice, pero siempre se olvida de ella después de media hora—, y siempre está bañándola en amor, además es muy gentil cuando le hace cariño. Su mejor cualidad son los cariños que hace tras sus orejitas cuando está durmiendo sobre sus piernas, ¡ah! Y que es el humano que más hace sonreír a RenJun. Su peor cualidad es que a veces es demasiado empalagoso con RenJun, y Kiriri preferiría no estar presente en ciertas ocasiones.
El primer lugar lo ocupa ChenLe, por obvias razones. ChenLe es el mejor humano de todos, exceptuando a RenJun. Es casi como si fuese un gato, y Kiriri está segura de que si la asociación de gatos del barrio se juntase en una reunión a discutir si ChenLe puede unirse, lo harían miembro honorario. Siempre le lleva juguetes nuevos y trocitos de carne, juega con ella todo el día y va a visitarlos específicamente para verla —esta vez es verdad, porque a veces incluso ignora a RenJun por darle un poquito de su atención. Obviamente, ChenLe no tiene puntos negativos.
El tercer lugar del ranking lo tiene JaeMin, el humano de pelo azul que es compañero de clases de RenJun. La verdad es que no hay demasiadas razones, Kiriri cree que es guapo y tiene un aroma bastante agradable, así que siempre lo anda siguiendo, y él nunca olvida hacerle cariño y darle besitos. Su único problema es que la primera vez que la vio le dijo a RenJun que habría sido mejor si hubiese adoptado un conejo. Está contenta porque en esa ocasión RenJun le golpeó el brazo. Ha entrenado muy bien a su humano.
Cuando nota que RenJun está sentándose en las piernas de Jeno en el sofá, Kiriri decide que no quiere ponerles atención. En cambio, sigue mirando a la ventana.
Había escuchado que estaban preparándose para una fiesta de disfraces, y que sería en el departamento de RenJun, pero no está segura. Cada vez hay más niños en las calles, ¿irán todos hacia el mismo lugar? ¿habrán preparado acaso su propia fiesta?
A veces Kiriri se pregunta cómo sería ser humana. Supone que es normal, ha escuchado a RenJun quejarse un sinfín de veces diciendo que ya no soporta ser un estudiante universitario y le gustaría dedicarse a ser un gato a tiempo completo, o algo así. ¿Cómo sería comunicarse con RenJun y que este pueda entenderla? ¿Cómo sería ser su amiga, o incluso su hermanita pequeña? ¿La llevaría a pedir dulces? Supone que quizás RenJun no la miraría con tanto amor, y que toda la adoración que tiene por ella se debe a que es una gatita. Ha notado que los humanos no son muy buenos apreciando a los otros humanos que tienen a su lado.
El timbre suena, interrumpiendo lo que sea que Jeno y RenJun hayan estado haciendo en el sofá, no quiere saber. Ver a RenJun abrochándose la camisa apresurado ya es suficiente indicio.
Entonces entran sus demás amigos. JiSung, JaeMin, ChenLe, e incluso un humano al que no conoce, pero supone debe ser el tal DongHyuck del que Jeno siempre habla; todos ellos saludan entusiasmados, usando diversos disfraces. Decide hacerse la linda, así que camina elegantemente entre ellos para que también la saluden, e incluso enreda su cola contra la pierna de JaeMin, para que la mire un poco. Luego se acerca un poco a DongHyuck, moviendo la nariz para familiarizarse con su olor. Parece nervioso.
Entonces las manos rechonchas de ChenLe la toman, para que DongHyuck, con esa sonrisa incómoda bailándole en el rostro, se acostumbre a ella. Siente que le hace cariño tras sus orejas y bajo su mentón. Ah, se siente tan bien.
Prrr... Prrr....
—¡Ah! ¡Está ronroneando! —Exclama JiSung— Kiriri, eres tan bonita.
La verdad es que le gusta la atención. Le gusta que le hagan cariño y que la abracen, porque es extremadamente cálido. Le gusta esto. Le gusta que los amigos de RenJun la quieran tanto —aunque no olvida las palabras de JaeMin la primera vez que la vio. Al final todo esto se debe a RenJun. Si no hubiese escuchado sus maullidos, si no la hubiese rescatado, ni hubiese decidido quedarse con ella, si no hubiese hecho todo el esfuerzo por buscarla una vez más; no puede poner en palabras lo agradecida que está de tenerlo en su vida.
✧⋆。
¡Muchas gracias por leer! Espero que les haya gustado hehe. Estuve como un mes aguantandome subir esto, fue muy difícil intentar no hablar de toda la historia en mi twitter sobs (igual fracasé jajá xd).
Este es un regalo de cumpleaños para la Ale, que siempre me decía que quería un fanfic donde Jeno sea veterinario, así que espero que le guste también. Gracias por ser mi amiguita, tkm.
—moon☆
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「Ronroneos, Maullidos y Otros Actos Felinos ⋆ NoRen/JenRen」
FanfictionEs imposible que el mismo muchacho que llegó desesperado a la consulta veterinaria porque encontró una gatita perdida ahora esté aprovechándose de ella y usándola como una excusa para coquetear con él. Al menos eso se dice Jeno. (o, donde Jeno está...