Capitulo 1

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Había sido un semestre agotador. _____ Maddox había conseguido su título en Historia, pero se sentía traicionada. Él no había acudido a la ceremonia de graduación. Marge sí, junto con Dawn y Brandi, sus dos hijas.

Ninguna de ellas estaba emparentada con ____, que quedó huérfana muchos años atrás, pero se llevaban como hermanas. La querían tanto como para estar allí, con ella, en un día tan especial.

Justin, no.

Y sólo era una desilusión más en una larga lista de desilusiones de las que Justin Drew Bieber era responsable.

_____ miró su habitación con tristeza, recordando lo feliz que había sido allí durante cuatro años. Una habitación que compartía con Sandy Melton, que también estudiaba Historia. Pero Sandy ya se había ido a Inglaterra para proseguir sus estudios de Historia Medieval.

_____ se apartó el flequillo de la cara y dejó escapar un suspiro mientras buscaba con la mirada los libros de texto que quedaban en las estanterías. Debería llevarlos a la librería del campus para venderlos. Iba a necesitar todo el dinero que pudiera conseguir para pasar el verano y, a finales de agosto, tendría que volver a pagar la matrícula para empezar el Master. Su objetivo era ser profesora de universidad y eso sólo podría conseguirlo completando sus estudios.

Una vez había pensado que Justin se enamoraría de ella y le pediría que se casara con él. Pero esos tontos sueños habían ido desapareciendo poco a poco.

Justin era el hermano de Marge. Y una vez, mientras estaba en una casa de acogida, la había rescatado después de que un chico intentase atacarla. Su madre había sido la esposa del capataz de Justin que un día desapareció de la ciudad sin dejar rastro. Tras la muerte de su madre, _____ había ido de casa de acogida en casa de acogida, a pesar de las objeciones de Marge. Pero Justin decía que una viuda con dos hijas no necesitaba complicarse la vida con una adolescente que no era de su familia.

Todo eso había cambiado cuando otro chico que vivía en la misma casa de acogida intentó atacarla. Justin se enteró por un policía amigo suyo y el chico, que entonces tenía trece años, fue arrestado y enviado a un reformatorio. _____ le había dado un puñetazo cuando intentó arrancarle la blusa y lo sujetó contra el suelo, gritando hasta que llegó la familia. Incluso de pequeña era una chica que no le tenía miedo a nada.

Claro que había ayudado un poco que el chico fuese bastante más bajito que ella y estuviera medio borracho.

Justin la había sacado de la casa de acogida la noche que el chico fue arrestado. La llevó a casa de su hermana Marge y, desde entonces y hasta que se fue a la universidad, había vivido allí. Desde el primer día, ____ se sintió como en su propia casa. Aquél era su hogar.

Ella solía caerle bien a la gente. Era una persona honesta, dulce y generosa y no le daba miedo el trabajo duro. A los catorce años se hizo cargo de la cocina, de Dawn y de Brandi. Las niñas tenían nueve y diez años respectivamente y les encantaba tener una «hermana mayor».

El trabajo de Marge como agente inmobiliario la obligaba a trabajar muchas horas, pero podía confiar en _____ porque era una niñera nata.

_____ se había enamorado locamente de Justin desde el primer día. Era un hombre rico y muy temperamental. El propietario de un rancho con cientos de acres de terreno en Jacobsville, donde criaba ganado de pura raza Santa Gertrudis y celebraba fiestas para los ricos y famosos. Tenía un fabuloso chef francés y un ama de llaves llamada Nell con muy mal carácter. Nell llevaba la casa y, más o menos, controlaba a su jefe.

Justin conocía a políticos importantes, estrellas de cine... incluso a príncipes europeos de sus días como estrella del rodeo. Tenía unas maneras impecables, herencia de su abuela española, y una fortuna heredada de su abuelo británico. Las raíces de Justin eran europeas, a pesar de su muy norteamericano rancho.

Pero intimidaba a la gente. Era famoso por haber echado a Ralph Barrows de Jacobsville usando una espada que era una réplica de las de El señor de los anillos. Barrows, borracho, le había pegado un tiro al pastor alemán de Justin porque le gruñó cuando intentó colarse en la caseta de los peones a las tantas de la madrugada. Pero no estaba permitido beber en el rancho y nadie podía herir a un animal sin pagar por ello. Justin no encontró la llave del armario de las escopetas, de modo que tomó una espada de juguete, lo primero que vio, y corrió a la caseta de los peones en cuanto su capataz le contó lo que había pasado. El perro se recuperó, aunque el pobre quedó con una cojera permanente, pero de Barrows nunca volvió a saberse nada.

