No quiero, vale. No quiero comenzar de nuevo. ¿Saben lo que implica comenzar de nuevo? Fracasar, y si, así lo veo yo. Todo sale mal siempre que vas comenzando algo, y estoy realmente harto de pasar por esto. Nuevo colegio. Es tanto lo acostumbrado que estoy que ya ni me parece raro, cuando mi padre me dice que nos mudaremos a otro país. Dicen que cuando las cosas pasan repetidas veces, simplemente te acostumbras, no es por cuestión de elección, simplemente lo haces, como yo lo hice.
Estoy camino a mi nuevo instituto, uno donde las chicas en vez de creer que van al colegio, piensan que serán escogidas para ser las siguientes Miss Universo, y en donde los chicos, creen que serán escogidos para ser los próximos modelos de Calvin Clain… Esto sí es realmente lamentable. Vuelvo a decir, no es por elección. Mi papà no eligió esto, pero así su trabajo se lo dicta, y el ya está acostumbrado a ser una marioneta de allí. Vuelvo a decir. Te acostumbras.
— Vale, Aaron, se que estás cansado, pero por lo menos, ¿Puedes mostrar un mísero interés en todo esto? Joder, se que cansa, pero no hay elección, hazlo por tu hermana, y tu madre.
—¿Crees que estuviera haciendo esto si no fuera por ellas? Si no fuera por ellas, ya hubiera mandado todo esto a la mierda. Los amo, y lo saben, pero, por una vez en su vida, tenga voto, y tengan una vida definida. Muchos creerían divertido el viajar por el mundo cada año, pero que se le va a hacer, no soy como todos, papá.
—Te prometo que hare lo posible para cambiar eso.. Y se que no eres como los demás, y me siento orgulloso de eso, pero haz el intento.
—Creo que es lo menos que puedes hacer. Trataré, pero no te prometo nada. Nos vemos.
Y así di por concluida la conversación con mi padre mientras salía del auto. No me había percatado de lo grande que era este instituto, hasta que me sentí como una hormiga, entre cientos de personas mientras entraba allí. ¿A quién se le ocurre hacer algo tan como esto, si el único significado de ‘instituto’ es estudiar? Patético. Mientras caminaba entre los pasillos, escuche murmuros alrededor de mí. Me sentí extraño, e incomodo. Desde pequeño he odiado ser el centro de atención, y al ser el único que entró a mitad de año, era obvio que lo iba a hacer. Me dirigí hacia la oficina del director, que gracias a Dios mi papá me había explicado día atrás, lo que me libró de preguntarles a esas pirañas Miss Universo, solo importo yo, y nadie más que yo, ¿Por qué lo digo así? Porque nadie viene vestido normal, nadie viene vestido sencillo, nadie viene vestido como se debería vestir cuando te levantas a las 6 de la mañana y esa es otra cosa del por cual llamaba tanto la atención. Mal ahí. Suspiré al ver el nombre del director, incrustado en una de las puertas. Toqué dos veces, y una suave voz de una mujer me atendió del otro lado accediéndome el paso. Entré y estaba completamente erróneo al pensar que ‘’Michelle’’ pertenecía a un hombre, y no a una mujer. Sonreí e inmediatamente comenzamos los últimos transmites. Eran las 8:40, por lo cual ya iba tarde, pero la directora, me había dado un papel de justificación para que me dejaran entrar. Nervioso y a pasos torpes pude llegar al aula que me tocaba, era el 601. Abrí la puerta sin tocar, e inmediatamente al tocar un piso dentro, las miradas se posaron en mí. ¿Por qué me miran? Idiotas, ¿Tan nervioso me veía? Rodeé los ojos, y me acerqué al profesor, sin prestarle atención a los otros.
—Nene, ¿No te han enseñado a decir un saludo de bienvenida, o tan tonto eres como para no hacerlo por tu propia cuenta? — Dijo una chica realmente bonita, con un tonto de arrogancia y egoísmo en su voz—
Puedo decir, que desde hoy esa chica castaña, era un petulante, y engreída, que me caía totalmente mal.
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Destiny, save her.
Random—¿Qué es esto?— pregunto mientras levantaba su brazo. —Son cicatrices de guerra— dijo ella tratando de alejarse. —¿Una guerra? ¿Contra quién? —Contra mí misma. Entonces la vio bajar la mirada y lo comprendió, ahí estaba esa chica que todos los días...