Justin no era una persona muy sociable, a pesar de las fiestas que organizaba en su rancho. Era un hombre reservado... pero solía salir con mujeres guapísimas, todas rubias y pechugonas. Tenía muy mal carácter y la arrogancia que dan la posición y el dinero. _____ y él siempre habían mantenido una buena relación porque, a los catorce años, lo había ayudado después de la legendaria borrachera que pilló tras la muerte de su padre. Fue _____ quien hizo que Marge la llevara a su casa cuando Nell llamó, asustada, para decir que Justin estaba destrozando el salón. Fue ____ quien logró calmarlo y le hizo un café para que se le pasara la borrachera.

Justin había tolerado a regañadientes sus intervenciones durante esos años. Para ____, era algo de su propiedad, su hombre privado. Nadie se atrevía a decir eso en voz alta, por supuesto, ni siquiera ella misma. Pero era muy posesiva con él y cuando se hizo mayor empezó a sentir celos de sus «amiguitas». Intentaba no demostrarlo, pero era imposible disimular.

Cuando cumplió los dieciocho años, una de sus novias hizo un comentario muy poco amable sobre ella y _____ le respondió que Justin no la conservaría a su lado mucho más tiempo si era grosera con su familia. Cuando la chica se marchó, Justin la regañó, sus ojos mieles, casi verdes brillando como esmeraldas, su pelo castaño de punta por la rabia. Él no era de su propiedad, le dijo, y si no dejaba de mostrarse tan posesiva la echaría de su casa. Ni siquiera era de la familia, había añadido, con una crueldad inusitada. No tenía ningún derecho a hablarle así a sus amigas.

_____ replicó que sus «amigas» eran todas iguales... chicas de piernas largas y buenos pechos, chicas guapas que no tenían dos dedos de frente. Justin miró sus pechos, poco desarrollados todavía, y comentó que, desde luego, ella no tenía nada que ver con esa descripción.

Y _____ le dio una bofetada. Fue un gesto involuntario y lo lamentó de inmediato. Pero antes de que pudiera disculparse, él la atrajo hacia sí y la besó de tal forma que, cuatro años después, le seguían temblando las rodillas al recordarlo. Había querido que fuese un castigo, estaba segura, pero _____ abrió la boca como un pajarito y ese gesto había provocado un estremecimiento en el cuerpo del hombre.

Justin la tiró sobre el sofá y se tumbó sobre ella. El beso se hizo más apasionado, más crudo, más insistente. Pero cuando empezó a acariciar sus pechos por encima de la blusa, _____ se asustó. La sensación de angustia que experimentó hizo que lo empujara para quitárselo de encima.

_____ volvió al presente, nerviosa. Justin se había apartado de ella, incluso más enfadado que antes. La había fulminado con la mirada, como si hubiera hecho algo imperdonable. Furioso, le dijo que lo dejase en paz, que no volviese a darle la lata con sus tonterías. _____ tenía que irse a la universidad a finales de esa semana y Justin ni siquiera se había despedido. A partir de ese momento, parecía haberse olvidado de ella por completo.

Durante las vacaciones se trataban con respeto, pero Justin y ella jamás volvieron a estar a solas. Él le hacía regalos en su cumpleaños y en Navidad, pero siempre eran objetos impersonales, como un ordenador, libros de historia que sabía que estaba buscando, cosas así. Ella le regalaba corbatas. De hecho, le había regalado exactamente la misma corbata en cada cumpleaños y en cada Navidad durante esos cuatro años. Había encontrado una oferta y compró dos cajas de corbatas idénticas.

Marge le había preguntado por tan extraño regalo alguna vez, pero Justin nunca dijo nada. Bueno, le daba las gracias, pero nada más. Seguramente, habría regalado las corbatas a alguien porque nunca lo vio con una puesta.

Claro que _____ no esperaba que lo hiciera porque eran horribles: De color amarillo, con un pútrido dragón verde de ojos rojos. Y aunque le quedaban suficientes como para que le durasen una vida entera...

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Esta novela es una de mis favoritas NO es mia es Adaptada ♥♥

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